Había llegado el día lunes, y la verdad no quería que Ji viniera. Me sentía totalmente cansada.
Había amanecido con dolor de estomago, y no precisamente del estomago. Con mucho esfuerzo me había preparado un té para poder calentar mi cuerpo. No he comido nada y he vomitado todo lo que he comido los días anteriores.
Las indicaciones de Ji Yong eran las siguientes…
1. Él vendría todos los días –lunes a viernes- después de sus clases. Eso sería cerca de las siete de la tarde.
2. El fin de semana, -a partir del mismo día viernes, sería solo y exclusivamente para él-
3. No podía –por nada del mundo- mantener relaciones sexuales con otros hombres.
4. Debía comer a las horas y dormir lo suficiente.
5. Tenía que ejercitarme.
6. Debía cumplir todas las órdenes del amo.
7. Si había alguna duda pedir la palabra.
8. Ser solo y exclusivamente de él.La verdad. En sus ocho “indicaciones” lo mire frunciendo los ojos. Obviamente lo encontré diciendo esas cosas porque le urgía decirme entre líneas las indicaciones 2-3-8. O eso supongo. Con mi vecino Alec y Dante al acecho… sería presa perfecta. Lo sé… la carne es débil.
También me dijo que a partir de que él entrara por esa puerta. Yo sería la sumisa y él, el amo…
Eso quiere decir que…
Al estilo Christian Grey, yo debería esperarlo solo en bragas… o simplemente como él me encuentre. O sea… si estoy desnuda, me quedo desnuda. Si estoy en toalla, me quedo en toalla… ¡Pero! Como soy muy olvidadiza, puede que me encuentre dormida babeando la almohada o simplemente en el sillón.
Por ahora, no haré ni una mierda. No me siento bien y ya iré de nuevo a vomitar…
-Annie…
-Mmmm…
-Oye…
-¡Hmmm!
-Aaaannieee…
-Mmmm no… no me muevas.
-¿Qué te ocurre?
-Me he vuelto mujer… -susurre apenas abriendo los ojos. –¡Apaga esa luz! –chillé, me sentía como un puto vampiro hormonal.
-Así que te ha llegado el período.
-¡Siiiiii! –grité contra la almohada… -Voy a moriiiiiiir… -fingí sollozar. –Dile a Gaho que siempre lo quise.
-No seas dramática.
-¡¿Qué no sea dramática?! ¿Quieres que te de una patada en las bolas Ji Yong? –frunció los ojos. -¿Quieres saber el dolor que se siente?
-Olvidaba tu humor de mierda. –suspiro. –Entonces, eso quiere decir que…
-A la mierda el papeleo… -dije contra la almohada. –Tendrás que corrértela solito. –sentí una nalgada. -¡Au! –dije –otra vez- contra la almohada.
-Tratos son tratos. En los días de tus períodos no habrá sexo. Pero si lecciones. He traído información…
-No quiero papeleo… -dije de un tono coqueto y seductor.
-Aunque pensándolo bien… si se puede tener sexo con el período.
-Olvídalo. Me parece antihigiénico y me duele…
-¿Ya lo has hecho? –hice un puchero. -¿Te obligaba ese hijo de puta? –apreté los labios. –Así que Dante era un maldito hijo de puta… ¿Qué más te hacía de forma obligada?
-Ji.
-No. Dímelo. No tendremos sexo en cuanto… ¿Dos días?
-Cuatro…