Capitulo 9 - ¿Real o no real?

5.9K 280 52
                                    

Una brisa hace que me estremezca mientras observo a Gale alejarse y desaparecer detrás de la puerta de madera. Suspiro para despejar mi cabeza de las voces que me gritan ir con él. Miro mis zapatos enterrados en la nieve, las agujetas desabrochadas y el desgaste en las puntas por tanto uso. No sé qué más hacer. Quiero a Gale, es mi familia, de los pocos que me quedan en realidad, pero todos sabemos que me es tan difícil perdonar.

De pronto, mientras observo la nieve mezclada entre la tierra, un par de botas marrón de hombre se colocan enseguida de mi, muevo mi cabeza hacia arriba para encontrarme con Peeta, observándome con sus ojos azules que tanto reclamo ver cada mañana.

—Hola, ¿escuchaste todo?— le pregunto esperando que la respuesta sea negativa.

—Sí.— me dijo moviendo también la cabeza.

—No me arrepiento de lo que tengo ahora—explico—, solo de una sola cosa.

—Lo sé.

No solo lo sabe, Peeta lo entiende. Me encantaba la forma de ser de Peeta, no te presionaba, era comprensivo, sabía que se lo contaría cuando fuera el momento correcto, sin pedir explicaciones.

Extiendo mis brazos para abrazarlo, su pecho me cobija del frío —Gracias.—susurro.

No sé qué fuerza me llevo a hacer lo que hice después, tal vez lo cálido de su cuerpo y sus palabras o sus ojos azules que pueden llegar a ocultarse en sus pestañas doradas. O su ternura en todo lo que hace. No lo sé, sin embargo me acerqué cada vez más a él, Peeta tomo mi rostro en sus manos y las deslizo hasta tomar mi nuca. Dude unos segundos antes de acercar mis labios, pero después lo beso con necesidad. Profundo y tierno, esas son dos palabras para describir los besos con Peeta. Lo solté después y sentí mis mejillas sonrojarse, aun cuando no era la primera vez que lo besaba.

—¿Por qué dudaste?—pregunta Peeta.

—Estaba esperando que nos interrumpieran con cámaras o que estuvieran observándonos—contesto.

—Jamás se va esa sensación—dice Peeta.

—No. Jamás.

Peeta y yo decidimos entrar a la casa de nuevo, no queremos coger una enfermedad con el frío. Cuando entramos Haymitch todavía sigue en la mesa, aunque ya está por el último bocado.

—¿Terminaron con el espectáculo?—pregunta, dando un sorbo a su café.

Lo observo con cierto recelo, aunque no parece importarle mucho.

—Si así se hubieran besado antes, no hubiéramos tenido que pasar por los segundos Juegos— bromea, terminando su plato.

Peeta se ríe, pero a mi no me parece gracioso, es un poco pesado.

—Éramos un par de chiquillos, Haymitch, no sabíamos lo que hacíamos—dice, Peeta.

—Sí sabían, lo que no sabían era a que se enfrentaban. Y aun son un par de chiquillos. Tal vez hayan librado batallas y guerras pero siguen siendo la misma testaruda Katniss y el mismo amigable Peeta. Con más cicatrices pero permanece.

—Te levantaste inspirado hoy—comento, sentándome en la mesa. Peeta me sigue.

—Bueno, ya no tengo nada que hacer más que beber alcohol y aguantarlos.

—No suena muy diferente a lo que hacías antes.—bromea Peeta.

—Cierto. Deberías conseguirte un trabajo o algo que hacer.—concuerdo, pellizcando un poco de pan de la mesa, aunque ya haya comido.

—Oh, denme un descanso—exclama.

Comienzo a sonreír y ellos también cuando el cacharro de toda la vida comienza a proyectar a la Presidenta Paylor. Esta vez dice algo sobre nuevas reglas o como las hacen llamar ahora, leyes puestas en una constitución, todo para llegar a una democracia que nos hará un país libre. Suena difícil, pero ahora sabemos que lo que parece complicado no es imposible de hacer.

Cenizas || Después de Sinsajo [Terminada] [Editando]Where stories live. Discover now