Capítulo 11.

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Suran había pasado toda la tarde en el spa, Taehyung la mando ahí luego de verla tan nerviosa, y es que sólo dos noches más y empezaría a ser una mujer casada, con un hombre espectacular que la mirada como si brillara más que cada estrella en el firmamento.

Si bien se conocieron en una noche de copas e hicieron cosas que se han vuelto borrosas en su memoria, el destino se encargo de hacerles entender que su destino era estar juntos, juntos por la eternidad.

Incluso con todos sus defectos, con todas sus peleas, incluso cuando se hubieran separado un tiempo, se volvieron a encontrar en un amanecer, Suran lo ama.

Casi tanto como ama al par de donceles que conoce desde pequeños, sus madres eran amigos y por lo tanto ellos se volvieron inseparables.

Aún recuerda a Jimin trepado a un árbol con las piernas, a Taehyung corriendo por su patio trasero con una cortina vieja y a ella misma correteandolo, los tres crecieron juntos, con las manos aferradas, las cicatrices compartidas y sueños que les dejaban sin ganas de dormir.

Le supo amargo verlos tristes tantos años, cuando el amor toco a su puerta, abandonó las casas de sus mejores amigos, aún conserva el nudo en el pecho cuando Taehyung lloraba desconsoladamente por dejar ir a Hoseok al otro lado del mundo, o a Jimin cuando Yoongi se fue a seguir un sueño.

Aún tiene el sabor amargo cuando encontró a Jimin de rodillas en la habitación de un hotel francés, con su maquillaje arruinado, su nariz roja y la voz tan rota como su propio corazón, le sabe cada vez que ve a Yeonbin andar como si nada por los pasillos del hotel, pisando los pasos de Jimin.

Suspira viendose al espejo, el cabello le cae en una trenza floja por uno de sus hombros, tiene la piel de cristal, sus labios en un tono rojizo por el té de rosas, se siente descansada pero tiene ese nudo en el estómago que la mantiene alerta, Woong debe de estar tomando algunos tragos con su mejor amigo en el bar y sus chicos no están.

Pero algo la mantiene tensa, nerviosa, cuando la puerta de su cuarto se abre todo tiene explicación.

Jimin la está mirando con el ceño fruncido, los ojos cristalinos, el cabello revuelto y unas manchas rojas por contener el llanto.

--Lo sabías.-- su voz es grave, siente como le da un escalofrío por la espalda, se pone de pie con lentitud sin cambiar su gesto de confusión.-- tú lo sabías.

--¿sabes qué?-- pregunta, su voz tiembla en los bordes pero eso no relaja al menor.

--Jimin, te estuve buscando.-- Taehyung se asoma por la puerta, la sonrisa se le deshace al notar la tensión en la habitación.--chicos-...

--Siempre pensé que tendrías un límite.-- su labio tiembla cuando vuelve a hablar, Suran ladea la cabeza.-- Cuando todos decían que las cosas se hacían como tú querías o no servían, pensé que eran dramáticos, porque pensé que mi noona era perfeccionista pero tenía límites.

--No sé de que hablas.-- se atreve a decir, el burbujeo de incomodidad hace que empiece a escuchar un pitido casi sordo.

--¿no? Que conveniente.-- el rubio ha dejado caer un par de lágrimas, su mandíbula está tensa, claro que lo había visto enojado, pero nunca contra ella.-- que conveniente que las cuerdas se mueven para que los títeres sólo te entretengan.

--Necesitas hablas claro porque no te estoy entendiendo.-- cuadra los hombros, si bien no entiende que está pasando nunca le ha gustado que le falten al respeto, se siente herida al escuchar las palabras de su mejor amigo.

--Hablo de que lo supiste, de que sabes que Yoongi estaba enamorado de mí.-- suelta como si de veneno se tratase, Taehyung la mira con pánico pero ella no se relaja ni deja de ver a Park.-- Hablo que no te importo lo que sentía...

¡Jimin y Yoongi son novios! [ym]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang