Las risas de la luna

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Capítulo 205


Las risas de la luna — 1


La omnipotente orquesta de grillos no cedía.

Caminaba constantemente y en cierto tiempo miraba hacia atrás para evitar peligros y prevenir malas situaciones.

El firmamento se veía apático. Las pocas estrellas que poseía eran sutiles al resplandor, puntitos blancos a lo lejos.
Estaban espaciadas, cada una intentaba brillar más que la otra parpadeando intermitentemente y destacarse entre muchas.

Pero ninguna de ellas superaría a la luna menguante,
que con una simple porción de luminosidad,
se convertía en el fulgor más sobresaliente de la noche.

La luna que se burlaba de mi soledad.













Capítulo 206


Las risas de la luna — 2


Lo más inevitable de todo para mí en estos instantes,
era pensar en películas de terror.
Imaginar abrumadoras escenas escalofriantes ahora mismo, me hacían poner la piel de gallina.

Miedo. El miedo evolucionaba en mí, de manera competente.
Mi mente está haciéndome una mala jugada de nuevo,
hay veces que no puedo contar con su ayuda.

No podía distraer esos abruptos pensamientos por otra cosa.

Mi único objetivo era llegar a casa.













Capítulo 207


Las risas de la luna — 3


Apresuré los pasos.
Cada uno ya se limitaba a superar los cincuenta centímetros.

Por lo tenso que me hallaba, olvidé completamente contar y retener las cuadras a mis espaldas teniendo como meta principal el número 1 la manzana donde residía Hanabi.

Entrecerré los ojos para aumentar mis considerables recuerdos triviales (triviales en esos momentos, no ahora).

Si mi memoria no me falla... tal vez crucé dos cuadras. ¿O tres? ¿Cinco?

No, realmente. Si esa cantidad incrementaba por sí sola, es porque me estoy equivocando drásticamente. Vaya reminiscencia.

Presumiré que estoy en la tercera.














Capítulo 208


Las risas de la luna — 4


Recorrer por estos carriles tanto de día como de noche, resulta diferente.
Las características son muy claras y lógicas. Cualquiera entendería esa referencia que mantiene su sentido.

Todos escondemos nuestras sombras crueles, y hasta los propios lugares lo hacen; ocultan la maldad y el resentimiento a la luz del sol.

El camino se vuelve más familiar, más cercano para mí. Falta poco.

Puedo hacerlo, de eso seguro.














Capítulo 209


Las risas de la luna — 5


Mientras todo marchaba bien y lo único con que lidiaba era con mi peculiar temor,
oí gruñidos colmados de rabia a unos breves metros detrás de mí.

Tragué saliva, pero no era suficiente para aguardar el pánico.
Y nada sería suficiente para mitigarlo ahora.

Al voltearme, me quedé tan quieto como una piedra.














Capítulo 210


Las risas de la luna — 6


"Grrrrr..."

"Grrrrrrr..."

Lo que faltaba. Sabía que algo muy malo iba a suceder.

"¡Woof! ¡Woof!"

"Grrrr... ¡¡Woof!!"













Capítulo 211


Las risas de la luna — 7


Frente a la calamidad delante de mis ojos, no parpadeé.

Una severa crueldad de miedo estrujó mi corazón.
Mi pecho pesaba más de lo normal.

Me quedé paralizado.

Inconscientemente, mis piernas perdieron la capacidad de contenerse,
y empezaron a temblar.

Mi sangre golpeaba partes de mi cuerpo.

Aunque ellos eran más pequeños que yo, alojaban una fuerza abrupta mayor a la mía.
Mantenerme inerte en medio de la oscuridad no servía, solo enfurecería más a esos dos perros.













Capítulo 212


Las risas de la luna — 8


Esas bestias cuadrúpedas tomaron impulso y comenzaron a perseguirme.
No descansarían hasta verme lleno de heridas y mordeduras dolorosas.

En menos de un segundo, predecí lo que podría llegar a pasarme si esos perros me atraparan.
Solo me esperaría un mundo agónico de sangre y colmillos, que no me atrevo a imaginar lo suficiente.
Con esas iniciativas, retomé el control de mis cinco sentidos.
El miedo vertiginoso era un poco más equilibrante.

Giré hacia atrás rápidamente y tomé la delantera.

¡Prométeme que no dejarás que nada malo te ocurra!

No lo haré, Hanabi. Es una promesa.
















Capítulo 213


Las risas de la luna — 9


Todos los pensamientos, ideas y conclusiones
que se llevaban a cabo en mi mente,
se apagaron en un simple santiamén.

Mi intención más importante era incrementar la velocidad de mis piernas.
Por suerte, correr es lo mío, gané unas competencias escolares de atletismo (y probablemente me inscriba en el Festival de Deportes de este año).
Tengo mucha experiencia con las carreras.

No debo dejar que estos perros me ganen, y lleguen a la meta.














Capítulo 214


Las risas de la luna — 10


Movía mis brazos aquí y allá desesperadamente, con los puños cerrados.
De modo que era fructífero para desplazarme con más ligereza y apresurarme.

No miraba atrás. Con solo oír a los perros ladrar, podía identificar si estaban cerca o lejos de mí.

Y aparentemente, no bajaban la guardia.

"¡Woof! ¡Woof!"

"¡WOOF!"














Capítulo 215


Las risas de la luna — 11


Doblé a mi derecha, en el estrecho pasaje oscuro.
Pensé que sería una buena opción, sin embargo, solo empeoré la situación.

Era prácticamente un laberinto.













Capítulo 216


Las risas de la luna — 12


Logré alejarme un poco de los perros,
pero aún no dejaban escapar a su único objetivo: yo.

Frené, me detuve un momento.
Agitadamente daba vueltas en mi propio lugar para encontrar la vía adecuada, la que me llevara a casa. Había muchas salidas.
Por lo desesperado que estaba no recordaba cuál era la correcta.

"Es este... ¿O este? ¿Aquel? ¡¿Cuál es?!" me preguntaba. "¡¿Cuál es el verdadero?!"














Capítulo 217


Las risas de la luna — 13


De modo que esos animales se avecinaban hacia mí,
no me dieron el tiempo suficiente para elegir la ruta exacta a mi calle.
No podía reflexionar un resultado tan concisamente.

"¡Maldita sea!" protesté.

Debido a las aprensiones, estimulé la fuerza de mis pies hacia un rincón más contiguo en dirección a mí.















Capítulo 218


Las risas de la luna — 14


Jadeaba aires calientes que entraban y salían desde mi par de pulmones.

El terror ahogaba mi garganta.

Mantenía el ritmo apropiado para no cansarme tan deprisa.
Mis piernas aún no decían 'basta'.

Muchas gotas de sudor se colgaban alrededor de mi cuerpo.

Quizás sea capaz de correr varios metros más.
Desafortunadamente, la desesperación acortaba esas posibilidades.













Capítulo 219


Las risas de la luna — 15


Un segundo equivalía
a dos latidos exasperados que sacudían mi caja torácica.

El callejón se volvía más pequeño, más confinado.

Volteé hacia atrás curiosamente, no debería hacerlo.
Los perros ya estaban un poco más lejos.

"¡Bien!"














Capítulo 220


Las risas de la luna — 16


Al acomodar mi mirada adelante,
mi pie izquierdo tropezó con una grieta hueca y pequeña.

Perdí el equilibrio y caí desconcertadamente sobre la superficie áspera.

Sentí que mis codos y rodillas se rasparon un poco.
No fue muy doloroso.

Mi cabeza rebotó contra el compacto sólido y sufrió un golpe profundo, parte derecha de mi rostro se debilitó un poco.
Veía estrellitas que nadaban como peces.

Sin importar los dolores,
apoyé las palmas de mis manos en el suelo,
hice fuerzas
y me levanté para continuar.















Capítulo 221


Las risas de la luna — 17


"¿Qué?" Fruncí el ceño, anonadado.

Cuando estaba a punto de retomar mi corrida,
había una pared delante de mí.

"No puede ser..." susurré, abrumado.














Capítulo 222


Las risas de la luna — 18


No hay salida.

No hay otro escape.

Solo me espera un deprimente destino en el hospital,
lleno de heridas y traumas inolvidables.

"¡WOOF!"

"¡WOOF! ¡WOOF!"














Capítulo 223


Las risas de la luna — 19


Mientras retrocedía, esos dos demonios avanzaban tranquilamente sabiendo que su víctima era débil comparado a ellos.

Los pares de ojos que me observaba con hostilidad, poseían una rabia ilimitable que solamente era manifestada en gruñidos y ladridos.
¿Qué trataban de decirme? ¿Por qué no les agrado?

Me he escapado de Takeshi muchas veces por mi propio bien,
y supuse que huir de unos perros robustos sería pan comido.

"¡WOOF!"















Capítulo 224


Las risas de la luna — 20


Con solo observarlos, bastaba.
Veía tras sus ojos el infierno que me esperaba.
El simple hecho de mirarlos ya me causaba un sufrimiento interno y estremecedor.
Sentía los futuros daños sobre mi piel.

"¡A-ayuda!" chillé. Limpié mi garganta. "¡AYUDA! ¡POR FAVOR!"

"¡WOOF!"

La bestia interrumpió mis llamados de auxilio.

Avisté y no había nadie.

Nadie me oyó.

Nadie venía a salvarme.














Capítulo 225


Las risas de la luna — 21


Ojeé una mirada al suelo sin mover ni un músculo
para buscar algún objeto y por lo menos defenderme con él.

Cualquier cosa, lo que sea.

Desgraciadamente, nada.

Nada.

No había nada útil ahí abajo.

Lo único que encontré,
fue el consistente concreto firme y parejo
que pisaban mis pies.













Capítulo 226


Las risas de la luna — 22


Mi corazón estaba a punto de abandonar mi pecho.
Sus pulsos alternos casi me desmayaron.
La sangre llegaba muy lentamente a mi cerebro.
Tenía la presión baja.
Me dolía la cabeza.
Mi garganta presentaba una negligencia de humedad.
¿Qué me está pasando? ¿Qué es esto?













Capítulo 227


Las risas de la luna — 23


Mis retrocesos eran infructíferos.

Ellos me acorralaban en su propia trampa.

Mi espalda tocó el muro detrás de mí.
Escalarlo sería imposible,
a vista, medía como tres metros.

Me faltaba aire.

Mi fuerza se tornaba inapropiada.

Débil. Me siento débil.















Capítulo 228


Las risas de la luna — 24


La valentía se esfumaba de mi alma.

Esta maldita extraña sensación de turbulencia abatida era insoportable.

Morir de desesperación es horrible.















Capítulo 229


Las risas de la luna — 25


No sé cuál era más peor,
o que estuve a punto de morir en manos de una asesina lunática,
o que seré la cena de estos perros.












Capítulo 230


Las risas de la luna — 26


Ya sé.

Si no puedo defenderme con ningún objeto,
si no puedo escapar,
si no puedo escalar esta pared,
si no puedo enfrentar a estos monstruos de cuatro patas con mis propias manos,
solo me queda una cosa por hacer.

Y es mi última alternativa.













Capítulo 231


Las risas de la luna — 27


Sobre todo, pese a que parecía un completo idiota,
junté las palmas de mis manos sudorientas y comencé a rezar.

No cerré los ojos, y no hablaba en voz baja.
Oraba a través de mi mente.

Le supliqué a Dios que me sacara de esta situación.














Capítulo 232


Las risas de la luna — 28


Bajé las manos.

Permanecí inmóvil.

Los perros estaban a un metro de mí,
preparando sus filosos dientes.

Si intentaba cruzar entre el medio de ellos dos,
me arrancarían las manos.
Una vez que me ataquen, debo evitar que muerdan las partes más importantes de mi cuerpo.
O tal vez no perdonen mi vida.

Mis esperanzas se deshacían como papeles sumergidos en agua.












Capítulo 233


Las risas de la luna — 29


Mis temores superaban a cualquier otro sentimiento
que decidiera oponerse a ellos.

No sé por qué esas bestias me odian tanto si no les he hecho nada malo.

Juro que si logro salir vivo de esto,
nunca jamás volveré a confiar en los perros.










Capítulo 234


Las risas de la luna — 30


Para este verano, tenía planeado realizar muchas cosas estupendas.

En primer lugar,
quería participar en el Festival de Deportes y ganar en la categoría de carreras,
con el fin de plantar un último logro honorífico en mis años como estudiante de preparatoria.
También, tenía pensado aprovechar mi juventud, una de las etapas más preciadas de la vida,
riéndome con mis amigos, salir a pasear con ellos, ver atardeceres, charlar en la larga caminata mañanera y vespertina de regreso o camino a la escuela, asistir a preciosos lugares de mi ciudad, disfrutar el presente;
presenciar cómo nuestros instantes se transforman en hermosas remembranzas para el futuro.












Capítulo 235


Las risas de la luna — 31


Luego,
entre tantas paciencias y esfuerzos diarios,
comenzarían las vacaciones de verano.
Anhelaba ir a ver los fuegos artificiales junto a Kenta, Ami y Hanabi.
Ansiaba contemplar cómo sacrifican su belleza colorida a fin de que los veamos en su forma más atractiva sobre el cielo.
Después (y aunque no creo que ocurra en verano), estaría presente en la tan esperada llegada de mi madre después del trabajo, y gozaríamos en sus días libres ya que pasaría más tiempo conmigo.













Capítulo 236


Las risas de la luna — 32


Pero...

Es una lástima...

Una inmensa pena...












Capítulo 237


Las risas de la luna — 33


No esperaba que algo como esto ocurriera tan repentinamente.

Vivir solo la juventud no es suficiente.

Una flama los acecha; mis ambiciones del mañana se convierten en cenizas.












Capítulo 238


Las risas de la luna — 34


Y ahora, ¿qué pasará?

¿Qué ocurrirá conmigo?

¿Qué sucederá más adelante si termino herido o probablemente muerto?

¿Dios me oyó?

¿Él lo hará? ¿Concretará mi petición?












Capítulo 239


Las risas de la luna — 35


Lastimosamente, ninguno de mis amados deseos va a cumplirse.

Porque estoy a punto de ser devorado vivo por estas bestias.

Rompí la promesa que he hecho con Hanabi.

Y ni siquiera podré perdonarla.

Desde que inició este día,
jamás creí que hoy moriría.

Cuatro Estaciones | Verano「きせつ - なつ 」[CPN]Where stories live. Discover now