Vida después de la vida.

3.5K 263 70
                                    

Tres meses después...


Angel.

Las manos me sudaban, yo estaba desesperada, estaba nerviosa, estaba ansiosa. De cierto modo, jamás en mi vida, jamás en toda mi existencia me imaginé encontrarme en esta situación, jamás pensé enamorarme la forma en la que me enamoré de dos personas, porque sí, yo me enamoré de ellas dos, tengo una obsesión sobrenatural, tengo un amor increíble por María José y Daniela, pero luego apareció Matu y, me mostró un amor diferente, un amor libre de esa obsesión de proteger, libre de la preocupación extrema de cumplir una meta de cumplir con un propósito, ella, llegó y simplemente me lo complicó todo, tuve que tomar decisiones que me trajeron al día de hoy, aquí, a esta sala de espera rodeada de cuatro paredes totalmente blancas e impecables, sentadas en un sillón café algo viejo, pero muy cómodo, aquí esperando que por esa puerta saliera Abraham, nuestro hijo.

Hace unos meses empezamos con todo el proceso de adopción y le doy gracias a la vida porque la sociedad ya entendió que familia es familia sin importar por quienes está compuesta después de que haya amor, paz y mucha felicidad que brindar.
A Abraham, lo conocimos al segundo día de visitar institutos que protegen la estabilidad de los niños sin hogar, con Miranda, la trabajadora social encargada de nuestro caso recorrimos dos lugares, el primero fue especial pero no, no  sentimos esa conexión especial, no se presentó esa magia, no se conectaron dos almas o bueno, en este caso tres; en el segundo fue muy diferente, llegamos a un lugar ubicado en la zona menos afortunada de Las Vegas y, ahí conocimos al pequeño tesoro que con una mirada me atrapó y le doy gracias a lo que sea que tenga que darle gracias porque mi esposa, sintió exactamente lo mismo y cuando de conexiones se trata soy experta.

Abraham, es un niño de tres años, tiene ojos cafés bastante oscuros, pero brillantes capaces de iluminar la vida de quién sea, su piel es blanca, Matu dice que es igual de pálido que yo y bueno no lo voy a negar, yo, parezco una hoja de papel traslúcida, un poco más y pueden ver mis venas y mis huesos, ella dice que se parece mucho a mí que tiene un poco los ojos más oscuros, pero que tiene los mismos cachetes. El pequeño tiene el cabello castaño claro, tiene ojos pequeños y unas cejas muy pobladas, Poché, dice que por las cejas puede ser hijo de ella, definitivamente es muy lindo y tiene esa sensibilidad que siempre me ha rodeado, me recuerda a mi abuela, me recuerda a mi madre, me recuerda a Calle cuando se le dispara el amor por María José, me recuerda a mí cuando les escribo y les narro esta historia.

Hoy es el día definitivo, hoy por fin podremos llevarnos a casa a Abraham después de varios meses adaptándonos nosotras a él y él a nosotras, por fin ya estaba todo listo para emprender este viaje de ser una familia completa, pero yo, estaba aquí sentada sólo pensando en todo lo que les estoy contando sin siquiera preguntarme que pasaba por la cabeza de mi esposa a quién tenía al lado y que simplemente miraba la puerta con algo de angustia. La felicidad era innegable, pero estábamos nerviosas lo máximo que habíamos cuidado de alguien era a Ramón y eso que por uno o dos días y siempre Ramón hacía lo que le daba la gana con nosotras, justo la noche anterior hablaba eso con mi amor, estábamos preocupadas no sabíamos qué hacer, no sabíamos que debíamos decir, no sabíamos de que manera colocarnos o de que manera pararnos o que decir si Abraham, simplemente empezaba a llorar, estábamos demasiado nerviosas, pero con unas ganas increíbles, con una disposición tenaz y también sabíamos que contábamos con ellas dos, contamos con sus familias, contamos con los amigos para sacar todo esto adelante, para llevar a Abraham a ser el niño amado que mereció ser desde que nació, para darle un poquito de tranquilidad a su vida y para darle las oportunidades que se merece.

De repente la puerta se empezó a abrir, fue cuestión de segundos realmente, pero lo sentí como una eternidad como cuando estás viendo una película de suspenso y la puerta se abre y demora en hacerlo casi un minuto, mi esposa me tomó de la mano y se aferró muy fuerte a mi, las dos estoy segura que teníamos unas caras de estúpidas enamoradas esperando que por esa puerta saliera corriendo el niño más maravilloso que jamás hemos conocido en la vida, ese niño lleno de energía, lleno de amor, lleno de tranquilidad y de dulzura que ama jugar con sus tías y Ramón y sobretodo ama tocarle la panza a Daniela.

Magia, otra vez - Caché [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora