Del embarazo y sus consecuencias.

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Poché.

No sé porque creo que todo esto de estar embarazadas será tan difícil. Pensé mientras me disculpaba y seguía a mí esposa, una esposa la cual aún no está embarazada y ya tiene esos arrebatos propios de los embarazos.

Angel y yo nos subimos al ascensor como un par de niñas regañadas, que sabían que al hacer el mínimo sonido serían fuertemente golpeadas, Daniela, estaba muy enojada y de cierta manera la entendía. De repente las personas de nuestros sueños empiezan a aparecer y es algo confuso, pero algo se me tiene que ocurrir, algo suficientemente bueno para que a Calle ni se le ocurra pensar que yo tendría algo con esa niña. ¿Será que ella no es consciente de lo maravillosa que es? Yo, jamás podría fijarme en alguien más. Estoy enamorada, tragada, llevada y todo lo que termina en ada, con respecto a ella.

°°°°

— Ya te dije, donde la vuelvas a saludar me largo y me divorcio. —Daniela entraba al departamento histérica, había cometido el error de tratar de explicarle que no me interesaba nadie más que ella. Caminó hasta la habitación y cerrando la puerta de un fuerte golpe la perdí de vista.

— Creo que es mejor que me vaya, en casa me espera una mujer dulce y comprensiva.
—Alardeo Angel.

— Si te vas serás la culpable de mí muerte, así que aquí te quedas y evitas cualquier catástrofe. —Dije pesadamente.

— Llamaré a Matu, ella se hará cargo del funeral de las dos, Daniela nos matará. —Estaba preocupada también.

— ¿Será que voy por su comida favorita? —Pregunté, pensando que era buena idea.

— ¡Tú sales por esa puerta María José y yo me largo de aquí, no me vuelves a ver! —Un aterrador gritó proveniente del pasillo nos asustó, Daniela había salido de la habitación con la pijama puesta, sus lentes de lectura y Ramón en brazos.

— Eso responde a tú pregunta. —Susurró Angel— Daniela, considero que estás exagerando debes calmarte y dejar de pensar que esta idiota seria capaz de fijarse en cualquier patas con faldas que vaya por ahí... —Angel se dirigió a ella con el ceño fruncido y con un tono de voz serio y dominante, Daniela solo la miró— ... Están empezando una etapa maravillosa de sus vida y tú solo peleas por estupideces, aún no estás en embarazo y yo, sinceramente no quisiera ser Poché, sino logras alejarla de ti con tus idioteces debemos hacerle un monumento de oro en una galaxia lejana. —Angel hizo silencio indicándole que era el momento de escuchar su respuesta, pero nunca llegó, Daniela dió media vuelta y empezó a preparar la cena. Ángel se despidió de ambas con un fuerte abrazo y al acercarse a mí me deseo suerte y le dí las gracias.

El ambiente estaba realmente pesado, tenía miedo de hablar, no quería empeorarlo todo, así que decidí ir a la habitación y darme una larga ducha con agua tibia, de esta manera Calle estaría a solas con sus pensamientos y quizás contaba con suerte y al salir ya estaría más calmada.

Debía retocar el color de mis puntas, ese azul ya era verde y me empezaba a fastidiar, jamás lo he hecho yo misma, en los últimos años siempre ha sido mí amor quien me aplica el color, pero por obvias razones esta noche yo debía aprender.

Luego de casi una hora me estaba aplicando crema en las piernas, me encontraba en ropa interior con una toalla envuelta en la cabeza, tomé una camiseta y me la puse, cuando salí del baño Calle estaba recostada en la cama viendo algo en la televisión, la observé un ratito y sin animarme a hablarme sólo me senté en el otro extremo de la cama, retiré la toalla y empecé a cepillarme el cabello.

— Te quedó lindo. —Dijo en un susurro.

— Me queda mejor cuando eres tú quien lo hace. —Respondí sin mirarla, en ese momento sentía una sensación de extrañeza, de tristeza. Estar así con ella era horrible, no tenemos la relación perfecta, pero nos caracterizamos por darnos amor la mayoría del tiempo.

Magia, otra vez - Caché [Terminado]Where stories live. Discover now