presentandome
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Tres horas esperando a mi padre afuera del aeropuerto de Londres, hace algo de viento, y no hay sol, ¿Cómo es posible esto?, en california donde yo vivo, no hay tal anomalía, estoy algo cansada y siento un miedo extraño comiendo mis tripas, oh no esperen, es hambre, algo que hace tres meses no sentía en lo absoluto, de hecho no lo sentía desde hace mucho, porque me gustaba estar vacía, desde que mis padres se divorciaron cuando yo tenía 10 años, mi madre se casó con un tipo millonario que tiene dos hijas, jessica y carla, ambas se encargaron de recordarme cada mañana de mi niñez lo obesa que yo estaba, que era mi culpa blah blah, comencé a dejar de comer como una forma de hacerle ver a mi madre mi inconformidad con su reciente matrimonio, pero ella ni si quiera se percato, entonces yo sola me obsesioné y terminé por convertirme en una barbie, hueca, sin sentimientos que se burlaba de las demás chicas que si tienen corazón, la buena noticia es que no morí de hambre, toque fondo, pedí ayuda y heme aquí, tres meses después de rehabilitación, apunto de mudarme con mi papá y su esposa anne edwards, hace un mes él fue a visitarme al centro en el que me encontraba tomando terapia, me planteo la idea de irme a Londres, la cual a mi me cayó del cielo, porque ni loca volvería a mi antigua escuela, donde seguramente ya se había regado el chisme de mis problemas emocionales.
Seguramente mi papá se olvidó de que hoy llegaba, si tan solo supiera la dirección de su casa, o por lo menos el contestara mis llamadas, me siento arriba de una de mis maletas, tomo mi jirafa de peluche, el ultimo regalo que recibí de mi abuela, ahora tiento mi muslo derecho, no me siento gorda, tampoco me siento fea, si hace tres meses me hubieran invitado a Londres probablemente habría dicho que no, porque me daba vergüenza si quiera salir a la calle, sentía que ocupaba un espacio enorme entre la gente, ahora me siento pequeña, insegura en una ciudad que no conozco.
Un auto negro, se estaciona para ser exacta justo frente a mí, aparece un hombre al cual yo reconosco de inmediato, es papá, no me importaron las tres horas que espere en la acera, dejé mis maletas esparcidas donde estaban y corrí a abrazarlo.
-me alegra sentirte sana- sonreí con ternura, la ultima vez que me vio yo era más como un esqueleto.
-a mi también, te extrañe- me ayudó a recoger mis pertenencias del suelo, con sumo cuidado depositamos todo en la cajuela y nos adentramos al auto.
-perdón por hacerte esperar tanto cariño, tu mamá me envió un mensaje ayer diciéndome que llegarías hasta las 6, y mi celular lo he dejado en casa, anne me llamó a la oficina al ver tantas llamadas perdidas tuyas- bueno por lo menos la tal anne parecía tener consideración de su hijastra, no como paul, el era un hijo de pu*ta que creía que por tener dinero podía humillarme.
-no importa papá, ya pasó, además el avión si se retrasó un poco- el silencio que inundó el auto de pronto se vio interrumpido por mis escandalosas tripas.
-es malo que te mal pases en tus horarios, ¿Qué tal si tu y yo pasamos por nandos?, seguro te gustara- no sabía que era nando's pero sonaba a algo bueno y yo tenía mucha hambre.
-claro, me parece perfecto- llegamos al dichoso restaurante, estaba algo lleno, mi papá se adelantó y me abrió la puerta, no me había sentido tan feliz desde que tenía 8 años, cuando él y yo éramos inseparables.
-espera a que conoscas a anne y a perrie, a y por supuesto a josh, seguro se llevaran de maravilla, perrie va en tu mismo año de escuela- genial, otra hermanastra, espero que ella no critique mi forma de vestir o de hablar, no podría soportarlo y entonces si le rompería la cara, en cuanto a josh, el es un niño de 7 años al que en mi vida he visto.
-pues si tu lo dices- una de las meseras llegó con dos menús y nos los entregó amablemente, pedí una malteada de chocolate, hoy rompería un poco los esquemas y comería decentemente, no como acostumbro, estoy en Londres, me siento feliz, hermosa y vaya, el menú se ve fantástico.
-tu madre me mandó el teléfono del terapeuta que el doctor Foster nos recomendó, mañana ¿crees poder ir a verlo?- por un momento lo había olvidado, el que este en Londres no significa que me haya rehabilitado del todo, tengo que ir a terapia psicológica por quien sabe cuanto.
-si, me parece muy bien, es mejor empezar desde ya- me encantaba estar con él de ese modo, conversando, riéndome de cosas que solo una niña y su papá comprenden, increíblemente ya estamos de regreso a la casa de papá, y no me siento mal por comerme una hamburguesa con doble queso, es más, me siento satisfecha, por primera vez dejo que las cosas fluyan, para bien, tal vez es el efecto de Londres de noche, o el sentir que ya no estoy en california en el infierno llamado "la nueva familia de mamá", espero la "nueva familia de papá" no sea como un cuento de hadas, donde mi madrastra sea mala y mi hermanastra sea grotescamente grosera.
-mañana después de ir a tu cita con el psicólogo, podemos ir a recorrer la ciudad, ¿te parece?- asentí emocionada, este lugar me gustaba cada vez más, ni si quiera podía articular palabra alguna.
Mi estomago se revolvió cuando papá aparcó en la cochera de una casa de dos pisos, el vecindario estaba alumbrado por faroles vistosos, se escuchaba el ladrido de perros y uno que otro auto que pasaba por ahí, estaba muy nerviosa, papá sacó sus llaves pero la puerta se abrió sola, dio paso a una mujer de unos 40 años, parecía angelical, debo decir que estaba guapa, su cabello es super rizado y su sonrisa es calida, le devolví la sonrisa con algo de miedo, entonces ella se lanzó a darme un abrazo, seguido vi a una chica igual a la señora que me abrazaba solo que unos años más joven.
-hola, pasa, mira, yo soy anne, y ella es mi hija perrie- incluso aunque no haya hablado con la tal perrie algo en mi interior me dijo que no era mala como mis otras hermanastras carla y jessica.
-un gusto- para este punto creo que ya paresco un tomate, estaba muy sonrojada y mi estomago estaba totalmente revuelto, papá regresó a la sala una vez que terminó de llevar las maletas arriba.
-ven te muestro tu habitación- perrie tomo mi mano y ambas subimos deprisa a la planta alta, pasamos por un pasillo repleto de fotos familiares, por un momento me dio envidia ver como perrie abrazaba a mi papá, hasta que vi una foto mía y de papá justo en medio de todas aquellas otras fotos, yo tenía 9 años, mi cara regordeta de aquel entonces se veía feliz.
-espero que te guste, greg me dijo que tu color favorito era el azul, y que te gustaba mucho la onda retro- incluso sonreí cuando vi mi nueva habitación, era perfecta, acogedora y además aquella chica que ahora me enteraba que era mi hermanastra se tomó el tiempo para decorarla, ahora ya no me sentía tan extraña en aquella enorme casa.
-gracias perrie, no tenías que molestarte- de pronto sentí como me abrazaba, no sabía que hacer, ¿responder el abrazo?, creo que eso era lo más correcto.
-siempre quise una hermana, mi papá murió cuando yo tenía 6 y bueno, mi mamá y greg tuvieron a josh, pero no es lo mismo, por cierto, ya conoceras al enano, incluso creo que se parece un poco a ti- me había olvidado de mi otro hermanito, y este si tenía algo de mi sangre, es extraño, ahora que lo pienso, ¿Qué puedo decirle yo a mi medio hermano de 7 años?
-bueno, te dejo para que te instales, si necesitas algo mi habitación es la de enseguida- me dio un ultimo abrazo y se marcho cerrando la puerta tras ella, genial, ahora puedo respirar, ¿Dónde he estado metida estos últimos 8 años de mi vida?, probablemente el bulling de mis hermanastras americanas me distrajo de todo este mundo que ni en sueños pensé que pisaría algún dia, tal vez si hubiera vivido con mi papá desde mi niñez no me hubiera hecho lo que me hice, tal vez seguiría siendo virgen, tal vez no me hubiera convertido en una perra materialista en un deportivo rosado emborrachándose en las calles de malibu mientras gasta el dinero de su odioso padrastro, tal vez no hubiera tenido que ir a parar a rehabilitación, pero el "tal vez" ya no tiene lugar en esta nueva etapa de mi vida, a lo mejor y es tiempo de reinventarme, al fin y al cabo, pasaré mucho tiempo en Londres, conoceré gente nueva que no sabe nada sobre mi pasado tormentoso, y los chicos no sabran que antes de esta nueva yo, había una desgraciada ninfómana.
