Capítulo 38

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Encontramos al fin otra fortaleza era como una pequeña casa con solo una habitación, sin puerta y sin ventanas y con el piso lleno de césped, desde ahí podemos observar que otro grupo de personas se divierten jugando paintball, pero nosotros decidimos tomar asiento y descansar un poco después de todo no se cuanto corrimos para escapar de esos locos con armas de pintura.

—Corres bien Mar —dice Liam, aún tratando de recuperar el aliento.

—Por un momento pensé que nos seguían con armas de verdad —intento ser graciosa y consigo hacerlo reír.

—Debes... —dudo por unos instantes, pero prefiero hablar —extrañar a tus padres.

—Pensé que al pasar más tiempo dejaría de extrañarlos, pero supongo que dejaron una gran marca en mi que me hace amarlos incluso cuando no están cerca.

—Estoy segura que también sienten lo mismo por tus hermanos y por ti, ¿sabes? La vida de los adultos a veces es tan complicada, a veces guardan secretos, problemas y prefieren tomar decisiones que no saben si lastimarán a alguien.

—O a veces lo hacen por tu bien... o eso es lo que dicen —al decir eso ambos reímos a carcajadas.

—Escuchaste —Liam se pone alerta al escuchar pasos afuera de la fortaleza y sigilosamente observa y finalmente dice —Mar, ¡son ellos, debemos atacar! —exclama en un susurro.

Enseguida nos colocamos nuevamente las mascaras y les disparamos, Alex se ve tan graciosa al tratar de correr y esconderse y Austin se queda de pie estático y dispara hacia nosotros, pero no logra acertar. Después de dos disparos, noto que ya no me quedan municiones, así que me escondo detrás de la pared y observo a Liam como dispara de una manera tan increíble que parece todo un profesional en este juego. Sé que no debería verlo de la manera como lo veo, se que no debo sentir nada más que mi ansiedad, sé que mi corazón no se puede agitar por algo más, pero ahora resulta tan complicado controlar esto porque sé que no debo amarlo. Por fortuna, llevo esta mascara que evita que Liam veo que mis mejillas están ruborizadas y que mis ojos brillan por él y que estas lágrimas es por que no quiero que llegue el día en el que deba perderlo.

Luego de unos segundos se terminan las municiones de Liam y de Austin, así que preferimos salir y en ese momento Alex lanza sus ultimas balas de pintura por fortuna no logra acertar y también se terminan sus oportunidades.

Al final chocamos las manos con nuestros contrincantes y se termina la guerra. Cuando contamos las manchas de pintura en todo nuestro cuerpo Alex tiene ocho impactos, Austin tiene cinco. Tristemente al contar las manchas de Liam y mías con un total de quince impactos aceptamos la derrota y decidimos ir a descansar ya que nos tocaría preparar la comida; sin embargo, Alex y Austin prefieren jugar una ronda más entre ellos, al parecer se están llevando bien.

—Mar, ¿por qué sigues con la máscara? —Comenta Liam, mientras caminamos de vuelta a la recepción.

—Ah... es solo que me gusta, me siento especial —formulo una torpe excusa.

—Si, de hecho, te ves muy linda —quisiera que dejara de decir eso.

—Te veo después, voy a lavarme la cara —digo de una manera seria y me separo de él.

Al llegar al baño, me retiro los guantes y seguidamente la máscara, observo que mis ojos no están rojos, pero si brillan por las lágrimas que deje caer, el color rosáceo de mis mejillas ya no es tan fuerte, pero prefiero lanzar algo de agua en mi rostro. Enseguida me retiro el chaleco y el overol, me arreglo mi cabello y vuelvo con Liam.

Entrego todo el implemento y voy con Liam, quien me esta esperando en las gradas enfrente de una cancha de fútbol.

—Toma esto Mar, debes tener sed —Liam me da una bebida y la acepto.

—Gracias —sonrío y bebo de la botella.

—Por cierto, vi que tenias el libro El principito, ¿te gusta? —inquiere curioso.

—Ah, si es uno de mis libros favoritos. ¿Lo has leído?

—A mí también me gusta. ¿Cuál es tu parte favorita? —pregunta con una sonrisa.

—Creo que la escena del zorro y el principito es la que mas me gusta, me entristece y la que más me ha dejado pensativa, aun no entiendo por qué el zorro quiso que el Principito lo domesticara a pesar de que sabía que él no se iba a quedar a su lado. —Vuelvo nuevamente a preguntarme lo mismo que cuando lo leí.

—Supongo que el zorro, quiso conocer al Principito; él quiso estar con él por que sabia lo especial que era y lo feliz que podía ser, aunque fuese por un poco de tiempo —intenta explicármelo.

—Pero, cuando el Principito se fue, le causó un gran dolor que talvez pudo haber evitado —algo que muchos podíamos evitar y que a pesar del dolor decidimos continuar por amor, aunque creo que existe un límite.

—Aún así le dejo una gran lección al Principito que fue, que el amar a alguien ya lo hace diferente de los demás, así que debes cuidar de ese ser especial —mi corazón empieza a latir fuertemente al verlo y escuchar sus palabras cálidas.

—Y también que cada quien es capaz de escoger la forma en la quiere ser lastimado, después de todo al final las lágrimas del pequeño zorro solo representan cuán importante fue lo perdido y amado. Que masoquista ¿no? —aclaro mis pensamientos.

—Mar... ¿sabes lo que eres para mí? —¿A qué se refiere con eso?, parece que mi corazón se quiere salir de mi pecho, pero aun así tomo un suspiro y mientras intento mirarlo directo a los ojos le respondo.

—¿Tu amiga? —digo dudosa y él lanza una risa.

—Eres única y especial por que aprendí a conocerte, tú eres mi rosa a quien quiero cuidar. — Me quedo en silencio observándolo, pero aunque se lo que significan sus palabras no quiero entenderlo es más no quiero creerlo.

—Gracias, supongo que también eres especial. —Digo tajante —, será mejor que vayamos a preparar la comida ya se hace tarde. —Me levanto rápidamente y comienzo a caminar hacia la zona donde podemos preparar los alimentos, todo con el fin de terminar con esa charla.

Tú, mi ansiedad©Where stories live. Discover now