capítulo diez

156 20 1
                                    

Pache

febrero

***

—¿Y... Qué decís? —le pregunté dudoso a Sacha, quien estaba mirando un punto fijo con concentración. 

Le había mostrado mi parte de la canción que iría en el feat con Fernán, algo que ni siquiera caía que iba a hacer. Hacía unos días, la productora me había contactado para ofrecerme la posibilidad de una colaboración con nada más ni nada menos que Fernán. El único contacto que había tenido con él, había sido cuando fui telonero hacía como un mes, nunca pensé que eso me iba a llevar a algo tan grande y la verdad tenía razón, porque la que me sugirió fue Ludovica.

Cuando él me llamó después que la productora hable con Charlie, me comentó qué era lo que estaba buscando y qué quería hacer, además me dejó en claro que le agradezca a Ludo la recomendación porque no era algo que tenía en cuenta. Después la arregló diciéndome que me había escuchado en su presentación y era muy bueno, pero sé que la piba metió mucha mano.

Sacha miró a Rena, que estaba sentada encima mío y después a mí, sonreí porque sabía lo que me estaba queriendo decir. La canción se trataba de una superación amorosa o más bien de un amor que no se pudo y fue una tortura para las dos partes separarse..., claramente tuve que acoplarse a la idea original y remontarme a otra época de mi vida para sacar la inspiración y acoplar un poco lo que había escrito en el viaje a Mar del Plata (que para ser sincero se trataba casi de lo mismo).

—Sé sincero...

—Me gusta, suena bien —empezó a decir Sacha. Asentí esperando más porque eso ni siquiera me servía—. Tiene mucho..., sentimiento. Es intensa, así que preparate para las preguntas de la gente sobre de dónde viene la inspiración.

—Para mi tenes que grabarla de una —comentó mi novia de repente, llamando la atención de los dos—. Si sentías que estabas bloqueado..., con esto te superaste al mil. Me encanta, amor.

Sonreí satisfecho por su comentario y me acerqué a besarla para demostrarle todo lo que me hacía sentir con su apoyo, no muy largo igual porque tampoco quería incomodar a Sacha. La verdad, a mi me gustaba mucho..., desde hacía años no podía escribir una canción de desamor por miedo a cómo podían tomar el tema, así que me estaba enfocando en mostrar otros aspectos de mi vida que también me parecían importantes. Creo que el reprimirme tanto me llevó al bloqueo, aunque para ser sincero, tampoco es me sentía de nuevo yo. Todavía faltaba mucho.

Se escuchó el timbre y como estaba esperando a Ludovica para que me de su opinión, me levanté para abrirle, pero cuando llegué a la puerta Sede ya lo había hecho. No entiendo cómo corrió tan rápido para hacerlo, cuando él estaba ocupado en el estudio más chico grabado con la piba que se iba a adueñar de la base que me había mostrado hace poco.

Estaban hablando y no quise interrumpir, así que disminuí mi paso para que sea más silencioso. Mi intención no fue escuchar.

—¿Entonces estás bien?

—Sí, lo estoy... —murmuró ella, escuché cómo suspiró—, en serio no quise desaparecer. Mi vida se volvió un caos de un día para el otro.

—Está bien, lo entiendo. Podemos dejarlo para otro momento...

—No, mañana voy a estar más libre —le contestó ella. No entendía qué era lo que estaba pasando y sin poder controlarlo, me acerqué dando pasos más fuertes para que noten mi presencia. La primera en hacerlo claramente fue ella, porque no estaba de espaldas como Sede. Su sonrisa se ensanchó—. Hola pibe.

Entre versos y otros recuerdos | Segunda Parte Where stories live. Discover now