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— Interpol capturó a uno de los hombres de Shaw en Moscú. — informó el musculoso agente mientras todos mirábamos hacia abajo, donde se estaba llevando a cabo una operación de dicha entidad. — Yo tuve una sesión de terapia con él y nos reveló el escondite de Shaw. — agregó y yo lo miré de reojo.
Tenía el ceño fruncido, la mandíbula tensa y sus brazos fornidos cruzados sobre el pecho. Definitivamente no me gustaría tener una terapia con Luke Hobbs.
Luego de haber acordado ayudarlo a capturar a Owen Shaw y su banda, a cambio del perdón del equipo, nos habíamos reunido esa misma noche en lo alto de un edificio que funcionaba como estacionamiento.
— ¿Y por qué no estamos allí abajo? — interrogó Gisele.
— Porque no nos invitaron. — respondió el hombre.
— Hobbs, van a enviar a tu saco de boxeo. — informó Tej, quien estaba haciendo escuchas con su computadora y siguiendo la operación paso a paso. — Tiene micrófono, va a ver a Shaw antes de que entren. — dijo y todos volteamos para ver como el hombre calvo que habían capturado comenzaba a caminar para ingresar al escondite y encontrarse con su jefe. Afuera lo esperaba un centenar de policías y patrullas.
Se escuchó el sonido de una puerta y supimos que ya estaba dentro.
— Entonces...¿la policía te soltó así nada más? — vociferó alguien. "Shaw" pensé.
— No te preocupes, no les dije una mierda. —respondió nuestro hombre.
— No estoy preocupado. — dijo la persona con la que estaba hablando. — Bien...enciéndelo por mí. — acotó y acto seguido se escuchó el ruido de un motor. — Es increíble.— habló la misma voz cuando el ruido se apaciguó. — Las cosas más simples pueden causar los problemas más grandes. La buena noticia es que si reemplazas una pieza mala... todo funciona perfectamente de nuevo. — comentó, y podría jurar que no estaba hablando sobre un repuesto del auto.
— Mira, Shaw... — comenzó a excusarse el enviado. —¡Espera, Shaw! ¡Shaw! — gritó desesperándose y todos nos alertamos. La computadora de Tej comenzó a hacer ruidos y giré a verlo.
— Recibí confirmación de Shaw. Van a entrar. — informó nuestro experto en tecnología y supe que ese ruido significaba la confirmación de voz de Owen Shaw. Volví mi vista al frente justo a tiempo para ver como las patrullas ingresaban al pequeño predio, donde se encontraba el escondite, y un centenar de efectivos policiales iban a la par. — Esperen. Esperen un momento. — dijo Tej y todos lo miramos. — Se activaron alarmas en la central de Interpol. — comentó con cara seria.
