Prólogo

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"Todos piensan que
somos perfectos, porfavor no
no dejes que vean a través de la cortina".
- Melanie Martínez.
 

   
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|| Inicios ||

Todo empezó en la ciudad de Quing Qing, China.

Un día, con el aviso del nacimiento de un bebé luminoso, lo "paranormal" se manifestó en todo el mundo.

El tiempo ha pasado y aún no podemos explicar la causa de estos fenómenos, rápidamente lo "especial" se volvió normal y los sueños se hicieron realidad.

La sociedad actual está compuesta por superhombres y cerca del 80% de la población mundial tiene una "única constitución física".

¡El caos llegó a todo el mundo! En estas circunstancias la profesión que cada uno había soñado se hizo realidad.

Pero muchas veces ese no era el caso, como lo era con Ugoku Ao, a las personas como ella se les impone el ser un "algo" especial, porque fueron creados para ese único propósito.

No hay un camino en el cuál puedas tener una niñez común y corriente, tener tu propia opinión es una acción prohibida, una niña a la cuál le cortaron las alas a partir de los 4 años, el mismo año en que sus particularidades se hicieron presentes.

¿Conocen los matrimonios de quirks? Sus padres participaron de algo tan horrendo como eso, solo para traerle al mundo, su creación perfecta al haber heredado ambas particularidades.

No tenía recuerdos de haber recibido un estímulo afectivo por parte de su familia, no hubo uno en ningún momento, al menos nunca tuvo memoria de alguno.

Pero si tuvo un amigo, la persona más especial que tuvo en su vida.

Sus recuerdos mas presentes es cuando llegó a su casa actual a los 2 años de edad, la principal razón de su cambio de ubicación, era porque pronto Kaen, su madre, se iría al extranjero a ayudar en algunas cosas que otros héroes de ese país no podían y necesitaban que alguien la entrenara si llegaba a obtener la particularidad de ésta.

El padre de familia que vivía en la casa contigua era el mejor amigo de su madre y el héroe número 2 de Japón, quién también controlaba las llamas.

A penas llegaron a su nuevo hogar, fueron directamente a la puerta de esa residencia para ser presentada con los demás.

Ao era una pequeña de cabello largo, negro como el de su madre, con dos mechas albinas colgando tanto de su lado izquierdo como el derecho, en representación a su padre, lo más llamativo en ella era su cabello. También estaban las pecas que decordaban el sector de su nariz que había heredado de la fémina mayor y sus ojos celestes en los que se podía observar una pupila de color blanco.

Era tímida y extremadamente callada, siempre estuvo aislada de todo el mundo durante sus dos primeros años de vida, por lo que, para sorpresa de los dos adultos que se encargaron de su crianza, esos dos ojitos celestes fueron a parar desde el primer instante en el hijo mayor de la familia.

Yendo hasta él sin pensarlo dos veces y lo mismo sucedió con el aludido, olvidando ambos lo tímidos que eran.

En cosa de días los dos formaron un vínculo inquebrantable, la pequeña de los Ugoku siempre se sintió curiosa al ver las pequeñas quemaduras que su ahora amigo portaba en su piel, porque cada día que le veía traía unas nuevas y peores que las anteriores.

Firemind || BNHA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora