Viernes

8.

Joaquin

Emilio ha estado callado desde lo acontecido esta tarde, intento como pudo parecer despreocupado frente a sus padres pero aún así pude notar su cierre contra mi, no ha sido grosero, para nada, sostuvo la puerta para mí a cada instante, me tomo de la cintura para guiarme e incluso entrelazo nuestros dedos durante casi toda la función, pero aún así lo podía sentir distante

Me muerdo lo labios, estamos en el coche de camino al club en el que tocará y él mantiene su vista al frente concentrado, no me ha dirigido la palabra más que para preguntar si quería poner música o alguna estación de mi preferencia, como si fuera un jodido Uber, comienzo a desesperarme

Sí, lo amo y ya está, tampoco quiero que me responda si no está listo, solo no debería comportarse de esa manera, estoy a punto de decírselo cuando nos estacionamos

-¿Vendrán tus amigos?-

-Si, me confirmaron hace unas horas- él asiente y toma un gran suspiro antes de volver a hablar

-Oye- se voltea hacia mi y por un minuto pienso que hará algún comentario acerca de lo que he dicho, pero solo suspira de nuevo, desvía la mirada y dice -¿Ten cuidado si?- y sale del auto

Me toma con una mano al salir del coche y con la otra sujeta el estuche de su guitarra que llevaba en el asiento de atrás, sigo mordisqueándome los labios por que la situación solo se pone más tensa, pero aún así no puedo pasar desapercibido lo bien que se ve con algunos de los botones de la camisa sueltos dejando ver un poco de su clavícula y pecho, se ha despeinado el cabello a comparación de cómo lo llevaba en el teatro y esto le da un look de "estrella de rock"

Encontramos rápidamente a sus amigos detrás del pequeño local en el que se presentarán

Continúan haciendo bromas de mal gusto acerca de nuestra "mala" elección musical para "cosas importantes" y yo lanzo un par de golpes que logran dar a Diego y a Emmanuel, me olvido un poco del problema con ellos y estamos por entrar por la puerta de servicio cuando una voz chillona nos detiene a medio camino

Es la chica, la nueva, Estewe creo que se llama

-¿Estela?- pronuncia confundido Diego, oh claro, Estela

-Hola chicos, iba a entrar por la puerta principal pero los vi a todos aquí-

-¿Como supiste?- Diego sigue pareciendo conmocionado

-Emilio me invito- su mirada busca la de mi novio y automáticamente aseguro el agarre de su mano en la mía a pesar de que reúno todo de mi ser para no mirarlo confundido y preguntarle ahí mismo él por qué de su invitación si apenas se conocen, Emilio debe sentir mi descontento por que suelta mi mano sólo dos segundos para después llevar su brazo al rededor de mi cintura

-Si, pensé qué tal vez quería verte tocar- se refiere a Diego, lo siento encogerse de hombros

-En realidad quiero ver tocar a todos- responde con voz bajita y de verdad intento, intento, que mi rostro no se descomponga frente a ella pero en su lugar automáticamente adquiero la rigidez de mi cuerpo que indica que posiblemente la esté mirando con altanería, Emilio cepilla sus labios sobre mi cabello y oreja en ese mismo instante, pero no me contenta con eso

Es en ese momento que realmente comienzo a preocuparme acerca de su ausencia de respuesta, mi mente comienza a girar de una manera que no me gusta nada y pienso, en que si la realidad de que no respondiera es realmente por que no esta listo o por qué simplemente no lo siente en absoluto