Y la mirada escarlata neutral le observó durante un par de segundos, hasta que le sonrió levemente.

Izuku se sonrojó al instante, mientras no lograba despegar su vista de su hermoso rostro.

Era tan hermoso que acababa siendo atrapante.

Izuku. —habló el mayor con sus escarlatas serias y fijas en él, dando un paso hacia el interior de su casa sin previo aviso.

Izuku retrocedió un par de pasos y tragó saliva con sus esmeraldas brillosas.

¿Por qué es que Katsuki-san es tan hermoso?

Se preguntó embobado, observando cómo el mayor caminaba hacia él con una seguridad inquebrantable.

Katsuki siguió sus pasos y con determinación cerró la puerta a sus espaldas con suavidad.

Y avanzó hacia él sin dudarlo.

Entonces tomó de sus manos de una manera cuidadosa. —Perdóname. —dijo con su voz ronca. —Fui un estúpido... —agregó con honestidad. —Debí decirte la verdad hacía tiempo, pero temía que las cosas no resultaran bien.

— ¿Eh?

Izuku se quedó estático por un par de largos segundos, procesando lo que acababa de escuchar.

¡¿Katsuki-san se está disculpando conmigo?!

Entonces el pecoso se sonrojó al instante y su ritmo cardíaco aumentó de una manera abismal y preocupante.

Sus manos calientes habían capturado las suyas con extrema suavidad y delicadeza. Izuku aún era preso de su agarre.

Y su boca se abrió con temblores notorios.

— ¡A-ah! —exclamó con sus jades sorprendidas, llorosas y nerviosas, soltando el agarre al instante debido al nerviosismo que sentía.
— ¡P-p-por favor, no se preocupe! —exclamó sonrojado, negando con sus manos de manera nerviosa y veloz. — ¡L-la verdad es mi culpa, no debí actuar de esa forma tan egoísta! —exclamó con arrepentimiento. Entonces bajó su vista avergonzado, observando cómo movía su propio pie derecho de un lado a otro. —E-es solo que me frustré y reaccioné de una manera indebida, por favor discul—

Katsuki tomó sus manos con firmeza una vez más.

—Cierra la boca, idiota. —murmuró con su aliento cercano a su rostro. —Escucha... Solo diré esto una sola jodida vez. —agregó con sus ojos demandantes. —Más vale y me prestes atención, o definitivamente te mataré. —gruñó.

Izuku le miró boquiabierto, observando las escarlatas del mayor devorarle lentamente.

— ¿S-sí?

Entonces Bakugou le observó sonriéndole con una seguridad desbordante.

Me gustas, imbécil. —respondió con su voz ronca, mientras le sonreía de manera segura. —Eres toda la mierda que necesito.

Izuku comenzó a hiperventilar y su rostro ahora mismo estaba rojo en extremo.

Entonces abrió su boca temblorosa, sin saber qué hacer.

Ahora mismo sentía un total desorden en su estómago, tal y como si mil mariposas volaran en su interior.

— ¡A-a-ah! —exclamó nervioso, bajando su mirada y posicionando sus manos sobre su playera, arrugandola con nerviosismo al instante.

Trago saliva y comenzó a sentir cómo su calor corporal aumentaba rápidamente.

Y se movió en su lugar como si de un gusano avergonzado se tratase, mirándole por segundos con timidez. —L-la verdad... —susurró tímidamente.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now