Estaba Ron, Hermione, Theo, Blaise, Ojo loco, Fred, George, Bill, el señor Weasley, Tonks, Fleur, Kingsley, Hagrid, Sirius y para sorpresa de la castaña, Mundungus Fletcher. Se acercó de nuevo a Harry para mantenerse a su lado y calmarlo una vez que le contaran los planes.

-Kingsley, creía que estabas ocupándote del Primer Ministro Muggle. -gritó Harry a través de la habitación.

-Puede pasar sin mí una noche, -dijo Kingsley-. Tú eres más importante.

-Muy bien, muy bien, tendremos tiempo para una cariñosa bienvenida después, -rugió Moody sobre el tumulto, y se hizo el silencio en la cocina. Moody dejó caer sus sacos a sus pies y se volvió hacia Harry-. Como Dedalus probablemente te ha dicho, hemos abandonado el Plan A. Pius Thicknesse ha caído, lo que nos presenta un gran problema. Ha convertido en asunto penado con cárcel el conectar esta casa con la Red Flu, colocar aquí un Traslador, o Aparecer dentro o fuera. Todo hecho por bien de tu protección, para evitar que Ya-sabes-quien llegue hasta ti. Una absoluta estupidez, dado que el encantamiento de tu madre ya hace eso. Lo que ha hecho en realidad es evitar que salgas de aquí a salvo. Segundo problema: Eres menor de edad, lo que significa que todavía pueden Rastrearte.

-No sé…

-¡El Rastro, el Rastro! -dijo Ojoloco impacientemente-. El encantamiento que detecta la actividad mágica alrededor de un menor de diecisiete años, ¡así es como el Ministerio está al corriente de la magia menor de
edad! Si tú, o cualqueira a tu alrededor, lanza un hechizo para conseguir que salgas de aquí, Thicknesse lo sabrá, y también los mortifagos.

-No podemos esperar a que el Rastro se rompa, porque en el momento en que cumplas diecisiete perderás toda la protección que tu madre te dio. Para abreviar, Pius Thicknesse cree que ha conseguido acorralarte buena y apropiadamente.

-¿Entonces qué vamos a hacer?

-Vamos a utilizar los únicos métodos de transporte que nos quedan, los únicos que el Rastro no puede detectar, porque no necesitamos lanzar hechizos para utilizarlos: escobas, thertrals, y la motocicleta de Hagrid.

Annie estaba en desacuerdo con ese plan, pero no encontraron otra manera de transportar a Harry.

-Ahora bien, el encantamiento de tu madre se romperá  solo con dos condiciones: cuando seas mayor de edad, o -Moody gesticuó hacia la inmaculada cocina- cuando ya no llames a esta casa tu hogar. Tú, tu tía y tu tío están separándose esta noche, se entiende plenamente que nunca más van a vivir juntos, ¿correcto?

Harry asintió.

-Así que en ese momento, cuando salgas, no habrá vuelta atrás, y el encantamiento se romperá en el momento en que abandones sus límites. Estamos escogiendo romper el encantamiento antes, porque la alternativa es esperar a que Quien-tú-ya-sabes venga y te agarre en el momento en que cumplas diecisiete.

-La única cosa que tenemos a nuestro favor es que Quien-tú-ya-sabes no sabe que te trasladamos esta noche. Hemos filtrado un rastro en el Ministerio. Creen que no te marcharás hasta el treinta. Sin embargo, es con Quien-tú-ya-sabes con quien estamos tratando, así que no podemos confiar en que se contende con la fecha equivocada; debe tener un par de mortifagos patrullando los cielos en el área en general, solo por si acaso. Así que hemos proporcionado a una docena de casas diferentes todas las protecciones que hemos
podido lanzarles. Todas tienen el aspecto de poder ser el lugar donde vas a ocultarte, todas tienen alguna conexión con la Orden: mi casa, la de Kingsley, La de Muriel la tía de Molly… te haces una idea.

-Si -dijo Harry.

-Te llevaremos con los padres de Tonks. Una vez estés dentro de los límites de los hechizos protectores que hemos puesto en su casa podrás utilizar un Traslador hasta la Madriguera, ¿Alguna pregunta?

Annie y las Reliquias de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora