Debilidad

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Capítulo 240


Debilidad — 1


Un sonido agudo y desafinado a la distancia.

Era extremadamente súbito y desconocido para la escena que los perros y yo reclinamos toda nuestra atención en él.
Ellos giraron simultáneamente sus cabezas hacia atrás,
levantando las orejas a fin de percibir la resonancia auditiva muchísimo mayor a la mía,
y cerrando sus bocas.
No distorsionaban la seriedad que yacía en cada semblante.

A mí me tomó menos esfuerzo;
solo tuve que abrir mis ojos, retener los nervios agónicos y contemplar el flujo de la situación.

El incómodo silbido fortuito fragmentó el entorno abrumador.













Capítulo 241


Debilidad — 2


Sin comprender lo que estaba sucediendo,
mi boca se mantuvo semiabierta por sí sola;
cuatro de mis dientes superiores eran visibles, pero no los inferiores.

Me generaba bastante curiosidad saber quién era el que estaba silbando.
Fue una buena distracción para que los perros me dejaran en paz un breve momento,
pero sin olvidar que yo era su presa.
















Capítulo 242


Debilidad — 3


La melodía cobraba cierta acentuación desagradable para las bestias,
de manera que aún no volteaban sus sanguinarios ojos hacia mí,
y no relajaban las orejas.

Como a diez metros de mí hacia la derecha,
se hallaba un pasillo que daba lugar a otra salida del laberinto.
(Lo había cruzado anteriormente mientras corría de esos sabuesos,
como un fugitivo,
hasta que terminé aquí, apresado en mi propia desesperación).
De ahí, sobresalía alguien.
Y tanto sus pasos como su silbido, se percibían a un corto alejamiento.















Capítulo 243


Debilidad — 4


La sombra, desde el pasillo,
se volvía cada vez más pequeña hasta alcanzar cierta altura moderada al de una persona normal.

Sin embargo,
aún no veía claramente a esa figura.

















Capítulo 244


Debilidad — 5


¿Será el dueño de los perros?

¿O alguien que anda por aquí de paso?

¿Es mi salvación?

¿Dios escuchó mis oraciones?

¿Utilizó su poder divino para salvarme?

¿Me tendrá piedad?

Sea quien sea,
necesito de su ayuda.
















Capítulo 245


Debilidad — 6


A causa de la falta de luz en estos rincones,
vislumbré a la silueta humana girar hacia su izquierda tranquilamente en dirección mía,
con pasos serenos,
sin temeridad ni miedo,
como si fuera que él era el único presente aquí.

Cuando se encontró con los tres rostros que estaban mirándolo de forma expectante,
la armónica canción intimidante que componía con sus labios fruncidos, perdió el equilibrio del tono,
y se desvaneció lentamente del aire.
















Capítulo 246


Debilidad — 7


El sujeto permaneció inmóvil un instante,
tal vez pensando qué hacer.

Los perros se dieron cuenta que ese hombre no era su amo,
así que no dudaron en rotar sus cuerpos hacia él a fin de observarlo con más eficacia,
olvidándose de mí.

¿Es consciente de que puede morir ahora mismo?

¿Tiene la capacidad de domar a esos demonios?















Capítulo 247


Debilidad — 8


Si me pusiera en los zapatos del hombre en estos momentos,
correría por mi vida, como todo un atleta cobarde y estúpido.
La cobardía era una de las opciones más adecuadas para escapar de la coyuntura actual, según mi lógica;
no soportaría que los perros me mirasen de un modo tan violento.

El hombre no cedió;
amarró toda la valentía concisa que tenía presente en su cuerpo y la transformó en tres pasos delanteros.
Con ese desafío temperamental,
solo consiguió ampliar la exasperación de las bestias contra él.

Únicamente así, entendí que esa persona sabía lo que hacía.
















Capítulo 248


Debilidad — 9


Verlo a él me generaba un extraordinario temor ajeno.

La mayor parte de mi preocupación e incertidumbre eventual se transfirió hacia el sujeto.
Me sentía como él.

Si lo ayudaba,
los monstruos me triturarían hasta convertirme en añicos.
Y si no,
vería por primera vez cómo una persona fenece de sufrimiento lentamente frente a mis ojos.
















Capítulo 249


Debilidad — 10


El estupor y la perplejidad conquistaron todos los rincones de mi rostro.

Mientras mis dilemas vacilantes no proponían una ayuda trascendente,
el sonido de los pulsos de mi corazón eran más potentes que los ruidos ambientales en torno a mí.

Los perros denotaron sus espeluznantes dientes puntiagudos al paso de gruñidos espantosos,
en señal de amenaza.


















Capítulo 250


Debilidad — 11


El hombre extendió su brazo derecho hacia adelante,
cerró tres de sus dedos y dejó abiertos el índice y el pulgar, volteados hacia arriba.
Movió el dedo índice atrás y adelante dos veces en manera de decir a esos animales: 'vengan por mí'.

Y no era necesario que lo realizara,
porque esos perros lo hicieron por sí solos.


















Capítulo 251


Debilidad — 12


"¡Woof! ¡Woof!"

"Grrrr... ¡woof! Grrrr... ¡woof! ¡Woof!"

Aquellos ladridos advertían que se largara de aquí si no prefería una muerte segura,
sin embargo,
el sujeto tenía un plan en mente.
Es a lo único que le encuentro sentido,
sería bastante descabellado retar a dos animales feroces para que luego, a la hora de la verdad, no sepas ni qué hacer para eludir esa provocante animosidad.

Con la sangre enervante hasta la punta de las uñas,
la furia de los perros estalló increíblemente.
















Capítulo 252


Debilidad — 13


A las bestias solamente les tomó un abreviado periodo de dos segundos acercarse hasta la silueta gracias al estrecho callejón que, por cierto, no estaba rodeado de edificios o torres gigantes,
simplemente de casas cotidianas de uno o dos pisos que reducían los espacios de este lugar.
Pensaban que sería fácil derrotar a alguien como él; una víctima más en común,
no obstante,
el perro prepotente que se hallaba en la vanguardia abusó de su confianza,
y dado que era un poco más grande que el otro,
impulsó sus dos patas delanteras en el aire,
a fin de empujar a la persona hacia atrás,
clausurar sus probabilidades de zafarse,
y masticar su rostro.
















Capítulo 253


Debilidad — 14


El severo golpe sordo y metálico equivalente a cuatro nudillos anexados,
acompañó al doloroso gemido perruno.
Este último estruendo fue el más duradero y el que más resonó en los callejones.


















Capítulo 254


Debilidad — 15


El hombre había extraído rápidamente de sus espaldas un pedazo de metal de unos sesenta centímetros visuales y golpeó bruscamente al sabueso sin piedad justo en el hocico cuando este intentó saltar encima de él.

El dolor,
la debilidad,
el abatimiento,
los gimoteos,
el arrepentimiento por haber acudido a soluciones osadas.

Todas esas dificultades fueron lo suficientemente intensas en el perro como para olvidar el disgusto,
el rencor y el agravio
hacia cualquier cosa,
hacia cualquier persona.


















Capítulo 255


Debilidad — 16


Considero esto como una hipótesis, pero no como algo que se concretó realmente:
si aquel sujeto excedía la fuerza proporcionaba en la barra de metal a partir del segundo golpe en la cabeza de la bestia,
asesinaría al perro de un modo muy cruel para los ojos, sin importar que seas su enemigo.
El tercero le deformaría la cara, el cuarto lo volvería añicos y el quinto en papilla.

Favorablemente,
el hombre actuó indulgente; no vino aquí con intenciones de matar a nadie,
y entonces, se percató de que con eso bastaba.
















Capítulo 256


Debilidad — 17


La persona amagó una paliza al animal tambaleante.
Este último dejó de lado su llanto y sin más preámbulos se encogió y agachó la cabeza, miedoso y aturdido.
De tal forma que no se le ocurrió otro método defensivo -y con el propósito de no volver a soportar un daño más rígido que el anterior tal vez elevado a cierto porcentaje radical-,
admitió la derrota,
orientó sus cuatro patas hacia el pasaje detrás de él (el de la izquierda),
y abandonó el lugar.

Aprendiendo una lección.




















Capítulo 257


Debilidad — 18


El perro que quedaba notó lo que le pasó a su compañero,
y sabía exactamente que esas mismas consecuencias le sucederían a él si pensaba contraatacar de un modo ineficaz.
Vacilar no le servía de nada,
y precisamente huir fue su táctica apropiada.

El hombre sombrío empleaba impetuosidades imprescindibles en sus diez dedos al hierro que le concernía protección,
sin eso, sin aquel material duro,
dos cadáveres descansarían en paz en estos instantes,
tumbados sobre el suelo con los corazones apagados.



















Capítulo 258


Debilidad — 19


Los perros escaparon por el mismo camino de donde vinieron,
torpemente,
avergonzados puesto que alguien por fin les dio una buena prueba de su merecido.

Si mal no recuerdo, es la cuarta vez que saboreo la muerte,
y sin importar que ya pasé por esto en otras ocasiones,
siempre se siente diferente,
siempre se siente más peor.

La vulnerabilidad, el temor,
la agonía, la desesperación y las frustraciones se evaporaban de mi alma,
permaneciendo intactas hasta la próxima vez que me vuelva a suceder otro conflicto igual a este.

















Capítulo 259


Debilidad — 20


Mis anhelados deseos propios,
la importancia de estar vivo,
el significado del alivio.

Las meras cargas positivas emergían luego de tantas contundencias clandestinas,
propagaban el consuelo íntegro de mi mente.

Cuando los monstruos se fueron,
mis augurios cambiaron el sentido de las malas corazonadas.

Sentí que iba a morir.
Pero ahora entiendo que todavía no llegó mi hora;
aún no estaba asignado a un destino tan cruel.

Agradecí a Dios por cumplir mi requerimiento.
Es milagroso, lo admito.
Sé que puedo contar con él.

Sin importar que mis miedos dejaron rastros de dolencias corporales,
estoy bien.

Ahora sé que tengo tiempo para disfrutar del verano.

Era yo de nuevo.

















Capítulo 260


Debilidad — 21


Me tomé un respiro,
abundante y tranquilizador.

Debido a que las sombras empapaban su cuerpo,
encaminé mis silenciosas pisadas hacia el hombre,
sin énfasis alguno;
porque con aquel pedazo de metal y esa apariencia oscura que anidaba en su aura, te hacían pensar dos veces antes de mantenerte cerca de él.



















Capítulo 261


Debilidad — 22


Froté mis ojos con el dorso de mi mano por la humedad que me había generado el pavor de antes.

"¿Te encuentras bien?" se atrevió a soltar la pregunta.
Gracias a esa voz comprobé que él tenía mi misma edad.
Y yo que lo consideraba una persona mayor.

Detuve el avance de mis piernas a cierta distancia efímera.

"Sí..." respondí, desprendiendo un agrio aborrecimiento a mí mismo.




























Capítulo 262


Debilidad — 23


"Tuviste mucha suerte. Esos perros estaban rabiosos."

Arrojó el pedazo de metal detrás de un arbusto, sin interesarle dónde fuese.

El joven rescató de sus bolsillos una caja de cigarrillos y un encendedor.
Es solo un adolescente al igual que yo y dispone de placeres desagradables.

"¿Quieres uno?"

Titubeé: "Oh, eh... no. P-perdón, no fumo."

"Me parece bien. Fumar te quita años de vida, yo ya no deseo vivir tanto."



















Capítulo 263


Debilidad — 24


Al haber suministrado fuego en la punta de su cigarrillo,
frunció los labios y absorbió una limitante cantidad de humo hasta donde le proporcionaban sus pulmones y cachetes.
Acto seguido, expulsó un soplido de vapor amargo de su boca.
Su pecho había subido y bajado.

Percibí el aroma que molestaba mi olfato.

Miró su propio cigarrillo que lo sacó de la boca un momento.
"Los problemas me llevaron a esto. No tuve una vida fácil, ¿sabes?"

Pues yo tampoco, fumar no es la única solución,
era lo que quise decir,
pero simplemente opté por masticar y comerme mis propias palabras.

No quería intervenir en sus asuntos.

"Estoy muriendo. Todos estamos muriendo."






















Capítulo 264


Debilidad — 25


Otro silencio casual aterrizó entre nosotros.

Él se había tomado el arriesgado trabajo de ahuyentar a esos perros,
y en cuanto a mí,
no hice nada;
solo me quedé de pie observando la escena como un espectador.
La cobardía es imprescindible.

El mayor desvelo que expuse entre tantas amenazas,
fue correr.






















Capítulo 265


Debilidad — 26


Lo miré.

Y él a mí.

El pulso de la sangre presionaba mis sienes.

Una mano mía sujetó con fuerza mis jeans,
con la fastidiosa finalidad de despedir mis palabras de una buena vez.



















Capítulo 266


Debilidad — 27


Aguanté la vergüenza.

"¡Muchas gracias por salvar mi vida! ¡Pudiste haber muerto por mi culpa! ¡Perdóname si fui un inútil buenoparanada!" farfullé.

Fue lo único que se me ocurrió decir.
No deliberé nada.

Lo último no lo dije porque era uno en particular,
sino más bien para autocriticarme
y hacer quedar bien al joven,
mejor dicho, para alimentar su ego.
Todo lo otro sí era verdad,
gracias a él me ahorré, no,
nos ahorramos alaridos y de ver litros y litros de sangre expandiéndose sobre el suelo
en manera de círculos,
brotando de nuestros cuerpos.

"Discúlpame si no fui lo suficientemente fuerte como para ayudarte..."

Incliné la cabeza,
decepcionado.




















Capítulo 267


Debilidad — 28


Escupió una pequeña risa,
pero no era para provocarme.

Aspiró nuevamente el tabaco.
La pequeña brasa
en el extremo exterior del cigarro aumentó su brillo.

Seguramente
presentaba un orgullo victorioso dentro de él.

"Soy débil..."

¿Fue necesario mencionar eso?
















Capítulo 268


Debilidad — 29


Expulsó las sustancias carcinógenas y gases venenosos que ya no le servían.

Supongo que conserva experiencia
de meses desempeñando esto,
tal vez incluso años.

El humo tóxico
se esparcía
con los golpes
del viento nocturno.



















Capítulo 269


Debilidad — 30


El sudor se marchó de mi semblante.

Dobló su codo cierto ángulo
y extendió la muñeca sin desplazar su antebrazo,
golpeó ligeramente el cigarrillo
con el dedo índice de la misma mano
y dejó caer unos miligramos de colilla.

Él distinguía mi rostro,
el suyo yo no.




















Capítulo 270


Debilidad — 31


Acostó su espalda
en la pared más vecina a su costado.

"¿Débil, dices?"

Asentí.

"No fuiste débil cuando intentaste protegerla."


















Capítulo 271


Debilidad — 32


Oh, no.

No es posible.

Ahora entiendo qué está pasando.

¡Él es la persona de quien escapé con Hanabi
mientras la acompañaba a su casa!

¿Estará enfadado conmigo?

¿Estoy condenado?

Y si es así, ¿por qué me salvó?

Solo charlar será la única manera de sellar mis dudas.





















Capítulo 272


Debilidad — 33


Notó que captaba sus mensajes.

"La chica."

"¿Eh?" Levanté mis ojos.

"¿Es tu novia?"

Se refería a Hanabi.
La imaginé.

Fue muy inesperado.

Rubores embarazosos disfrazaron mis mejillas.

Mi mandíbula temblaba: "¡N-no! ¡Te equivocas! Ehm... Es... es solo una amiga. ¡Lo juro!"

Sobre todo...
aunque es una chica bonita... ¡No! ¿Qué estoy pensando? Hanabi es solo mi mejor amiga.
No debo pensar en eso. No debo hacerlo.

Ella no es mi novia.

No lo es...




















Capítulo 273


Debilidad — 34


La sombra rió sin desplegar los labios.

"No te conmociones tanto," aplacó,
con empatía.
"Fue irrespetuoso de mi parte confundirlos. Lo siento."

"El que debe sentir lo que hizo aquí debe de ser yo. Me preocupé más por ti que de mí. ¿No le temes a las consecuencias?"

"Créeme, he pasado por situaciones peores."

Hanabi...

Novia...




















Capítulo 274


Debilidad — 35


"Lo que me sorprendió mucho de ti fue tu destreza."

"¿Q-qué quieres decir?"

"Cuando huyeron de mí, tomaste la mano de la chica y la llevaste contigo. La protegiste. Le brindaste tu seguridad. Eres alguien leal y conformista. Pocos como tú, harían eso."

Raramente, mi corazón saboreaba
deliciosos deleites.

"Demostraste que nunca la dejarías sola en malas coyunturas."



















Capítulo 275


Debilidad — 36


Mordí mis labios
un tanto satisfecho por lo que acabo de escuchar.

Él juntó -abultando cada cachete-
y exilió otra bocanada gaseosa más.

"Me recuerdas a alguien," murmuró.





















Capítulo 276


Debilidad — 37


"Hace dos semanas atrás, en una noche como esta, intenté asaltar a una pareja que rondaba cerca de mi casa."

"Supongo que estaban en una cita. Mi objetivo no era hacerles daño, solo quería quitarles pertenencias de valor y luego venderlas. Cuando se percataron de mí, entraron en pánico."

"El chico escapó y dejó varada a su pareja, a fin de que la atacara a ella y él se lavara las manos tranquilamente. La chica estaba tan desesperada que no sabía qué hacer. Comenzó a llorar de pie en su mismo lugar, esperando la mala suerte."



















Capítulo 277


Debilidad — 38


"Al verla tan asustada, en ese momento me detuve y pensé dos veces antes de cometer algo muy malo."

"Me puse en el lugar de esa joven y me di cuenta de que no valdría la pena arremeterla violentamente."

"Me generó una puta lástima."

¿Qué hice yo para que me hablara con tanta sinceridad?























Capítulo 278


Debilidad — 39


Este joven tiene mi edad,
fuma y aparentemente
también es un delincuente.

Son las únicas cosas que sé de él hasta ahora.

Aunque no era ordinario para mí oír malvadas acusaciones,
quería seguir escuchando su historia.

Si me salvó la vida,
si le debo un favor impagable,
¿sería adecuado cargar de recelo mis ojos?


















Capítulo 279


Debilidad — 40


"Y así, cambié de opinión."

"Desistí de mis intenciones y me marché. También abandoné a la muchacha. Quedó sola, desamparada en medio del peligro."

"Minutos después, volví a cruzar la misma calle de nuevo, y ya no estaba. Probablemente se las arregló para tomar firmezas por sí sola e irse a su casa."

"Entre todas las veces que he asaltado a personas, esa fue la primera vez que algo así me había sucedido."

"Algo en mí cambió."

"Después de tanto tiempo, comprendí que yo poseía una debilidad."



















Capítulo 280


Debilidad — 41


Me platicaba confesiones como si yo fuera su amigo.
Su socio.
Su colega.
Su compinche
a quien puedes compartir tus penas y desahogar los pecados.

Pero ese no era el caso.



















Capítulo 281


Debilidad — 42


"Tú en cambio fuiste diferente. Eso me agradó de ti."

¿Le agrado? ¿Sin importar que lo juzgué mal?

"Estoy completamente seguro que te las arreglarías solo si te llovieran puños dolorosos en tu cara con el mayor propósito de proteger a tu amiga, ¿verdad?"

Mi ánimo estaba dormido.
Era por eso que responder para mí sería igual de mayúsculo que contestar preguntas de un examen oral que no estudié.

Asentir no fue idóneo.
Así que añadí algo más:

"Dejaría mi vida por ella."

Ya dije que Hana y Daisuke serían los últimos.



















Capítulo 282


Debilidad — 43


Desde que lo vi hace como más o menos media hora atrás,
nunca esperé que me encontraría con él de esta manera, y me salvara la vida.

Aun así,
ni siquiera traspasó por mi mente
las ganas de presumir que eso ocurriera.
Que este sujeto me apuñalara a mí o Hanabi,
se saliera con las suyas
y nos obligara a vivir
un destino irremplazable de desesperación.

"Yo también tenía pensado asaltarlos a ustedes dos."

Sería el peor castigo incesante
que alguien pudiera imaginar.




















Capítulo 283


Debilidad — 44


Aun cuando solo aparentaban ser diálogos abstractos y normales,
lo último apuñaló
mi pecho en ruinas y contuve el aliento a un flujo necesario.

Es una suerte que lo anterior que mencionó
no haya pasado.



















Capítulo 284


Debilidad — 45


"Si tu amiga volviera sola a su casa ahora mismo sin ti, estaría muerta por culpa de esos perros."

"Por suerte, compensaste su mala fortuna."

"Tomaste su lugar."

"No metiste la pata como el hijo de puta cagueta al que acabé de referirme."

"Me vale una mierda si lo aceptes o no, pero honestamente, fuiste valiente."

"Nadie como tú, haría una cosa así."

"Nadie se atrevería a tomar una decisión de vida o muerte tan drástica."

"No eres cobarde."

"No eres débil."



















Capítulo 285


Debilidad — 46


Él decía todo lo que yo no me tomé la molestia de reflexionar.
Sus opiniones encaraban
al entendimiento forzado.
Su vulgar forma de expresar las cosas me incomodaba,
de igual manera,
brindaba mayor razonamiento claro.

Él tenía toda la razón.

Alguien débil y cobarde
no correría tras esos perros.
Alguien débil y cobarde
no protegería a una chica de la manera en la que yo lo he hecho.

Ahora lo entiendo.
Ahora lo comprendo.

Todo este tiempo fui noble y valiente.


















Capítulo 286


Debilidad — 47


Siquiera se me ocurrió replicar algo relevante.

Mi silencio era apropiado.

Él tampoco esperaba nada de mí.

Tomar el liderazgo de la charla lo favorecía.

Me sentí inferior a él.

Y debería sentirlo.



















Capítulo 287


Debilidad — 48


El cigarrillo que yacía entre sus dedos
había alcanzado una corta longitud
menos de la mitad.
Ya casi era inservible para seguir utilizándolo.
Escaso.

Dio un sorbo final
y lo arrojó con pocas fuerzas cerca de mí.
Un ondulado y delgado humo de tabaco
brotaba
de aquel pequeño fragmento gastado de cigarrillo.

Suspiró, deprimido. "Ese fue el último que me quedaba."



















Capítulo 288


Debilidad — 49


La luz del farol tiñó de claridad
sus jeans rotos
al tiempo en que el joven avanzó dos pasos insuficientes.

"Ah, y antes de que me olvide,"
sustrajo de su bolsillo de parche de la chaqueta
un objeto de tamaño menor que tintineaba cada vez que lo movía
y podía caber en la mano de cualquiera,
"toma, aquí tienes."

Me lo lanzó imprevistamente.

Miré hacia arriba.
Maniobraba mi cuerpo para poder alcanzar el diminuto material al primer intento.


















Capítulo 289


Debilidad — 50


Sentí un ligero peso reconocible cuando el metal tangible cayó sobre
las palmas de mis manos juntas,
lo apreté con mis dedos
para que no resbalara
debido a la velocidad.

Retrocedí un poco
cuando todo eso
se llevó a cabo.




















Capítulo 290


Debilidad — 51


Con solo tocarlo
ya era necesario distinguir lo que descansaba en mi piel.

"¡¿Mis llaves?!" exclamé mientras una perplejidad consumió todas mis esquinas faciales.
Hasta incluso cosquilleó mis entrañas.

Soy un estúpido.
No debí haberme descuidado demasiado.
Llevaré en cuenta eso la próxima vez.

"Se te cayeron mientras corrías. Es una maravilla que las he encontrado."


















Capítulo 291


Debilidad — 52


Un agradecimiento,
ni por más cortés o diplomático que fuera,
se trataría
de una devolución inoperante en
cualquier persona
que no considera significativo la generosidad
como un estilo de vida obligatorio.

Además,
desde mi punto de vista,
la mayoría de los agradecimientos se utilizan para proveer favores casuales.

Salvar una vida,
comprender una reflexión,
y devolver un objeto perdido fundamental,
no son favores casuales.



















Capítulo 292


Debilidad — 53


Llevé mi mano al pecho.
"Sinceramente, agradezco de corazón todo lo que has hecho por mí. Y acepta mi perdón si he sido perspicaz y te causé molestias. De nuevo, gracias. Estoy en deuda contigo."

¿No le evocaba ya impaciencia debido a mis
disculpas y agradecimientos?

Consté de tres segundos para pensar y preparar la frase merecida. Y once en detonarla.
Palabras mejores enmendadas hubieran surgido si los nervios ausentaran.
Esta gratitud fue más parsimoniosa que la anterior.

Otra risa en la penumbra. "Qué benévolo. Nunca antes en mi vida me han dicho algo así."



















Capítulo 293


Debilidad — 54


"Si tanto insistes, puedes concederme algo a cambio."

Tragué saliva. ¿Estará a mi límite su requerimiento?

Me dejé llevar por mis comportamientos respetuosos y no pensé dos veces en contestar.
No se me venía nada a la mente que pudiera solicitarme él
afirmando que es un delincuente amateur.

Respiré hondo por la nariz en resignación.

"De acuerdo," asentí.

















Capítulo 294


Debilidad — 55


"Cuídala."

"¿Eh?" Fruncí el ceño.

"El mundo está lleno de cosas horribles. Cuida de la chica."

"Ella es especial. Todas... son especiales."

Aludió a Hanabi.

"No permitas que nada malo le suceda."

Me grabé esas palabras.

"Es lo único que te pido."

















Capítulo 295


Debilidad — 56


Mis pulsos cardíacos recuperaron su normalidad.

Tres grandes favores a cambio de uno.
Fue la cosa más negociable que he hecho en toda mi vida.

"Jamás se te ocurra abandonar a tu amiga en momentos críticos."

Asumí la responsabilidad y acepté completamente ese trabajo.

Mis ojos y mi sonrisa
daban a reconocer triunfo y determinación.

"Lo haré. Te lo prometo. No voy a defraudarte."




















Capítulo 296


Debilidad — 57


La oscuridad abrigaba sus gesticulaciones.

"Favor con favor se paga. Confío en ti."

La persona anónima dio por culminada la charla
cuando ya no había nada más importante de qué hablar ahora que nuestros asuntos
estaban acordados.

Un desconocido cualquiera me salvó de unos perros intencionalmente,
le caigo bien, me ofreció sus consejos
e hice una promesa con él.
Nadie me creería una historia como esa.

La luz descendía de sus piernas -ocultas por medio de los jeans rasgados en las rodillas- a medida que
él se alejaba de su alcance en la penumbra.


















Capítulo 297


Debilidad — 58


Sus avances me distanciaban de él,
al parecer no quería que viera su rostro.

Todas mis preguntas desconcertadas 
eran como líneas en mi mente  
que chocaban perpendicularmente unas con otras,
perdiendo el control.

Solo las más sobresalientes treparon por mi lengua:

"¡A-aguarda!" balbuceé, como lo haría Hanabi.
"¿Por qué me salvaste? ¿Quién eres tú?"




















Capítulo 298


Debilidad — 59


Contuvo el aliento.

La última inquisición lo detuvo.

No dispuso de respuestas cualificadas a ese tipo de interpelaciones.

"¿Quién soy yo?" musitó la sombra, repitiendo lo que mantuvo su honor vacilante.

El viento instantáneo movió nuestros cabellos.

"Lo mismo me pregunto."


















Capítulo 299


Debilidad — 60


Su mala contestación carente de sentido fue la causante
de que la perplejidad interceptara cada músculo mío.

No sé qué quiso decir con eso.

No sé qué quiso que entendiera de eso.



















Capítulo 300


Debilidad — 61


"Ten cuidado."

El parlamento que liberó de sus labios sugería un nostálgico despido.

Me lo advirtió una sola vez, fuerte y claro.
Suena muy cursi pensar si los mismos perros me persiguieran nuevamente.
No sería una tarea fácil para él golpearlos y ahuyentarlos de nuevo.
Quizás ni siquiera lo haga;
una oportunidad es una oportunidad,
y supe valorarla.























Capítulo 301


Debilidad — 62


Cubrió su cabeza con la capucha.

Me miró por última vez. "Disfruta la noche."

En el instante que recobré mi cordura pasmada, fue demasiado tarde.
"¡E-espera!"

Me dio la espalda, encaminó largos pasos a un estrecho pasillo lúgubre y siguió adelante,
a lo mejor condenado a vagar un rumbo desconocido;
asaltando gente, actuando como todo un maleante, cumpliendo con el deber malicioso,
o tal vez,
solo tal vez,
salvando personas.



















Capítulo 302


Debilidad — 63


Seguir sus huellas invisibles
acarrearía una desorientación no deseada a la brújula de mi cabeza.
Memorizar el mapa de estos pasillos
era un reto que únicamente lo superarían los residentes de aquí.

Perderse no es nada bueno.

















Capítulo 303


Debilidad — 64


"¡Alto!"

Ya no le grité a nadie.
Ya no había nadie.
Él desapareció sin dejar rastros.
Fue como un fantasma.

¿Lo volveré a ver?

¿Sabe quién soy por eso me salvó?

¿Qué esconde detrás de aquella máscara de personalidades frías y hostiles?

Sus palabras,
su generosidad y su gran virtud,
fue lo que me quedaron de él.
Desafortunadamente, no vi su rostro.

Este joven me brindó mucha atención,
y el único modo de pagar toda esa ayuda
es cuidar de Hanabi sea como sea.

Mi padre fue uno de los hombres que arriesgó su propia vida por mí,
y efectivamente, este desconocido era el segundo.
Pero con la diferencia de que él sí sobrevivió a la tragedia
para contar la historia.

Cuatro Estaciones | Verano「きせつ - なつ 」[CPN]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz