「𝐂𝐨𝐥𝐝 ; 𝐓𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬」

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Jennifer Aniston y Courteney Cox, Selena Gómez y Taylor Swift, Millie Bobby Brown y Sadie Sink; las anteriores mencionadas son la representación de la palabra Amistad en el mundo moderno. Hace muchos años existían Ruby Gillis y Jane Andrews. Chicas que pelearon por una razón que conocerás a continuación.
Te doy cinco segundos para que adivines que fue. ¿Lo tienes? De acuerdo, aquí vamos con la historia... cabe destacar que me tomó muchos años de investigación el encontrar el porqué de todo esto. Ahora sí, presta mucha atención...

Exactamente un mes antes de la ventisca milagrosa Jane Andrews corría a casa de Ruby Gillis con una noticia que claramente su mejor amiga debía saber, ella cruzó corriendo por La avenida y estiró sus brazos para tomar una de esas flores blancas que crecían en esos maravillosos árboles. Se quedó quieta un momento y dobló la espalda para apoyar sus manos en sus piernas con el fin de descansar, luego revisó que no hubiese nadie a su alrededor y soltó un grito de alegría tan fuerte que varias aves salieron de su escondite. Entonces siguió corriendo con su sombrero en mano hasta llegar a la casa de los Gillis, tocó dos veces y la mujer de la limpieza abrió la puerta. Inmediatamente la dejó entrar, Jane iba tan a menudo a esa casa que prácticamente ya era de la familia.

-¡Rub! -exclamó cuando subió a su habitación.

-¡Querida! ¿Pero qué haces por acá tan pronto? Pensé que habías ido a tu casa después de la escuela, siéntate por favor... parece que hubieses rodado por una colina.

-No... vas... a... creer... -tomó aire, cuando finalmente su respiración se calmó siguió-. No vas a creer lo que pasó.

La rubia sonrió. Tomó las manos de su amiga con emoción y la miró a los ojos.

-Cuéntame, por favor.

-Pues, cuando salimos de la escuela...

Entonces contó lo que había ocurrido. Después de la escuela Charlie Sloane se había acercado a ella y le preguntó por tercera vez en la semana si podía acompañarla a casa, ella dudó por un momento, pero finalmente aceptó. Charlie le preguntó por sus intereses y hablaron por un buen rato tomando el camino más largo, ese en el que había que cruzar El sendero de los amantes. Hablaron de libros, de sus amigos y lo que querían estudiar cuando fueran a la universidad. Sabían que el examen de admisión para Queens era pronto y ambos tenían que prepararse, en un primer momento el joven tomó su mano con terrible temor de no ser correspondido; pero al ver la que ella no solo la tomó si no que la sujetó se alivió un poco más.

La castaña lo contaba con tanta emoción que tenía ocasionalmente que parar para tomar aire, su amiga, en cambio la miraba inexpresiva y levantaba sus cejas con desagrado. Definitivamente no le agradaba escuchar la historia, pero al ver que su amiga dejó de relatar ella le pidió que quería escuchar el resto.

-Entonces se acercó dos pasos a mí -dijo mostrando dos dedos, como si Ruby no hubiese sabido cual era el número-. Él me tomó por las dos manos y me dijo: Jane Andrews, quisiera darte un beso...

Ruby no podía creer lo que estaba escuchando y abrió su boca poco a poco aún con la ira al cien por ciento.

-Yo le dije que también quería besarlo...

Eso fue el colmo, la chica Gillis soltó un grito de ira.

-¡Como te atreviste! -se levantó de su cama- De verdad, ¡¿cómo pudiste hacerlo?! Dijiste que no tendríamos algún pretendiente hasta la universidad.

-Pues no es mi culpa que Gilbert nunca te prestara atención -empuñó sus blancas manos- ¿Que tal que hubiese sido al revés? ¿Qué tal que fueras tú quien hubiese besado a Gilbert Blythe? No hubiese podido estar más feliz por ti. Pero las cosas nunca son como esperamos, ¡Gilbert Blythe jamás te prestará atención porque está enamorado de Anne! ¡Todos lo dicen, y aunque ella no lo sepa sé que también siente algo por él! ¿Y qué he hecho yo todos estos años? Apoyarte en todo, darte ánimos y tú... ni siquiera te alegras de lo que por primera vez en mi vida me sale bien, claro -soltó asintiendo con enojo- todo gira en torno a Ruby Gillis.

Ambas soltaron un llanto tan amargo como limón. Jane salió de la casa mientras Ruby pensaba en sus actos, sabía que había actuado totalmente mal. Se había acostumbrado a que todo tenía que ser sobre ella desde su nacimiento que le molestaba cuando alguien la superaba en algo. El orgullo era más fuerte que ella, así que no pretendía hacer nada.

La mañana milagrosa, como la nombraron varios estudiantes, pasó muy lenta. Luego del incidente de Diana Barry y Billy, Ruby salió de su escondite y caminó pequeños pasos.

-Hola Gilbert -saludó después de verlo sentado con las manos apoyadas en su mentón.

-Hola Ruby -sonrió con una decencia propia de él.

-Gilbert, ¿tú has peleado con alguien? -preguntó sentándose a su lado.

Retiró la mano y suspiró.

-Pues una vez discutí con Bash por una estupidez, yo estaba equivocado. Verás, cuando te importa alguien haces todo lo posible por arreglar la situación... algunas veces malinterpretamos las cosas o no las aceptamos por cierto miedo a perder a esa persona.

Ella suspiró y sonrió con los ojos nublados, le agradeció suavemente y se levantó con rapidez. Gilbert sonrió sin mostrar los dientes, y por primera vez pensó en que Ruby Gillis finalmente había madurado.