Capitulo 12 - ¿Porque Peeta?

4.4K 213 14
                                    

La luz dorada del sol ilumina el bosque y hace que en mis párpados se refleje un color rojo. Abro los ojos lentamente y los entrecierro hasta acostumbrarme a la luz.

Volteo hacia Peeta y tiene las mejillas mas rojas que de costumbre. Fruncí el ceño y deduje que era por el frío que hacía así que no le di importancia. Me levante de la cama frotando mis brazos para tomar un poco de calor.

No podía ser posible que ayer allá sido un día maravilloso y hoy este viniendo el mismísimo demonio del hielo en persona. Tome la azafata de mi padre y me la coloque a los hombro, a continuación me coloque las botas y mientras amarraba mis cordones observaba a Peeta que estaba sin camisa y cubierto solo hasta la cintura con la cobija.

Estaba de espaldas a mi y de verdad ¡Wow! La espalda de Peeta era tan... hermosa, fuerte, musculosa. Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos y me acerco a el le doy un beso en la coronilla y toco su brazo para comprobar si esta frío así que lo cubro. Salgo por la puerta de la cabaña con mi arco y flechas en mano.

Recorro el bosque en busca de algo que cazar para pero el frío no estaba ayudando. Sujete el arco entre mis piernas y frote mis manos. Cuatro pavos silvestres aparecieron como magia a unos metros de mi así que tome rápido el arco y lo coloque en posición, tomando mis labios como si fueran el ancla, tensando la cuerda de arco y finalmente escuchando el zumbido de la flecha deslizarse hasta dar en el ave. Sonreí y disparé de nuevo hasta llevar conmigo tres pavos.

Estoy segura que Sae estará muy contenta con esto. Me tomo un momento para sentarme en la raíz de un árbol y respiro el aroma del bosque y después dedicarme a despellejar a los animales. El olor a pino que rodea el ambiente y el aire puro me relajan, junto con el cielo azul con sus algodonosas nubes. Cierro los ojos y levantó la cabeza hacia el. En verdad que agradezco la vida que tengo en estos momentos, agradezco que Peeta siempre estuvo y esta conmigo en todo momento, Haymitch, por mi hermana... Prim, mi padre y mi madre. Por Gale. Al parecer el bosque me pone sensible.

Sonrío aun mas y obligó a mis engarrotadas piernas a moverse a la cabaña cuando termino la tarea con los animales. Deben de pasar mas de las diez y media, Peeta debe de estar preguntándose en donde estoy.

Cuando llego a la cabaña, descubro que Peeta esta dormido todavía, lo cual es raro ya que el siempre se levanta temprano. Me acerco a el y lo observo mientras duerme tan sereno. Pienso en dejarlo dormir un poco mas así que me dedico a encender un fuego en la chimenea para quitar un poco el frío, cuando me vuelvo Peeta esta temblando así que me acerco a el cautelosamente y al tocarlo su piel está ardiendo.

-Peeta- susurro en su oído mientras lo zarandeo. El abre los ojos lentamente y los vuelve a cerrar -¿Sucede algo?- le pregunto preocupada
-La luz- dice como explicación -¿Podrías apagarla? Me molesta
Volteo a la ventana de la cabaña por donde entra la luz del sol -Es el sol, Peeta. No puedo apagar el sol
-Pues hazlo- dijo moribundo y tapándose la cabeza con la cobija
Me reí por su reacción de niño pequeño. -¿Te duele la cabeza?- El asintió -Te buscare una aspirina- le dije y me dirijo a las gavetas a buscar el medicamento
Le entregó un vaso con agua y la pastilla, la cual se la toma al instante -¿Que horas son?- pregunta levantándose
-¿Porque interesa?- pregunto divertida pero el frunce el ceño lo que hace que revise el reloj viejo colocado encima de la chimenea -Pasan de las diez y media, Peeta
-¿Tanto he dormido?- pregunta sorprendido porque por lo general el es que se levanta primero para hornear
-A mi también me sorprende- le doy una palmada en el pecho y el hace una mueca apartándose -¿Pasa algo?
-No lo se- se toca la piel roja pero aparta la mano -. Me molesta mucho la luz y creo que me he tostado
Bufo exasperada -La aspirina no funciona al instante y además te dije que te pusieras protector- le reprocho
Hace una mueca de dolor -Arde- se queja
-Pues claro, te tostaste- suspiro y saco un pavo del bolso ya limpio y despellejado -. Iré a conseguirte algo para la piel
-Esta bien
Salgo de la cabaña directo al lago en busca de Argania Spinosa, una planta que crece cerca del agua y que ayudará a Peeta con su quemadura. Cuando tengo la planta en mis manos regreso con el y encuentro a Peeta de nuevo en la cama.
-Hey- lo despierto, toco su frente y esta ardiendo -Peeta, tienes fiebre- lo destapo
-No- se queja -, tengo frío
Suspiro y lo dejo pues la aspirina le ayudara también con la fiebre, para preparar una pasta con la planta que traje. La coloco en un trasto y empiezo a molerla. Lo levanto a regañadientes y se sienta en la cama mientras untaba la pasta por su piel.
-¿Como te sientes?
-Mejor- contesta, aliviado
Decidimos que lo mejor seria regresar al distrito para poder atender mejor a Peeta, así que nos pusimos en ello. En todo el camino el presento una terrible tos que le raspaba la garganta y nos deteníamos a descansar cada diez minutos. A lo que ya estaba muy preocupada.
-¿Seguro que puedes seguir?
-Si- tosió -, claro
Para cuando el sol se estaba poniendo, habíamos llegado a la aldea. Haymitch estaba afuera de su casa alimentando a los gansos.
-¡Haymitch!- grito nada mas entrar
El alzo la cabeza y frunció el ceño al ver como cargaba a Peeta -¿Que le sucede al chico?
-Tiene mucha temperatura- abrí la puerta de la entrada y me ayudo a subirlo por las escaleras mientras Peeta se quejaba -, lleva todo el camino desde el lago tosiendo y me tiene preocupada
-¿Le diste algo?- me pregunta mientras lo coloca sobre la cama
-Una aspirina- me paso los dedos por los cabellos con desesperación -, pero no sirvió de mucho
-Rapido, llama al Doctor Aurelius

Asentí y salí rápido de la habitación y cuando estaba a punto de bajar las escaleras me derrumbe y un quejido lastimoso salió de mi garganta. Me embargo la idea de si algo grave le estaría pasando a Peeta. Si mi madre estuviera aquí, estoy segura de que el ya estuviera mejor.

Me obligue a levantarme y tomar el teléfono entre mis manos.
-Dr. Aurelius ¿Quién habla?- contesto en la otra línea
-Soy Katniss. Aurelius, Peeta esta mal, ¿crees que podrías venir lo más rápido que puedas?

Colgué y volví al cuarto en donde estaba Haymitch cubriendo a Peeta y acomodándole la almohada.
-¿Como esta?
-Se durmió después de que te fuiste
Me acerqué a el y ahueque mi mano sobre su mejilla -¿Que te dijo Aurelius?
-Llegara dentro de una hora- me acerque a Peeta y lo moví un poco para que despertara -Peeta- pero no despertaba
-Katniss, porque no lo dejas dormir un rato mientras llega Aurelius- sugirió Haymitch
Lo volteo a ver preocupada y el lo interpreta pues me lanza una mirada de que todo estará bien y no debería preocuparme. Asiento y voy a la cocina a preparar un poco de caldo para comer.

Aurelius llega alrededor de cuarenta y cinco minutos, le indicó el camino hacia la habitación y me pide que lo espere abajo mientras lo revisa y Haymitch se dirige al pueblo por un poco de alcohol. ¿Que le esta pasando a Peeta? Espero que no sea nada grave. Me obligo a comer y darle un mordisco a mi pan mientras espero. Me preparo un té de mente y justo cuando estoy por darle un sorbo, Aurelius baja no con mucho cuidado y haciendo mucho ruido por las escaleras.
-¿Como se encuentra Peeta? ¿Está bien?- lo acribillo on preguntas nada mas acercarse
-Katniss ¿Le diste algo a Peeta antes de llamarme?
-¿Porque?- Me mira a los ojos y veo miedo y lastima en ellos -¿Porque?- insisto
Se me queda mirando por unos segundos hasta que decide hablar - Peeta tiene la gripe porcina- frunzo el ceño -Es llamada así porque la gripe de los cerdos es muy parecida a la de los humanos, por eso te pregunto si le diste algo
-Una aspirina
Abre los ojos de par en par -¿¡Una aspirina!?- se pasa los dedos por el cabello preocupado
-¿Que pasa?
-Existen estadísticas- comienza a hablar -, que muestran que pacientes con la gripe porcina que toman aspirina tienen un alto riesgo de desarrollar síndrome de Reye
-¿Y eso que quiere decir?- pregunta Haymitch entrando por la puerta de entrada
Nos ve a los dos, pasando sus ojos de Haymitch a mi -En otras palabras, el paciente podría entrar en un coma y nunca despertar- se tallo en puente de la nariz mientras yo me derrumbaba en el sillón -, ya que su cerebro e hígado son... gradualmente destruidos
Y eso fue lo que acabo realmente conmigo. Haymitch se acercó a mi a consolarme
-¿Cuánto podría durar el coma, Autelius?- pregunto Haymitch
Tomo un suspiro antes de contestar -No lo se, podrían ser días, semanas o incluso... años
Años, pensé. Años sin Peeta, sin que se moviera, totalmente muerto en vida.
-¿Hay algo que se pueda hacer?- murmure
-Por lo pronto trasladarlo a un hospital en el Capitolio

Las lagrimas comenzaron a salir sin control por mis ojos. ¡Lo sabia! Sabia que si volvía a querer a alguien me lo quitarían. Como ahora me están quitando a Peeta.
<•>•<•>•<•>•<•>•<•>•<•>•<•>•<•>•<•>•<
¡¡¡Hola!!! Se que tarde en actualizar pero ¡no me maten!
Espero que realmente disfruten el capítulo y sufran por Peeta Muajajaja, no es cierto, no me odien. En fin, no se vayan sin comentar eh y que tengan una linda noche, día o tardes. Lo que sea que sean

Cenizas || Después de Sinsajo [Terminada] [Editando]Kde žijí příběhy. Začni objevovat