Por mi Nami

La tripulación es...

Las horas transcurrían y tras el desayuno, todos los piratas de la tripulación retomaron sus labores habituales, Nami se hacía cargo del timón para mantener al Merry en rumbo siendo asistida por Vivi, Usopp estaba a cargo de las reparaciones para el barco, usando sus tremendamente escasos conocimientos para "arreglar" los desperfectos del navío. Zoro volvió a quedarse profundamente dormido recostado sobre el mástil, mientras que Luffy lo observa desde lo alto de la propia asta, estirando su brazo hasta llegar la altura del rostro de Zoro, sosteniendo un pincel empapado de pintura negra, acercándolo con cuidado, listo para averiguar como se vería el espadachín con un buen mostacho, pero justo en ese momento, Luffy sintió como algo lo sostenía con fuerza.

- Ay no... -Fue lo único que el capitán pudo decir antes de sentir como halaban de su brazo para hacerlo caer hasta el suelo con un fuerte estruendo, partiendo algunos tablones en el proceso (que se sumarían a las tareas de Usopp, por supuesto).

El muchacho del sombrero de paja parpadeó un par de veces, para luego echar la vista hacia atrás, viendo como su leal compañero estaba furioso, con una vena palpitanen su sien y todo.

- Vuelve a intentar eso ¡y te juro que...! -El joven de cabello verde le apretaba la muñeca con toda su fuerza buscando sacar su furia, pero no podía sentir huesos por más que aprieta, más bien se sentía como si estrujase una extraña pelota de hule.

- Jeje, siempre alerta, eso me gusta, no cabe duda de que tengo compañeros de primera -Dijo en un esfuerzo por excusar sus acciones, con una actitud juguetona propia de un niño.

- Agh... Tan solo déjame dormir en paz -Daba igual cuanto golpee a su capitán, su cerebro ya no tenía remedio, así que Zoro simplemente deja ir su mano volviendo a cerrar los ojos.

-Eres un aguafiestas... -Decía Luffy haciendo un puchero, estaba aburrido y necesitaba darle algo de vida al barco, no por él, sino por todos sus queridos compañeros, o eso quería pensar Luffy- ¡Ah! Ya lo entendí.

Exclamó el usuario de la fruta Gomu Gomu, poniéndose en pie, de brazos cruzados frente a Zoro, lo hacía sacando el pecho con orgullo, mientras que este se mantenía inmovil, tratando de hacerse el dormido.

-Lo que pasa es que te diste cuenta de que soy más fuerte que tú.

Apenas al oir esas palabras, Zoro abrió el ojo derecho, mirando a Luffy de manera amenazante, como si le dijera "Es tu última oportunidad para que te retractes", pero Luffy hizo caso omiso y continuó alardeando.

- Soy el futuro rey de los piratas así que supongo que es normal, pero eres mi compañero así que no tienes nada de que temer, jeje.

Luffy estaba muerto de la risa, agachándose para estar a la altura del rostro de Zoro, solo para provocarlo aún más, pero su risa cesó en el momento en que sentía el filo de una katana sobre su garganta, y seguido del silencio solo se escuchó la voz de Zoro.

"Tu lo haz querido" fueron sus palabras, mientras su capitán huía despavorido por el barco, saltando y columpiándose desesperado por intentar sobrevivir al furioso estilo de tres espadas.

Por todo el barco se escuchaban los alaridos y gritos de disculpa de Luffy, pero nadie hizo demasiado caso al tema, salvo por la recién llegada que estaba junto con Nami.

- ¡¿E-ese es Luffy?! ¡Está en peligro, debemos hacer algo! -Decía Vivi alarmada, corriendo a la puerta de la habitación, mirando hacia atrás para comprobar que la navegante la seguía. Vaya fue su sorpresa al verla tan campante, leyendo el periodico matutino.

- Calma Vivi, eso le enseñará a estarse quieto -Decía tranquilamente mientras pasa página con pereza.

- P-pero ¿no escuchas esos gritos? ¿Y si son marinos? ¡¿O agentes de Crocodile?! -Aún alarmada, la princesa del reino de arenas luchaba desesperadamente por obtener alguna reacción natural por parte de Nami, pero ella solo suspiraba con anhelo.