Capítulo 14 - Papá, estas aquí ¿Real o no real?

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POR FAVOR NO SALTEN LA NOTA.

Soy consciente de que no he publicado desde hace más de un mes, también soy consciente de que tengo que terminar la historia y que tengo no solo un compromiso con ustedes. Quería hacer este capítulo algo especial y diferente, pero la verdad estoy un poco nerviosa de como recibirán esta parte de la historia. Que no les guste y que simplemente dejen de leerla. Por eso estoy sumamente nerviosa con esto. Enserio espero que la disfruten y agradezco a todos y cada una de las personas que leen, comentan y votan mi historia, es una locura que ya haya llegado a mas de 12K leídas. Es algo que jamás olvidare. Los quiero chicos y gracias por darse el tiempo de leerla. Disfruten del capítulo.

***

Semaña 3:

Sabía que Peeta estaba vivo. Pues el pitido de la enorme maquina que estaba junto a la camilla todavía sonaba junto con cada latido. Aurelius venía, aun lo seguí haciendo. pero podía ver como la chispa de esperanza en sus ojos se iba apagando al igual que la mía.

-¿Algúna novedad?- pregunte nerviosa

Suspiro y negó con la cabeza -No

Mire a Peeta. Sus mejillas estaban hundidas junto con las cuencas de sus ojos, Los brazos y sus piernas estaban tan delgadas que estoy segura que no se sostendría mucho con ellas -Esta muy delgado- murmure

-Lo sé- contesto Aurelius -, pero a los pacientes en como se debe evitar a toda costa suministrarles alimentos y bebidas

-Pero esta tan débil- repetí -Es como cuando lo rescataron del...- capitolio, quicé decir, pero las palabras quedaron atascadas en mi garganta

Aurelius reacomodo a Peeta de nuevo, ya que tenían que estarlos moviendo para evitar un daño en los músculos. Y me dio una palmada en el hombro para reconfortarme antes de salir. Hice una mueca simulando una sonrisa y tome mi lugar al lado de Peeta, de nuevo para cerrar los ojos y abandonarme al sueño.

***

<<― ¿Peeta? ― Hay un olor suave de pelo chamuscado. Llamo su nombre otra vez, sacudiéndolo levemente, pero no hay respuesta. Mis dedos tropiezan sobre sus labios, donde no hay aliento cálido aunque hace unos instantes estaba jadeando. Presiono mi oreja contra su pecho, sobre el lugar donde siempre descanso la cabeza, sonde sé que oiré el fuerte y constante latido de su corazón.

Cenizas || Después de Sinsajo [Terminada] [Editando]Where stories live. Discover now