La Hija De Atenea (LDDV I)

Hasta siempre

Cuando llegó al andén 9 y ¾ Viviane se despidió de sus amigos, prometiendoles escribir durante el verano, y quedando en ir la última semana antes de vacaciones a la mansión Parkinson para comprar sus útiles para el curso siguiente.

Una vez de vuelta al mundo muggle, a Viviane no le costó encontrar a Leo entre la multitud. Los muggles que veían a Viviane la miraban horrorizados, ella suponía que se debía a llevar una serpiente amarilla verdosa alrededor del brazo, y una lechuza en una jaula.

Leo la estrechó entre sus brazos y ambos comenzaron a caminar hasta el coche mientras la joven le contaba todo sobre la escuela y sus amigos.

–No sabes las ganas que tengo de llegar a casa y ver a Matt.

–Eso no va a ser posible Viv, no vamos al orfanato.

–¿Qué? ¿Por qué no?

–Hace dos días llegó un joven preguntando por ti. Nos reuniremos con él en el aeropuerto, es allí donde vamos.

–¿Un joven? ¿Y por qué al aeropuerto?

–Es tu primo, y viene a llevarte con tu familia, a Estados Unidos.

–Pero, pero vosotros sois mi familia, además debo ver a Matt. Quiero ir al orfanato, quiero ver a Matt.

–¡He dicho que eso no va a ser posible Viviane!

–¡¿Y por qué no puedo ir a verle antes de ir al aeropuerto?!

–¡Porque Matt está muerto! -tras esas palabras la cara de Viviane cambió por completo, sus ojos se volvieron vacíos  y sin expresión alguna.

–¿Qué quieres decir?

‐Leo tomó aire antes de contarle lo que había ocurrido durante su ausencia.

–Tenía leucemia, y no había modo de salvarle, nos pidió que no te contaremos nada por carta, que se te veía muy feliz, y sabía que al enterarte querrías volver enseguida, te dejó una carta, la tienes en la guantera.

Viviane abrió el compartimento y cogió el sobre que había, se podia leer la letra desigual de Matt : para la mejor hermana del mundo mundial.

–No, no puedo leerla.- los ojos se le comenzaron a cristalizar y la voz la tenía rota.

–Guardala, y leela cuando estés preparada.

En silencio llegaron hasta el aeropuerto más cercano y se reunieron con un joven rubio no mucho mayor que Viviane.

–Hola, soy Will Solace, un placer.

–Viviane Merope Riddle, lo mismo digo. Leo, creo que es hora de que te vayas.

Viviane sabía que eso no era culpa de Leo, que el no podía decidir si amguien moría o no, que si su familia la queria de vuelta ella debía ir. Pero le odiaba por no haberle contado lo de Matt, por engañarle al decirle que había hecho muchos amigos en la nueva escuela, le odiaba porque no había hecho nada por quedarse con ella.

En el avión Viviane iba sentada junto a Will. No le parecía un mal chico, además era igual de inquieto que ella.

–Viviane.- el joven chasqueó los dedos frente a su cara, al ver que esta no le hacia caso después de llamarla varias veces.

–¿Qué quieres Solace?- Viviane suspiró a la vez que rodaba los ojos.

–Viviane, tienes que entender que una vez sepas esto tu vida va a ser mucho más peligrosa. Bien, ¿alguna vez has oído sobre los dioses griegos?

–No vivo aislada del mundo por mucho que te lo parezca.

–Bien, los dioses son reales Viviane, y tu madre, es una diosa.

–Mira Solace, no estoy para bromas.

–No es ninguna broma Viviane, mi padre es Apolo, dios de las profecías, el sol, la música, etc. Y tu madre es una diosa. Hay muchos semidioses como nosotros en el sitio al que vamos, el Campamento Mestizo, el único lugar en el que los monstruos no pueden encontrarnos para matarnos.

–Esto ya es demasiado. No puedo respirar, - Viviane comenzó a abanicarse todo lo rápido que podía a la vez que Will le veía extrañado.

–Relájate Viviane, vas a empezar a hiperventilar.

–Que me relaje, ¡como quieres que me relaje! ¡Hace una semana casi me mata un troll en el colegio, llego y me entero de que mi hermanl pequeño ha muerto! ¡Apareces tu, y me llevas lejos de todo lo que conozco diciéndome que mi madre es una diosa y que hay monstruos que me quieren muerta! ¡¿Enserio quieres que me relaje?!

–Viviane, esto lo hago por tu propio bien.

Tras esas palabras Will golpeó a Viviane en la cabeza que quedó inconsciente de inmediato.