Cap. 35 (Cap. 16 Temp. 2) «No te resistas.»

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The Ice Is Broken
Cap. 16
*Narra ______*
Me levanto porque siento la mirada de alguien. En efectiva, así es. Damon me mira atento, sin parpadear. Sonríe cuando me despierta, aunque no aparta la mirada de un punto más abajo que mi cuello.
Volteo para verme; no estoy cubierta con sábanas. Estoy en ropa interior, recostada sobre una cama. Al registrar esto último, identifico el lugar en el que me encuentro: hay paredes de ladrillo puro, y en la parte superior de una de estas ---la que está a la derecha de la camilla donde estoy--- tiene una ventanilla por donde se filtra la luz.
Regreso la vista hacia Damon; sigue mirando mi pecho.
---Pero qué... ---empiezo a decir---. ¿Qué miras, idiota?
Él voltea hacia mi cara.
---Huy. Que bipolar eres. Anoche no estabas así. De hecho, recuerdo que anoche gritabas mi nombre. El vecino se vino a quejar.
Sonreí, y me traté de levantar, pero una fuerza no me dejó. De hecho, no tengo fuerza. Me siento seca.
---De acuerdo, Damon. ¿Qué mierda hiciste para que yo me sienta tan mal?
Con un tirón de esfuerzo, me levanto, pero al momento me caigo como gelatina al suelo. Por suerte, las manos de Damon me sujetan de las caderas. Me carga y me lleva devuelta a la tabla donde estaba antes.
---El poder de la verbena ---toma uno de los vasos que vi ayer, y alcanzo a oler la sangre, que mi cuerpo me llama. Damon levanta el vaso en alto---. Salud ---y se lo lleva a la boca.
La atracción es tan grande, que mi cuerpo me proporciona la suficiente fuerza como para salir disparada tras Damon y arrebatarle el vaso. Antes de que él pueda hacer algo, ya me acabé la bebida.
Me siento nueva, pero después siento la suavidad de unas manos sobre mi vientre desnudo. Damon me sujeta por detrás, pero de una forma suave, y me hace girar, aún sin apartar sus manos de mi estómago. Las sube hasta mi cuello, pero, antes de que me bese, yo le tomo el cuello con las manos y se lo quiebro.
Cuando quiero escapar, unas manos me detienen apenas y trato de cruzar la puerta del sótano; de inmediato veo la figura de Thomas. Inclino la cabeza y me preparo para golpearlo, pero alguien me inmoviliza los brazos.
---Sabia que Damon no podía hacer esto solo ---dice Thomas---. Así que Stefan y yo lo vinimos a ayudar.
---Espera... ¿qué? ---exclamo, pero antes de seguir hablando, siento como me toman del cuello y me desmayo.
***
Despierto de golpe, con el cuello a dolorido. Miro a mi alrededor: sigo en esta maldita habitación, pero me siento más cansada que nunca. Damon está en una silla de madera, frente a mí, mirándome molesto.
Thomas está al lado de la cama, con los brazos cruzados y una sonrisa de victoria ilumina su cara.
Stefan está recargado en la puerta, con los ojos hacia la ventanilla que está encima de mi cabeza.
---Siempre me he preguntado, ¿porqué ponen al más débil de guardia? ---comento refiriéndome a Stefan.
Se encoge de hombros en un gesto de indiferencia.
---Siempre me he preguntado; ¿porqué las chocas bonitas son las más traviesas? ---contesta.
Pongo los ojos en blanco. De nuevo, contemplo mi cuerpo: ya no está desnudo, pero solo traigo una camisa ---la cual supongo es de Damon--- encima.
---Oigan, ocupo irme ---Les digo.
---¿Ah, sí? ---pregunta Thomas---. ¿Y a qué?
Me encojo de hombros.
---A adoptar niños no creo ---le respondo con un dejo de sarcasmo.
Damon se levanta, con el rostro hecho una furia.
---¿Qué te pasa, mi amor? ---le pregunto, entrecerrando los ojos---. ¿Estás enojado?
Si no lo estaba antes, mi comentario debió encender una chispa en él.
---¡Me rompiste el cuello! ---exclama.
Pongo los ojos en blanco.
---¿De veras? Me estabas enfadando, Damon ---volteo a ver a Thomas---. Tommy, ven. Sácame de este lugar, antes de que les arranque el corazón por aburrimiento.
Thomas se acerca y se sienta junto a mí en la cama, dejando a Damon dando vueltas por la habitación, incómodo.
---_______, necesitamos que enciendas el maldito switch para largarnos todos de aquí ---explica---. ¿Sabes a cuántas personas has matado?
Inclino la cabeza, y hago como si estuviese pensando.
---Doce. Al menos que la ruptura de cuello de Damon cuente, serían trece.
Damon se acerca a mí con velocidad vampírica, empuñando una estaca, la cual acerca a mi corazón en el acto.
---Mátame o bésame ---le digo en forma de burla. Levanto la vista hacia el príncipe de oro que está recargado en la puerta--- ¿Sabes quién me enseñó esa frase, Stefan?
Stefan voltea a verme, curioso, y un brillo en sus ojos refleja que ha identificado mis palabras.
---¿Enserio te hiciste amiga de la zorra de Katherine? ---pregunta---. ¿Tan bajo caíste?
Me encojo de hombros, de nuevo.
---Ella no duerme con sus ex-novios en mi cama.
Damon me lanza una mirada chispeante. Le dedico una sonrisa sarcástica.
---Bueno, ¿podemos empezar con esto ya? La terapia tardará un rato --exclama Thomas.
---Cuando quieran. Damon ---señala Stefan, como dándole los honores a su hermano---. Si me permites, _______, entraré en tu mente.
Pongo los ojos en blanco y lo ignoro. Me siento en la cama, y me llevo las rodillas al pecho, con los pies sobre la incómoda tela.
Siento algo dentro de mi cabeza, y unos segundos después, la cálida voz de Stefan rebota en las paredes de mi mente.
«No te resistas.»
---¡Salte de mí, maldita sea! ---grito, pero el ataque cerebral aumenta.
«Si dejas de luchar, todo será mucho más fácil.»
De una, todo se apaga.
Stefan me mira desconcertado.
---¿Qué pasó? ---pregunta Damon--- ¿Porqué tu cara de "Oh, oh"?
Stefan me mira, asombrado.
---Ha bloqueado la entrada a su mente.

Colder than the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora