De hecho, ni Uriel ni yo teníamos el número de teléfono de ángel, así que me tocó meterme a los grupos de whatsapp para ver si encontraba su foto entre alguno de los contactos para poder agendarlo. Cosa que me demoró bastante tiempo y cada minuto que pasaba lo iba odiando un poquito más.
Uno creería que pasar a vivir con Ángel sería algo interesante, pero no lo fue. En absoluto.
Me mudé a su casa una semana después. Él volvía de los ensayos de ballet en la noche y se iba en la mañana a clases, así que nunca estaba en la casa. Y cuando estaba, nunca me dirigía la palabra.
Me hice amigo de su hermana mayor y eso pareció irritarlo más, pero las cosas no iban tan mal. Al menos no el primer mes.
Pasaron muchas cosas durante los siguientes meses.
Ángel y Uriel comenzaron a verse, Clarita fue arrestada una vez por andar peleándose con una chica en la salida de un antro, Artemisa calificó para una competencia de patinaje fuera del país, y Uriel también. Me habría encantado ir a verlos de haber podido pagar los pasajes.
Mi tío murió.
Volví a tener ataques de pánico con la llegada de los exámenes.
Intenté suicidarme.
Quedé internado.
Hice llorar a Uriel. Hice llorar a mi madre.
Mi padre trató de visitarme en la clínica y tuve otro ataque de pánico. Allí fue cuando todos se enteraron de los abusos sexuales.
Desaprobé todos los exámenes y tuve que pausar la carrera, pero no me importó. Sabía que podría retomarla en cuando saliera. Pedí una licencia en mi trabajo, pero no me volvieron a renovar el contrato cuando éste expiró.
Comencé terapia.
Comencé a medicarme.
Dejé de sentir.
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Noches de verano
General FictionLuego de regresar a casa tras pasar meses internado por un intento de suicidio Maciel decide rehacer su vida y sus amigos creen que pasar el verano todos juntos lejos de la estresante ciudad sería de ayuda, por lo que emprenden un viaje al pueblo ve...