Laughing is not the most fun Brendon can have

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[Brallon]

Brendon tiene un episodio de risa excesiva y Dallon trata de calmarlo.

Era el quinto período y Brendon estaba en clase de matemáticas. Su asiento estaba al lado de uno de sus mejores amigos, Dallon.

Dallon era bastante diferente a sus otros amigos: era tranquilo y sereno, tenía un buen comportamiento y seguía muy bien su religión. A pesar de todo eso, Brendon lo encontraba absolutamente hilarante y tenía derecho a hacerlo, ya que Dallon tenía un gran sentido del humor.

A veces, Brendon se sentía muy abrumado en esa clase. Como ahora. Su profesor de matemáticas hacía algunos chistes aquí y allá, al igual que siempre, y Dallon también bromeaba, disfrutando hacer reír al menor.

Después de cada broma o insinuación que dijo su maestro, el rostro de Brendon se volvió extremadamente rojo mientras trataba de no reírse, lo cual hacía que su cabeza le doliera.

—Señor Urie, el problema está muy difícil, ¿verdad?—dijo su maestro, estaba un poco preocupado porque Brendon parecía sufrir al tratar de hacer la operación y el esfuerzo que hacía era muy visible. Sin embargo, no lograba resolverlo y su ahogada risa lo acompañaba.

—Umh, sí, es realmente difícil— logró decir a duras penas.

—Está bien, Urie. Pero tendré que pedirle que se tranquilice.

—Lo siento, lo siento— dijo Brendon haciendo todo lo posible para contenerse, lo que lo hacía reír aún más. Por suerte, el profesor ya estaba de vuelta en su escritorio.

—Amigo, tienes que dejar de reírte— dijo Dallon, divertido.

—No puedo—susurró Brendon, todavía riendo, con un hilo de voz.

—Mírame, está bien, Bren, tranquilo—dijo comprensivamente, una vez que se dio cuenta de que su amigo no disfrutaba de aquello. Brendon levantó la cabeza y lo miró. Cuando sus ojos se encontraron, el menor ocultó su rostro en sus manos y empezó a reír otra vez, luego dejó caer su cabeza en el escritorio, hiperventilando. Dallon se sintió algo preocupado pero no dejó que su amigo se diera cuenta. Se acercó al maestro que estaba sentado en su escritorio y le habló en voz baja.

—Brendon está algo... Ansioso, ¿podemos salir un momento? Creo que sé cómo calmarlo—el profesor levantó la vista y asintiendo respondió.

—Sí, está bien— aunque tenía las cejas fruncidas. Dallon caminó de regreso hasta su lugar y tomó a Brendon del brazo para levantarlo.

—¿Qué estás haciendo?—, Preguntó el menor, alarmado.

—Ven, te voy a ayudar. Nos dieron permiso, no te preocupes— lo tranquilizó. Salieron del salón hacia el pasillo vacío, Dallon soltó a Brendon, ambos estaban frente a frente y el segundo aún soltaba unas carcajadas.

—Ok, Brendon. Dime, ¿qué es tan divertido?

—Nada... Y todo a la vez. Oh, Dios, ni siquiera lo sé, algo está mal y no puedo detenerme. ¿Qué pasa si nunca lo hago?—dijo entrecortadamente, las risas no lo dejaban hablar con fluidez, se veía muy asustado.

—Está bien, ahora estás ansioso y sigues riéndote... Por favor, Bren, trata de calmarte.

—¡No puedo! ¡Estás siendo muy gracioso!

—Lo siento. Mira, ¿por qué no piensas en otra cosa? Respira hondo y cuenta hasta diez.

—¡Pero eso nunca funciona!

—Ni siquiera lo has intentado. Respira profundo—Brendon se rindió ante la desesperación de hacer que todo se detuviera y tomó aire temblorosamente, luchando contra la risa. Notó que cuanto más intentaba detenerse, más difícil era parar de reír. Dejó escapar el aliento que contenía y comenzó a hiperventilar otra vez, pero ya no se reía.

—Está bien, Bren, vas a estar bien. Sólo tómalo con calma, no hay prisa. Toma el tiempo que necesites— el menor cerró los ojos con fuerza y ​​su espalda golpeó la pared mientras respiraba lo más profundo y lento que podía, soltando de vez en cuando una pequeña risita.

Dallon trató de no reaccionar a eso, porque sabía que él también comenzaría a reír sin parar como su amigo.

—Eso es, muy bien—lo felicitó. Brendon por fin sintió que todo volvía a la normalidad y una vez que estuvo lo suficientemente calmado como para no volver a reír pronto, se incorporó de la pared y un fuerte dolor de cabeza lo atacó.

—¡Mierda! Mi cabeza me está matando —se quejó mientras llevaba una mano a su cabello.

—Sí, de seguro es porque tuviste uno de los peores ataques de risa en tu vida.

—¡Maldito Dios!— dijo Brendon.

—¡Oye! No uses el nombre de Dios así—Brendon solía reaccionar a eso con una sonora carcajada, pero decidió que rodar los ojos y sonreír ligeramente sería mucho más seguro.—Volvamos a clase ahora, Bren.

Dallon rodeó los hombros de Brendon con sus brazos y comenzaron a caminar juntos.

¿Qué rayos acabo de traducir?

Esta es la traducción de una orphan story de Archive of our own.

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