Bogotá.

3.3K 293 134
                                    

10 años después.

Poché.


La vida misma se resume en momentos y lo he aprendido de la forma más hermosa, pero también de la más dura, cuando creemos tenerlo todo, cuando creemos que la felicidad es una constante en nuestras vidas en nuestros días algo pasa, simplemente pasa y todo cambia, las vidas toman rumbos distintos y porque hoy compartamos nuestros días con una persona no quiere decir que así será siempre.

Han pasado diez años, diez años llenos de la felicidad más absoluta, pero también más efímera, hace cinco años Daniela y yo decidimos separarnos, las cosas simplemente ya no iban bien, no nos entendíamos como solíamos hacerlo, yo, volví a encerrarme en el trabajo y ella se dedicó a cumplir sus sueños. Entendimos que no era el momento, quizás, entendimos que también estaba bien luchar por los sueños individuales, a Daniela jamás les faltó nada, pero a la vez le faltó todo y yo, siempre supe que su gran sueño era la moda, ella quería marcar tendencia de algún modo y lo logró, hizo lo que siempre quiso, cumplió sus sueños, se dedicó a su marca de ropa y ahora el apellido Calle no sólo se conocía por Germán, ahora incluso era más trascendente cuando se referían a Calle en la industria de la moda; intenté apoyarla desde la manera que pensé que era correcta, pero no fue suficiente, se necesitaba más, se necesitaba más valor o más entrega, la verdad, no sé qué era lo que se necesitaba, pero no fue suficiente. Nos perdimos ambas,  tomamos caminos distintos hasta aquella noche, la noche del diecinueve de mayo, donde decidió ser sincera y sin negar el amor que me tenía reconoció que no era suficiente, ni era lo que necesitába en esos momentos, yo tenía que estar viajando entre Bogotá y Las Vegas cada semana y ella tenía que estar viajando al rededor del mundo para poder impulsar su sueño, unas veces Abril estaba conmigo y otras con ella y no era justo para nosotras y para nuestra hija, todo era un caos, un caos de sentimientos, un caos de soledad, un caos total. Por un lado la sensación de los sueños cumplidos y por el otro la tristeza de uno hogar deshecho.

Daniela se quedó en Las Vegas, desde ahí organizaba todo su mundo y también dirigía el circo, nuestro circo, aún somos socias. Yo me vine a Bogotá y desde acá me encargo de los negocios de mi familia y de nuestro circo, que es igual o aún más exitoso que el de Las Vegas, económicamente la vida no nos ha tratado mal, gracias a Dios siempre supimos hacer las cosas bien, hemos contado con una inteligencia para los negocios increíble y nos hemos podido expandir.

Abril tiene diez años y en algunos meses cumplirá los once, vive conmigo, fue una decisión difícil. Al inicio se había quedado con Daniela, pero luego ella misma decidió que lo correcto es la que se viniera a Colombia conmigo por su falta de tiempo y no quiero decir en ningún momento que no la ama o que no le gustaría dedicarle más tiempo conozco su corazón, pero ahora no sé qué es de ella, no sé qué pasa por su mente que pasa por su cabeza, Abril, cada que está de vacaciones viaja a donde sea que se encuentre su madre para estar con ella, se que se aman, pero también sé que se extrañan.

Han pasado cinco años desde que no estoy con Daniela y unos tres años desde que no la veo y puedo ser sincera, la sigo amando como cuando soñaba con ella, no he sido capaz de rehacer mi vida, siento que no hay cabida para nadie más. Es ella o no es nadie y creo que no será nadie.

No sé qué pasó con nosotros con nuestra banda de amigos, simplemente ya no somos unos chiquillos, todos estamos grandes rodeamos los cuarenta y uno o cuarenta y dos años, la más joven es mi hermana tiene treinta y cinco, excelente mujer, la amo como a nadie en la vida está casada con un gran chico y está esperando su bebé, su primer bebé. Estoy tan emocionada como cuando estábamos esperando a Abril, pero bueno ya iremos hablando de eso, el hecho es que nuestros amigos se separaron Sebastián y Daniel hace dos años se divorciaron por una infidelidad, fue algo bastante duro, quién sufrió más por todo fue Luciana, que hoy día tiene quince años, pero es divina es inteligente, es espectacular, es una niña con unos valores increíbles; ellos han sido muy maduros han sabido llevar todo su proceso y no han dejado de verse. Los tres comparten como una familia, creo que ya se han perdonado, son amigos por así decirlo. Acá en Colombia está Sebastián y en Las Vegas se quedó Daniel con Luciana. Daniel sigue trabajando de la mano con Daniela y Sebastián tiene sus propias tiendas acá en el país. Paula sigue soltera y se asoció con Daniela por lo tanto vive en Las Vegas.

Magia, otra vez - Caché [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora