Cuatro Estaciones | Verano「きせつ - なつ 」[CPN]

Amor lejano

Capítulo 355

Amor lejano — 1

Un montículo de ropa de distintos colores y desorganizada
moldeaba sobre mi alcoba dos pequeñas colinas de mis atuendos que terminé de doblarlos esta mañana.

"¿Dónde está? ¿Dónde está? ¿Dónde está?"

Mis manos excavaban la jungla de telas a mi alrededor con el propósito de abrir paso en los rincones de mi ropero,
lanzando hacia atrás varias vestimentas que no importaban para mí usarlos en estos momentos.

Chasqueé la lengua. "Juraría que lo dejé por aquí la última vez."

Entre tanto quitar toda la ropa y dejar vacío el interior del mueble,
me topé con la vestidura que hacía aproximadamente un año no la utilizaba.

"¡Aquí está! ¡Mi uniforme de verano!"

Capítulo 356

Amor lejano — 2

Mis tajantes advertencias infundieron en Ami la razón de no anticipar nada a Kenta y a Hanabi acerca de la sorpresa que les tenía preparado a los tres,
sino,
que solo actúe con normalidad
esperando pacientemente la intriga del asunto
y desplazase toda esa impresión retenida
cuando les muestre
una de las brillantes maravillas que expresa la utilidad de poseer dos ojos para presenciarla.

Capítulo 357

Amor lejano — 3

El tiempo no nos tenía piedad.

Hace media hora atrás, el redoblante avance de los minutos era lo que menos nos poníamos a deducir
mientras la charla entre nosotros se tornaba más interesante.
Ami se había marchado a su hogar para luego prepararse
e ir al Bachillerato junto con sus tres nobles amigos.

Sin embargo,
aunque fue culpa mía por ser un poco precipitado y dar un cautivador adelanto con respecto a lo que hoy sucederá al concluir nuestra jornada de clases,
sabía que mi secreto estaba a salvo con ella.

Cap. 358

Amor lejano — 4

Apagué todas las luces de la casa.
Ahorrar energía fue otro de los hábitos que llevo en cuenta
para que a mamá no le resulte muy difícil pagar las expensas con el dinero de su trabajo.

Frente a cualquier particularidad imprevisible,
también es obligatoriamente vital resguardar las aberturas de la casa,
trancando ventanas y puertas,
lugares en que los ladrones se escabullen como ratas para robar.

Capítulo 359

Amor lejano — 5

Un leve grito de afuera
pronunció las siete letras de mi nombre.
Atrajo mi atención por originarse de la boca de una chica.

Mi cuerpo se hallaba cubierto y listo para estrenar mi uniforme de verano.

"¡Izanagi!"

De vuelta esa voz...

Ya sabía quién era.

Capítulo 360

Amor lejano — 6

"M-Muy buenos días, Izanagi."

"¿Cómo estás?" dije a modo de saludo,
no obstante, ella lo interpretó a la ambigua como una pregunta usual.

El recital de cigarras
aplastaba nuestras palabras.

Me obsequió su primera sonrisa del día. "B-Bastante bien, por cierto. Con mucho ánimo para empezar la mañana." Hizo ademán en trazar el delicado dibujo de un rostro infantil sobre su cara. "¿Y tú?"

Ella no dejaba de simpatizarme.

"Igual. Como siempre, dispuesto para lo que sea."

Después de haber intercambiado nuestra confianza tras tres días de considerarnos mejores amigos,
ya no nos sentíamos incómodos al hablar.

Capítulo 361

Amor lejano — 7

Con cinco de mis dedos descansando en el picaporte de la puerta semicerrada,
rescaté un recordatorio de mi mente que estaba a un pelo de olvidarlo,
entonces, giré mi cuello hacia atrás con el motivo constante de despedir pura y amorosamente a una persona en especial:
"Hasta luego, má..."
empero,
mi distraída conciencia se acomodó
al asumir que cuya persona mencioné, se encontraba a kilómetros y kilómetros de distancia,
y aceptar que no respondería ni mi hola ni mi adiós por un largo tiempo
fue duro de admitir,
porque, pese a que esté muy lejos de aquí,
detrás de esta puerta, aún podía percibir su auténtica presencia,
"...ma..."

Capítulo 362

Amor lejano — 8

Un gesto melancólico desmoronó mi buen humor.

Abstenerse de costumbres irremplazables es un peso en el corazón.

Me detuve ensimismado.

"¿Ocurre algo, Izanagi?"

Capítulo 363

Amor lejano — 9

Soportar estos problemas con una
baja autoestima
solamente me dirigirá a caminos
en los cuales
lo único distinguible
son los futuros inciertos.

Así que, lo más que puedo hacer, es sonreír.
"No pasa nada," le dije a Hanabi.

A pesar que esa mueca no arreglará ningún tormento,
me sirve para resignarme de todas mis angustias
y disfrazar mi tristeza.

Capítulo 364

Amor lejano — 10

Curvaba mis labios,
procurando ignorar lo de antaño.
"Ven. Vamos a buscar a los otros."

Ellos sí son mi mayor compañía.

"Sí, v-vamos," asintió, satisfecha y encantada por tenerme presente un día más.

La inocencia que yacía en su expresión convirtió mi forzosa sonrisa
en una genuina.

No sé cuándo ni cómo,
pero estoy seguro
de que llegarán esos tiempos
donde yo Encuentre la Felicidad.

No pierdo la esperanza.

No, jamás.