Byeongkwan nunca fue el típico omega tierno y vulnerable, siempre se metía en problemas por su personalidad honesta y testaruda.
El no soñaba con encontrar a su pareja destinada como los demás, él no quería depender de nadie más que de él mismo, él...
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Un golpe en la mejilla trajo al pelinegro de vuelta a la realidad. –¿Le contaste sobre el trato?
–¿Crees que porque estamos en esta situación tienes derecho a golpearme? –Sehyoon levanto su puño con enojo y lo estrello en el estómago del rubio mandándolo directo al piso. –Que no se te olvide tu maldito lugar, después de todo solo eres el hijo de un alfa desterrado. –Escupió con rabia, El rubio rio amargamente y se levantó del piso lentamente.
–No olvido mi origen, así como tú no deberías olvidar en manos de quien está la vida de tu querida Eun Suh-ah
Los ojos del alfa se obscurecieron en ira, juro que algún día arrancaría cada extremidad de ese bastardo arrogante con los dientes.
–Carajo, golpeas fuerte pero descuida Sehyoonie te perdono el hecho de que arruinaras mi traje favorito, pero ¿sabes que no te voy a perdonar? –Dijo tomando el cuello de la camisa de Sehyoon. – que el maldito pelirrojo escapa del país con mi maldito auto, así que sé un buen perro y búscalo, no quieres que algo malo le pase a tu hermanita ¿verdad?
–Te voy a matar, lo juró. –Gruño el pelinegro.
– Sí, seguro, ahora ve por el omega y por mi auto ¿quieres? – Le dio una palmada en el hombro para después entrar tranquilamente a la casa.
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–¿Qué haces aquí?, ¿no deberías estar con...?
–¿Me vas a dejar pasar? ¡Me estoy congelando! –Empujo a Chan y se apresuró a entrar al cálido departamento para encontrar a Donghun apresurado poniéndose sus pantalones y fue allí donde se dio cuenta de la falta de ropa en su amigo Chan, hoy definitivamente no era su día.
–Saldré por la puerta y regresare en 5 minutos, vamos a fingir que nada de esto paso. –Sin más que decir se dio la media vuelta y salió del departamento. Ver a esos dos en bolas era lo que menos quería en esta vida y ahora el recuerdo de esto permanecerá para siempre en su memoria.
Pasando el tiempo estimado toque la puerta de nuevo y fue recibido por la cara de enojo del pequeño Chan la cual ignoro por completo y se dirigió a la cocina.
