Jueves

8.2K 739 101
                                    

Las manos de Ren mensajean mi cabello de arriba abajo entre mis rizos, mantengo los ojos cerrados y me dejo consentir, mi cabeza duele desde hace unas horas al estar dándole tantas vueltas al mismo asunto, tenerla cerca me hace sentir mejor, hemos estado metidos en cama todo el día desde que regreso de la escuela, sabe que algo malo me pasa pero no pregunta, se limita a tratarme bien, creo que nunca le he agradecido a mamá el hecho de que me diera una hermana como ella, que a pesar de que nos odiamos de manera fingida la mayor parte del tiempo, cuando nos necesitamos ahí estamos, sobretodo con este mutuo acuerdo que compartimos en el que ninguno se mete en la vida privada del otro al menos que se le permita y a mi no me apetece hablar de eso así como a ella no le apetece hablar de su nuevo novio que al parecer es mayor, no estoy preocupado, si algo he aprendido durante los últimos años es que Renata tiene mejor gusto en los hombres que yo

El timbre de la casa retumba en ese momento y ambos nos observamos, alertas, mamá no está, no creo que llegue hasta dentro de al menos un par de horas más, Ren hace el ademán de levantarse

-No, déjalo iré yo- no tengo nada de ganas de levantarme pero si es un asesino prefiero que me mate a mi y no a mi hermanita, ella asiente tranquila y toma su celular del buró en lo que me calzo para salir de la cama por primera vez desde que fui a asaltar el refri hace un par de horas

Sigo en la ropa cómoda que me puse después de ducharme hoy en la mañana al decidir que no iría a la escuela y mi cabello debe estar el doble de desordenado que suele estar debido a las caricias de Ren pero no me importa, si es un asesino no se fijará en eso

Abro la puerta al escuchar el timbre de nuevo y casi me voy de espaldas cuando reconozco a la persona entre las sombras

Emilio da dos pasos atrás, bajando el par de escalones que conducen a mi puerta de entrada, tiene las manos metidas en su sudadera y el gorro que lleva en la cabeza le cubre parcialmente la frente, se lame los labios cuando me ve

-¿Que haces aquí?- no sé de dónde saco las fuerzas para pronunciar

-¿Podemos hablar?- me lo pienso un momento, me mira con ojos suplicantes y doy un paso afuera de casa cerrando la puerta a mis espaldas, me abrazo con mis propios brazos cuando el aire de la noche me recibe

Libera un poco de la tensión sobre sus hombros cuando se da cuenta de que he aceptado pero mantiene la distancia

-No fuiste a la escuela hoy- parece dudoso de decir, lo veo apretar los puños detrás de la tela- ¿Estas bien?- casi me rio en su cara ¿De verdad lo pregunta?

Comienzo a sentirme mareado, el dolor de cabeza aumenta

-Mejor dime de una vez a qué viniste- y ahí está el Joaquin que soy siempre, intento que no se note lo mucho que me afecta pero cuando lo veo agachar la mirada y pensarse sus palabras sé que lo siguiente no me gustará

-Perdón por lo de ayer- me congeló en el lugar, ¿Perdón? Creí que estaría tan borracho que posiblemente no se acordaría de nada, en realidad, rogaba por que así fuera, por qué sería más fácil para mi fingir que tampoco sucedió, pero al parecer lo recuerda por que no encuentro otra explicación a sus siguientes palabras- Perdón por dejarte ayer después de...- se atraganta y baja la mirada- Ya sabes...

-¿No estabas borracho?-  sus ojos vuelven a los míos inmediatamente, frunce el ceño y niega con lentitud

Mierda, eso es peor

Lanzó un grito de sorpresa y abro la boca asombrado

-Había bebido si, pero estaba consiente, no me acostaría contigo no estándolo- se detiene y lo siguiente lo dice bajito -mereces más-

El enojo comienza a subir por mi cuerpo y mi cabeza palpita ferozmente

-No merezco eso pero si que me dejen botado en el pasto frío después de "hacer el amor"- ya está, lo he dicho y también me he alterado

traga en seco y por un momento lo veo flaquear

-Perdón, perdóname Joaquin, de verdad, fue lo peor que pude hacer- bajo los escalones que nos separan casi de una zanjada y lo veo disimuladamente dar un paso atrás, ¿Que planeo?, no lo sé

- La próxima vez que simplemente te quieras coger a alguien se directo y no le salgas con tonterías como esas te ahorras muchos problemas- lo veo sonreír cínico aún con la cabeza baja, lo quiero golpear

-Pero mira quien habla-

-¿Disculpa?-

-Me has estado utilizando para eso desde hace casi dos meses, ¿Como crees que me siento yo Joaquin?, me usas y me dejas cada viernes, como si nada hubiera pasado y después me ignoras toda la puta semana- su voz asciende sorprendiéndome, sin embargo se controla al instante, lo miro atónito y no sé qué decir, me siento fatal, sabía que este día llegaría en algún momento, pero aún así escucharlo de su boca duele más que haberlo pensado, soy un patan, eso lo sé, lo observo dar un par de respiraciones largas y su semblante cambia, se suaviza, es entonces cuando soy consiente de las lágrimas en mi mejilla

-Lo de ayer fue...- comienza a pasearse en el pequeño camino qué hay desde donde estoy parado hasta la reja de entrada, se lleva las manos a la cabeza, se quita el gorro y se despeina el cabello, tengo ganas de tocarlo, de tranquilizarlo, lo veo reorganizar sus palabras- Lo de ayer significó mucho- trago en seco- Dios, eres precioso y te quiero para mi siempre, te he querido para mi desde la primera vez que estuvimos juntos, incluso antes que eso, te he querido para mi desde el primer día de clases cuando debatiste con la profesora de arte y te me hiciste endemoniadamente inteligente y sexi, desde que te vi actuar por primera vez, desde que te oí cantar, desde que te vi reír por un chiste que hice el otoño pasado cuando caminabas ligero sobre un montón de hojas secas con una chaqueta más grande que tú y escuchaste sin querer la conversación que tenía con Diego- se detiene, me mira directo a los ojos y da un paso hacia mi, yo lo doy hacia atrás y una máscara de enojo se refleja en su rostro después de eso- Pero ya me quedo claro, tú no me quieres de esa forma, lo de ayer fue estupido de parte de los dos y debimos terminar esto hace mucho, yo debí hacerlo por mi propio bien, si no me quieres para nada serio...- se detiene unos segundos, me mira y quiere que le diga algo, lo noto en su mirada pero parece que me he quedado sin voz, sus ojos se nublan nuevamente- Si no me quieres para nada serio, ya está, se acabo- su voz fría, calculada- Disculpa nuevamente por lo de ayer, no merecías eso fui un pendejo- y agrega en un susurro- pero al menos lo acepto- lo veo darse la vuelta- Que te vaya bien Joaquin- y se aleja, en cámara lenta frente a mis ojos pero yo estoy paralizado

"te quiero para mi"

Yo también te quiero para mi pero tuve miedo de decírtelo

ViernesWhere stories live. Discover now