7

3.4K 343 188
                                    

Minutos antes de aquel golpe misterioso, Ruby Gillis había caminado en dirección a el asiento de Jane Andrews con su canasta en el brazo. La castaña estaba charlando con su hermana, pero en el momento que sintió el suave carraspeo giró su cabeza y centró toda su atención en la chica frente a ella.

-Hola... -había empezado a decir, Ruby levantó su dedo índice.

-Jane Andrews, por favor, necesito que escuches todo lo que voy a decir -tomó aire con profundidad-. Sé que he sido orgullosa, sé que he sido egoísta e indolente contigo... pero en este momento no puedo evitar pensar en que te necesito más de lo que alguna vez pensé necesitar a alguien. Eres mi mejor amiga y no quiero que eso jamás acabe, la distancia siempre ha sido un inconveniente para mí y quisiera decirte que tenías razón; estaba totalmente celosa de tus éxitos, de verdad, deseo que todo lo mejor te ocurra y no sabes cuan arrepentida me siento por todo lo que dije e hice, no me importa que seas novia de Charlie, porque de verdad es un grandioso chico para ti... solo tenía miedo de que te alejaras de mí , miedo de perderte.

-Ruby -apretó su mano cálidamente. Suspiró hasta que finalmente pudo hablar-, jamás te cambiaría, sabes que te perdono. Sigues siendo mi mejor amiga.

-¿Por siempre y para siempre? -preguntó con lágrimas en sus ojos.

-Por siempre y para siempre -afirmó Jane sonriendo de la misma manera.

-Jamás en mi vida te volveré a fallar.

-Ni yo a ti, amiga.

Ambas cerraron su promesa con un fuerte abrazo en el momento que un golpe retumbó por toda el aula. Cuando los estudiantes salieron, se dieron cuenta que Billy Andrews había abierto la puerta y que había dejado de nevar. Todos confirmaron mirando por las ventanas y sonrieron al darse cuenta de que por primera vez en su vida este muchacho estaba siendo sincero. La mayoría empezó a salir y otros se quedaron dentro, luego de varios minutos se avisó que el carruaje de los Cuthbert se acercaba al lugar. Anne y Diana salieron a ver, finalmente todos se encontraban fuera. Matthew llevaba el mando y Jerry iba a su lado, la respiración de Diana Barry se entrecortó por un milisegundo.

-¿Listas para irnos? -preguntó Matthew.

-Aún no, señor Cuthbert -dijo Diana firmemente. El hombre abrió los ojos sorprendido-. Jerry, ven acá.

El muchachito puso un dedo en su pecho.

-¿Qui-quién? ¿Yo?

-Sí, tú -cuando él dio dos pasos ella tomó su mano-. Quiero decirte que no me importa lo que los demás piensen de nosotros, ni mis padres, ni mis amigos, ni nadie; te quiero a ti y nada más a ti... eres un ser maravilloso e igualmente quisiera pedirte disculpas por haberte tratado con inferioridad... me gustas mucho -bajó la mirada al pensar que estaba arruinando la situación, Jerry puso una mano en su mentón y lo levantó.

-Tú me gustas a mí -entonces se acercó para darle un suave beso en sus labios como cerezas, extendió su mano y ella la tomó con seguridad. Sus amigos sonrieron y aplaudieron al verlos juntos.

Anne suspiró con emoción, Gilbert se paró a su lado.

-¿Entonces? ¿Volvemos a lo que estábamos?

-Estabas tardando en preguntarlo -sonrió la muchacha. Él puso una mano en su cintura y la otra en su mejilla, la rozó por un segundo para luego besarla con toda la pasión que había estado acumulando esos últimos tres años. Las personas los observaban con emoción al darse cuenta de que sus sospechas eran ciertas.

-No sabes cuantas veces soñé con esto -susurró y luego le dio varios besos cortos con diversión.

Siempre se puede volver a empezar, siempre puedes intentarlo sin necesidad de perder. Solamente creer en ti va a hacer que lo que quieras se cumpla, así tengas que pasar por un orgullo terrible, o por un miedo que te domine al igual que por varias confusiones. Matthew llevó en el carruaje a esas seis vidas directo a sus casas, todos tan felices que no cabían en sus propias emociones. Parecía un sueño, un hermoso sueño invernal. Y mientras pasaban bajo los relucientes árboles blancos del bosque Anne, después de pellizcar su brazo varias veces, tomó con fuerza la mano de quien desde ese instante era su novio.

-Te amo, Gilbert Blythe -exhaló observándolo directamente a los ojos mientras los últimos copos de nieve caían sobre sus narices.

-Te amo, Anne Shirley-Cuthbert -y volvió a besarla.

----------------------FIN------------------------


🎉 Has terminado de leer 「𝐂𝐨𝐥𝐝 ; 𝐓𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬」 🎉
「𝐂𝐨𝐥𝐝 ; 𝐓𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora