v. Don't Judge Me

630 82 53
                                    

Se miró una vez más en el espejo del retrovisor del taxi para comprobar que su cabello estuviese en orden para esa noche especial

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Se miró una vez más en el espejo del retrovisor del taxi para comprobar que su cabello estuviese en orden para esa noche especial. Sabía que Bucciarati era un hombre perfeccionista, por lo cual, debía de verse perfecto ante sus ojos y causar una buena impresión. No pudo evitar criticarse por diversas cosas de su vestuario; desde la holgada y arrugada camisa hasta por el simple hecho de que no llevaba un saco porque carecía de dinero para poder comprarse uno. Maldijo su situación económica y al capitalismo, todo le jugaba en contra. ¿Cómo podía ser posible que un traje cómodo fuese tan caro? Chasqueó la lengua, se sentía algo furioso por lo desordenado que se veía para una fiesta formal. Si hubiese tenido algo de dinero quizás se hubiese comprado una ropa mucho más decente que la que estaba ocupando.

Bajó del taxi maldiciendo a todo el mundo, era intolerable que se viese de esa forma. Al alzar su vista para buscar el lugar de trabajo de su amigo vio uno de los edificios más grandes y hermosos que había visto en toda su vida; el edificio King Crimson. Nunca antes había visto ni escuchado sobre ese lugar hasta que Bruno le habló sobre él y sobre cada aspecto de su trabajo, no le sorprendía que un lugar así fuese tan creativo con su estructura. Al existir una empresa como esa la competencia entre los trabajadores, a la hora de enseñar sus proyectos, debía ser tremenda, por lo cual debían de ir innovando sus ideas para que el jefe pudiese aprobarlos. O eso era lo que pensaba.

Cuando entró al edificio solamente pudo ver a un recepcionista que miraba con cierto cansancio el computador que estaba al frente suyo, se compadeció de él al ver su expresión. De cierto modo entendía el cansancio que podría tener, en algunas ocasiones se cansaba de trabajar con Tonio, sin embargo, esa era la única forma en que podía ganar dinero. Era su única fuente de dinero estable. No ganaba tanto dinero como el que ganaba al ser un policía, pero se conformaba con eso.

Extrañaba su vieja rutina de patrullar por las calles de su ciudad, y a los que alguna vez fueron sus camaradas. Aún podía recordar las miradas de desprecio que ellos le habían hecho al enterarse que estaba involucrado indirectamente en la muerte de Samuel. Le dolía, era como si le estuviesen enterrando miles de dagas en su espalda por uno de los mayores errores que había cometido.

Caminó por el único pasillo del lugar mientras pensaba en Bucciarati, se preguntaba lo que podría estar haciendo en un momento como ese. ¿Podría estar pensando en él? No lo sabía y no creía en ello, no tenía fe de que un hombre como Bruno se fijara en él. Decidió pensar en otra cosa que no fuese en el pelinegro, no quería obsesionarse con ese hombre. Aunque sabía que era difícil no pensar en una persona que era inolvidable, intentó hacerlo.

El lugar le recordaba al mismísimo vacío; era infinito y oscuro. De cierto modo le recordaba a su vida, su triste vida. El vacío en el que habitaba era terrorífico y deseaba abandonarlo. Lo único que pedía era tener una vida común y corriente, no quería volver a revivir su mayor miedo.

Una sensación de ahogo invadió su cuerpo, sentía que el cuello de su camisa estaba ahorcándolo cada vez más. Deseaba arrancarse ese trozo de tela para poder respirar, sentía que en cualquier momento iba a sofocarse. Desabrochó los primeros tres botones para aliviarse, sin embargo, la sensación de ahogo no desapareció tan fácilmente. Sospechó que realmente no se estaba ahogando, sino que su mente estaba jugándole una mala pasada. Era una de esa clase de cosas que el cuerpo realizaba cuando sentía que estaba en peligro, o eso era lo que él recordaba de una de sus clases de psicología. Intuía que sus síntomas empeorarían al ver a más personas que probablemente no le agradarían. Sabía de ante mano cómo eran esas personas; unas sanguijuelas. En ese punto no podía volver a su departamento e inventarle una excusa falsa a su amigo.

Because I want you 〖BruAbba〗Where stories live. Discover now