Otra omega

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Mew recién llegaba, se encontraba trabajando en la empresa de su padre, lo cual normalmente lo hacía en el tiempo de vacaciones. Entró a su departamento encontrando a su omega dormido en el gran sofá, sonrió dulcemente al verlo.

Se acercó a su pareja sentándose en el suelo frente a el, acariciando los mechones de cabello que cubrían los ojos del omega.

— Eres mi felicidad.— confesó besando la frente de Gulf.

El omega entré sus sueños sintió el olor de su alfa, pero había algo más en ella. Su omega se despertó por completo, Gulf sintió su pecho vibrar de furia y chillar de tristeza.

Mew olía a una omega.

El omega embarazado abrió sus ojos encontrando al alfa sonriéndole mientras pasaba sus manos por la cabellera de Gulf.

Mew se acercó a Gulf, tratando de tomarlo entré sus brazos para cerrar la distancia, y se sorprendió al notar que el omega lo veía con enfado.

—¿Por qué me mirás con tanto desprecio?— preguntó el alfa.

Gulf soltó un gruñido involuntariamente, cubriendo su boca o instante. Los ojos de Mew se agrandaron por la sorpresa. El omega rápidamente bajó la mirada, sintiendo sus manos temblar  Mew levantó su rostro por el mentón, ahora presionándolo suavemente

—¿Qué te he hecho? Yo nunca te he gruñido.— hablo nuevamente el alfa.

Gulf apretó su mandíbula, removiéndose en su lugar. Mew ejercicio un poco de presión en el omega, sin intención de lastimarlo.

— Háblame Gulf, ¿Qué está pasando.?

El mencionado cerró sus ojos no queriendo mirar a Mew.

— Te olí...— soltó él omega.

El alfa lo tomó del mentón para mirarlo, pero este seguía con sus ojos cerrado.— ¿Huelo a algo?

Gulf se removió entré los brazos del alfa para liberarse de ellos, cuando por fin lo dejó libre, el menor rodeó a Mew para dirigirse a su habitación.

— Deseó estar solo.— dijo sin mirar al alfa.

— Espera...— caminó hacia al menor para detenerse frente a él.— ¿Qué hice mal?— preguntó llevando su mano a su pecho.

— Dijiste que nunca me engañarías.— dijo sintiendo su marca arder un poco, y el alfa sintiendo el dolor en su pecho.

—¡No lo hice!— y por primera vez Mew le gruñó al omega mientras se acercaba más a él.— Nunca te he mentido y no lo hice.

La mirada de Gulf se suavizó, llenándose de lágrimas junto a su corazón doliendo.

— ¡Hules a una omega.!




Sweet CreatureTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon