2. Chico Odioso

535 41 2
                                    

Capítulo dos
Chico Odioso.

— ¿Quién es ella?

Me doy la vuelta y mi respiración se corta cuando me encuentro cara a cara con él.

Cabello castaño oscuro, ojos verdes o tal vez azules enmarcados en la negrura de unas largas y espesas pestañas, su semblante es de rasgos duros y un aura de intimidación.

Liam Hamilton.

Es alto (demasiado diría yo), su nariz perfilada y pómulos aristocráticos. La carnosidad de sus labios no es exagerada, rojos y humectados, mientras un piercing plateado adorna un costado del inferior.

— Lo repetiré una vez más. ¿Quién eres? — su voz es gruesa, carece de emoción y su aliento tiene una mezcla de tabaco y menta.

Vaya, el chico malo está a unos cuantos centímetros de mí y me exige una respuesta, ¡que le den!

—Nadie que te importé, sólo vine a dejar tus deberes. — respondo con el mismo tono áspero que él ha utilizado conmigo.

De pronto su rostro cambia a uno de sorpresa e instintivamente mira al tal "Darién" quién se encuentra con brazos cruzados y una mirada exigente, esperando una explicación o algo parecido.

Creo que no es el mejor momento para estar entre estos dos.

— Me voy — aviso, no por él sino por su hermano que sí ha sido amable conmigo. —Permiso.

Sostengo con más fuerza mi mochila, puedo sentir la sugestiva mirada de Hamilton sobre mí, estar en la mira de ese chico sí es tener mala suerte.
En definitiva, soy desafortunada y más cuando escucho la no tan discreta discusión de esos dos. Lo único que quiero hacer es correr hasta llegar a mi casa, no obstante, tampoco puedo permitir que estos dos me vean asustada, debo mantenerme sería ante ese idiota con aires de grandeza.

Mientras camino y los reproches siguen intercambiándose entre los hermanos, sigo sintiendo esa mirada fija taladrando mi persona. Trató de no ponerle atención y continúo mi camino en dirección a la avenida para esperar algún pesero que me lleve a casa.

Espero, espero, espero y me desespero ¿por qué tarda demasiado? Siento que los minutos pasan demasiado lento o quizás el transporte no tiene pensado venir. Estoy a punto de entablar una conversación conmigo misma, en estos momentos, no me importa sí alguien me mira, de hecho, debo agregar que no hay nadie. ¿Así que, qué más da sí alguien piensa que estoy loca por entablar una conversación conmigo misma?

— Rayos — murmuro al recordar que olvidé avisarle a mi mamá a dónde iría y que llegaría tarde. Me matará.

"Lamento la demora, tuve cosas de la escuela que hacer. Por favor, no me mates 🙏"

Estoy a punto de enviarlo, cuando una sombra me alerta y me hace subir la mirada; en este instante siento como el tiempo para a mi alrededor.

No se ve nada contento, sus ojos se muestran molestos.

—Con que te gusta delatar a los demás, ¿eh? — delante de mí, se encuentra nada más ni nada menos que Liam Hamilton, subido en su motocicleta.

Por unos segundos me siento exaltada, primero lo miro con la boca y ojos abiertos, pero eso cambia cuando me quita el celular de mis manos.

—¡Oye! ¡Devuélvemelo! —le exijo saltando hacia él, no tiene ningún derecho de hacer esto —. No estoy jugando, así que dámelo. — este es el momento donde debo juntar toda la fuerza necesaria. No dejarme intimidar por esa mirada que carece de emociones y se ve tan fría como el hielo.

DESASTRE CON "L"©Where stories live. Discover now