Elora de Rivia no confiaba ni en su propia sombra, tenía el carácter de un toro malhumorado y nunca, jamás, se debía interrumpirla mientras comía. Y para rematar, tiene el más abrupto primer encuentro con nada más ni nada menos que Sehon(Jimin) Hatt...
este fic no tenía prólogo así que me apeteció hacerle uno ╰( ͡° ͜ʖ ͡° )つ──☆*:・ﾟ espero y les guste!(T⌓T)<3
EL NOMBRE DE JIMIN EN ESTE FIC ES SEHON.
▬ ¦ Misterio / Romance.
▬ ¦ Universo alternativo.
▬ ¦ + 18. [Lenguaje vulgar,
escenas explícitas]
[ ᴘʀóʟᴏɢᴏ ]
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Violencia. Desapariciones. Injusticia. En un país donde el conflicto social cada vez era mayor, Elora de Rivia sólo tenía dos cosas en mente: cuidar a su familia y hacerse más fuerte.
Hijo del odio y la guerra, Sehon Hattori nació en el mundo de los depredadores y creció para convertirse en el mejor de ellos. Silencioso y mortal como el filo de su espada, era uno de los herederos del Clan Iga- Ryūl, así como uno de los más fuertes.
No podían ser más diferentes, pero en cuanto se tocaban el aire se hacía espeso, los escalofríos eran inevitables, la piel cosquilleaba.
Elora no tenía idea de cuál era la verdadera naturaleza de un hombre tranquilo y tímido, pero capaz de bloquear un chiquillo en el aire. Sehon sabía que una atracción tan fuerte con alguien insolente e indomable como ella definitivamente traerá problemas, y como Segundo Hijo del Clan debía utilizar la inteligencia que tanto se le había inculcado. Sin embargo, Elora tenía algo a lo que no podía resistirse, algo que le impedía alejarse.
En ella descubre una causa por la que luchar, y en él, ella descubre a alguien en quién confiar.
En el mundo de los Clanes nada era lo que parecía ser, entre intrigas, traiciones, y un grupo social que actuaba en la clandestinidad, el mundo que los envolvía era violento y sin piedad. Pero nadie sabe cuanta lealtad y valentía hay en su corazón cuando todo lo que ama está en peligro, y entonces, solo quedan dos opciones: echarse a llorar, o encontrar la fuerza necesaria para ponerse de pie y luchar.
