025|II|

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k. taehyung.








— ¡Quédate quieta, joder!

Vuelvo a tomar una respiración profunda, haciendo oídos sordos a los sollozos de Haewon, a la poca paciencia de Hyunseok que esta a nada de explotar. Ignoro esa necesidad por querer consolarla, más no tengo ese derecho, no mientras ella siga con esa maldita venda en sus ojos.

Tocó la puerta tres veces, y mis dedos soban mi sien esperando que el terrible dolor de cabeza aminore. Siento mi cerebro palpitar y mandar punzones que duelen de forma jodida.

Cuando escucho que la puerta se abre, me enderezo para mirar el cansado rostro que se asoma por el reducido espacio. Es difícil verla entre tanta oscuridad, y por lo poco que puedo observar en el interior es lo mismo.

— Pensé que se desanimaron, llevo esperando una hora.

Asiento y hago una pequeña reverencia agachando la cabeza. Mis dedos se aprietan en la bolsa y tomó otra respiración.

—Nos tomó más tiempo del que planeamos. Me disculpo.

Ella asiente y puedo ver las notorias arrugas formarse en su frente y al costado de sus ojos. Abre la puerta por completo dejándome ver su encorvado cuerpo, pero ella solo mira a Haewon quien se retuerce intentando librarse del agarre de su hermano.

La mira de pies a cabeza, sé que su ropa esta mal, con el vómito impregnado y después ella me mira a mi, más bien el pantalón. Hace una mueca y se acerca a Haewon.

—Tranquila, cariño. Deja de hacer fuerza, necesito que la tengas. No quiero que te desmayes a mitad del proceso. No serviría el esfuerzo que están haciendo tus amigos.

Acaricia su mejilla, pero Haewon la mira con recelo, como a alguien más que quiere hacerle daño, según lo que cree en su cabecita.

—¿De qué demonios habla?

Paso una mano por mi cabello y espero que esto de una vez acabe, mi cuerpo esta tenso, me duele horrible la puta cabeza y estoy cubierto de mierda, además que me preocupa un poco dejar sola a Akemi en un lugar que ni conoce. En realidad, nadie.

Ella retira su mano y se gira adentrándose a la casa. — Te lo diré, pero aquí afuera no es seguro.

Se adentra a la casa y me gustaría que la siguiéramos en silencio, pero las palabras de la mujer parecen enloquecer a Haewon ya que nuevamente tiene una crisis, siendo nuevamente arrastrada por su hermano.

  —¡¿Qué demonios?! ¡Suéltame! ¡¿Qué me van a hacer?!

Sigo a la mujer ignorando los gritos de Haewon, ya hemos llegado muy lejos para arrepentimientos, por más que desee alejarla de su hermano, abrazarla y tranquilizarla.

Intento mirar el interior de la casa, a pesar que la luz sea escasa ya que algunas velas alumbran, estas se encuentran lejos. La mujer no tiene una vivienda normal, podría decir que hasta es pobre pero eso es lo de menos.

Lo que me llama la atención es cuando alza unas cortinas de tela transparente y observo una mesa con muchas velas en el centro, además de cuatro cuchillos en cada extremo de la mesa. Pero lo que me llega a perturbar son las cráneos que tiene apilados en una repisa, con más velas y cruces de diferentes tamaños.

Un escalofrío recorre mi espalda baja.
Chaerung, quien es la mujer que decidió ayudarnos agarra una silla y la coloca muy lejos de la mesa, detrás de las cortinas transparentes.

— Sienta a tu hermana, aquí muchacho. — miro a Hyunseok, a él no le altera esto, fue él quien encontró a este mujer. — Ayúdalo—se dirige a mi y me da unas cuerdas. Le dedicó una mirada incrédula y ella sonríe sin mostrar sus dientes. —, no se quedará quieta. No hasta que haya terminado.

Brujería ❀; jjk | COMPLETA {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora