Capítulo 17

2.2K 208 34
                                    

Era una mañana de sábado cuando Lena recién despertaba tras dormir en la pequeña casa de Alex. 
Un sitio con decoración campestre, de muebleria sencilla, artículos limpios y ordenados.
Todo muy acogedor y con una buena iluminación.

La casa no distaba mucho del caserón de los Danvers ni tampoco de la plaza pública de Midvale, lo que parecía ser el sitio más que ideal para mantenerse discreta mientras pensaba en algún plan para encontrarse con Kara; cosa que no sería ni sencilla tras el incidente con Eve y Lex.  Del que posiblemente, Eliza haya aceptado la voluntad de Kara de no tener contacto con alguien de apellido Luthor.

Todo un desafío en si, pero para Lena, el querer verse con Kara una vez más, era un riesgo que valdría la pena tomar.

De ropas cómodas, trenzó su cabello y colocándose gafas oscuras y un sombrero campesino, Lena parecía ser una turista más que llegaban a Midvsle, de esos que iban y venían de el mercadito de pulgas o las cafeterías de la zona.

Sólo así su apariencia no llamaría tanto la atención, por si acaso alguno de los agricultores y trabajadores de los Danvers se la encontrara y reconociera su persona.

Por más que lo intentara llevar con calma, pero por un lado la pelinegra sentía la adrenalina de quererse ver con Kara, tomarla desprevenida y darle todo su amor, aunque esta fuere fría, distante y con esa mirada perdida que a gritos expresaba mucho más que solo una defensa.
Kara tenía esa habilidad de comunicar con la mirada, sin explicar demasiado.

No por gusto había perdido el día recorriendo la propiedad.
Era sabido a voces de muchos habitantes en Midvale, de que habría un festival comercial de plantas durante el fin de semana, y de esos eventos era sabido también de que los Danvers presentarían sus productos a diversos clientes y nuevos compradores.
Lo que significaba además, que Eliza estaría fuera de la casa por largas horas.

No era algo nuevo que sabía de los Danvers.
Aquellos veranos en los que acompañaba a los Danvers en el pueblo, generalmente, cargando macetas y abonando plantas con Alex y una de las gemelas hijas de Eliza...

Sonrió.   Luego de mucho tiempo sin hacerlo.

En su segundo día, rememorando sus días de verano, rondando las arboledas que desde su infancia eran plantaciones con pocas ramas y ahora tenían más altura y follajes coloridos, Lena caminaba por unos senderos discretos que daban con la propiedad de los Danvers.

Muchas cosas pasaban por su cabeza y a la vez veía a cierta como la gente del caserón iba y venía con las plantaciones y además encargándose de los animales de granja que rondaban por la propiedad.
Gallinas, patos, cerdos, y caballos.

Estos últimos, le traían memorias de aquellos días en los que no se imaginaba tan siquiera, que amaría pasar los veranos en una villa campestre con la familia.

***

Recién ascendida al Quinto Grado de Primaria y la pequeña Lena Luthor con nueve años de edad, esperaba ansiosa el viaje familiar en la temporada de verano.

Aquellos días de excursión a las playas, campamentos al lago, días de visita a los acuarios o museos o viajes a ciudades del extranjero como Londres y París...

Lena siempre  tuvo las vacaciones de verano soñadas y nada parecía faltarle.  Pero para una niña como cualquiera, la idea de visitar el castillo de La Cenicienta o asistir a una función circense en Disneylandia era su mayor ilusión.

Como una buena niña con sus excelentes calificaciones de el colegio, ella estaba muy emocionada y muy segura de que sus padres le premiarán sus esfuerzos llevándola al más mágico y famoso parque de diversiones.

Triunfos RobadosWhere stories live. Discover now