Capítulo 5.

14.5K 1.1K 1.8K
                                    

Te percatas de que el asiento que hay detrás de ti está libre y aprovechas la oportunidad para reclinar el sillón hacia atrás y acostarte. El viaje será largo, aún quedan cinco horas por delante hasta volver a tocar tierra, así que dormir es la única manera que se te ocurre de hacer que el tiempo pase rápido.

Bajas primero la solapa que oculta la ventanilla, después el nivel de iluminación de tu asiento y cierras los ojos, agradeciendo el leve vaivén que te ayuda a conciliar el sueño rápidamente.

La siesta ha sido tan reparadora después de una noche cargada de nervios que te impedían dormir que despiertas con la sensación de que han pasado horas desde que te dejaste atrapar por Morfeo.

—Disculpa, ¿te importa que me siente contigo? Mi asiento es demasiado estrecho para mis largas piernas —comenta una voz masculina que aparece de la nada.

Stephan, el chico al que menos conoces de tu grupo, está plantado de pie en mitad del pasillo esperando una respuesta por tu parte. Aunque no lo conoces muy bien — es amigo de uno de tus amigos — te parece alguien simpático por lo que respondes afirmativamente. El viaje se hace más llevadero teniendo alguien al lado con quien charlar, y antes de que te des cuenta el comandante ya está anunciando el descenso a tierra.

Te quedas ensimismado mirando a través de la ventana y algo llama tu atención: la oscuridad. La isla está sumida en la más profunda penumbra y no hay nada que te haga pensar que se trata de un lugar civilizado. Ni una luz. Ni una antorcha. La noche se apodera del lugar y desde el aire no hay signos de que esté habitada.

Te mueves con recelo hacia el asiento de la izquierda, preparado para salir al pasillo, pero en el último momento descubres algo que brilla en el suelo. Te agachas para verlo mejor y te das cuenta de que es la linterna de Stephan, a quien ha debido de caérsele. La recoges con cierta dificultad y en cuanto la tienes en tus manos decides...

a) Que se la devolverás en cuanto lo veas (ve al capítulo 7).

b) Que te la quedarás. Puede que la necesites en la isla y, después de todo, si la ha dejado olvidada es que no le tenía mucho aprecio (ve al capítulo 3).

 Puede que la  necesites en la isla y, después de todo, si la ha dejado olvidada es que  no le tenía mucho aprecio (ve al capítulo 3)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un cumpleaños de muerte [INTERACTIVA] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora