La venganza. Darkar x Mecoboy

Capitulo 1:

-Darkar, estoy enamorado de ti.-Recuerdo esas palabras, como si me las hubiera dicho ayer.

Pero no, eso no fue ayer. Ya hace bastante tiempo de cuando me dedico ese sentimiento. Cosa que yo no supe valorar, era inmensamente feliz a su lado. Solo verlo, me alegraba un día entero.

Estoy arrepentido, me gustaría volver el tiempo y pedirle perdón por ser tan idiota.

Lastime su corazón, por querer aventurarme a ver otras cosas, por querer sentir un aire diferente, estaba pensando en mí, y no en nosotros.

-¡Eres un idiota!-Me grito el día que terminamos.-¡Siempre soy yo el que se ha aguantado tus pendejadas!-Sus ojos estaban brotando lágrimas, su color de piel estaba rojiza de la rabia que estaban surgiendo por sus mejillas. -¡Yo he sido el único que se ha preocupado por ti! ¡YO HE SIDO EL ÚNICO QUE HA ESTADO ALLÍ PARA LEVANTARTE EN TUS MOMENTOS MAS BAJOS! ¡Y ME HAS PAGADO TRAICIONÁNDOME CON ESA MALDITA GOLFA ARRASTRADA!-Recuerdo verlo señalando el club.

-Meco, por favor.-Trate hacerlo calmar.-No te alteres, relájate. Déjame explicarme.

-¡NADA, HIJO DE LA CHINGADA! ¡NO TE ATREVAS A HABLARME MAS NUNCA EN TU JODIDA EXISTENCIA!-Respiro y luego grito a todo pulmón.-¡VETE DE MI JODIDA CASA! ¡VE, TOMA TU ASQUEROSA ROPA Y PIÉRDETE DE MI VIDA, DARKAR ALATRIZ!

Esas palabras me destrozaron el corazón.

Pero estaba en su mayor razón. Y ni siquiera me opuse a su decisión, no trate en hacerlo cambiar de opinión. Simplemente recogí mis maletas, y me marche esa misma noche.

Han pasado casi nueve años. Y no he sabido nada de Mecoboy desde ese entonces.

Sí, he tratado de comunicarme con él. Pero no he tenido éxito. Lo busque en su oficina, tres meses después de nuestra discusión, y se había ido de ahí. Había pedido un traslado a otra empresa. Lo busque en nuestra antigua casa, y se había mudado. Pregunte por él, a muchos de sus compañeros de trabajo y todos me dieron la misma respuesta.

-Se fue después del daño que le hiciste, no dio explicación, ni motivo, idiota.

Entonces, no lo busque más. Lo di por fuera de mi vida, para siempre.

He tenido la misma conversación, trescientas veces con mis amigos del bar.-No sé porqué le hice eso a Meco. ¿En que estaba pensando?

-Darkar, viejo. Nos has contado la misma historia desde hace nueve años. ¿Por qué simplemente no vas y te disculpas?

-No puedo, Víctor.-Cubrí mis ojos con mi ante brazo.-Meco, me odia. Y no lo culpo, yo también me detesto...

-Amigo...

-No me llames así.-Le recalque.-Me deprimo más, al escuchar esa palabra..

-No deberías estar aquí, mañana tienes que ir al trabajo. Vaya, aún sigo sin creerlo.-Sonrió.-Tienes que ir a tu importante trabajo como conserje, we. Es tu oportunidad para ser alguien, de nuevo.

-¿Ser alguien nuevo?

-Quien sabe, puede que algún trabajador del lugar te lance un ojo y te saque de la miseria. Después de todo, eres un maldito casanova. Tanto para mujeres, como para gays.

-¡Vete a la mierda, Víctor!

Habían rumores de un nuevo empleado en la empresa, se decía  que iba a ser el supervisor encargado del lugar. Muchos estaban nerviosos, y era  algo estricto. Según la  perra chismosa de la portería. 

-Que puta mierda.-Dije mientras veía a muchos correr a perfeccionar todo para el nuevo hijo de puta.

-Darkar, ve a limpiar al piso dieciséis que nuestro nuevo supervisor se quedara en la oficina del anterior y eso esta hecho un desastre.- Hice caso y me fui.

La oficina estaba hecha una mierda.

Lo limpie de muy mala gana, no me importaba ese ser, ni siquiera iba a tener contacto con el. Me valía miles de salchichas quien fuese.

Mientras limpiaba bajo las mesas, la puerta se abrió. Escuche voces de los empleados haciéndole preguntas y hablándole al nuevo sujeto. Lo cual la voz de este me sonaba muy familiar, pero estaba algo confundido. Me había golpeado la cabeza con la mesa.

-¿Tu eres el conserje?-Me pregunto.

-Y también el que se chinga a la piruja de tu jefa.-Respondí.

Escuche como se desagradaba de mi comentario. Me levante después de terminar, y le mire finalmente para tener en claro un nuevo rostro en mi cabeza, para después dibujarlo en mi pared, y  lanzarle dardos.

Pero me lleve la sorpresa de mi vida, ese sujeto, el estricto, el nuevo encargado....Era aquel que me había robado el corazón.

-¿Me-Mecoboy?-Sin medidas, le pregunte.