Capítulo 18.

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Con todo lo que ha pasado los ánimos no están para más fiestas. Aunque no suene muy divertido, en este último día en la isla se dedican a hacer la maleta y a dejar todo tal y como lo habían encontrado al llegar. No hay mucho que recoger, unas cuantas botellas y unas bolsas vacías de aperitivos, nada que les lleve mucho tiempo. Al acabar las tareas de limpieza se plantean quedarse en la playa a esperar a que llegue el avión, pero como para eso aún quedan unas tres horas finalmente optan por dar un breve paseo por la isla.

La idea es no alejarse demasiado del campamento y siempre caminar en línea recta para no perderse, pero a veces las cosas no salen como uno planea y terminan haciendo todo lo contrario. Caminan en círculos, distraídos por la conversación tan interesante que tienen sobre si el fin del mundo está o no por llegar, y para cuando se dan cuenta ya es demasiado tarde.

—¡Nos hemos perdido! —exclama Jasper al caminar sobre sus pasos sin tener ni idea de por dónde han venido.

—Si al menos hubiésemos ido por la playa y no por la montaña podríamos haber deshecho nuestros pasos siguiendo las huellas... —Se queja Isabella resaltando lo evidente.

—Que no cunda el pánico, aún tenemos dos horas para encontrar el camino de regreso —añades tú, intentando mantener la calma colectiva.

Su camino incierto los lleva hasta la entrada de una cueva rocosa que desde lejos se asemeja a la silueta de un elefante. Todos sacan sus teléfonos móviles carentes de conexión a internet y se acercan para tomarse unas cuantas fotografías que poder subir a sus redes sociales al volver a casa.

—¡Eh! ¡Aquí hay algo que brilla! —señala Isabella al adentrarse en la boca de la cueva y todos van a comprobarlo.

Con precaución y cierta desconfianza se acercan al objeto que descansa sobre un pedestal de piedra, lo único que hay en el interior de la diminuta caverna. Ninguno se atreve a tocarlo, todos aprendieron la lección cuando vieron Aladdin, pero la atracción es intensa y pronto salen a flote las dudas. Tú, en particular, te sientes más atraído por el medallón y te planteas tocarlo. Lo piensas pausadamente y decides...

a) Tomar el medallón (ve al capítulo 50).

b) Dejarlo donde está (ve al capítulo 51).

b) Dejarlo donde está (ve al capítulo 51)

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Un cumpleaños de muerte [INTERACTIVA] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora