Capítulo 07

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Eran las 06:45 y Lena marcaba al número del celular de Lara una vez más.
La había citado en su apartamento en punto de las 5 para comer y pasar un buen rato juntas.  Pero la evidente tardanza de su amiga le estaba haciendo perder la poca paciencia que tenia.

No era la primera vez que Lara faltaba y se retrasaba en los compromisos con Lena.
Es más, de ella era sabida su impuntualidad, a punto de que le parecía sorprendente de que cuando le pedía trabajar en guiones o ensayos, era en lo único en que trabajaba y entregaba en el tiempo acordado, o bien, hasta a veces se anticipaba.

En una ocasión,  la rubia llegó dos horas tarde a la premier de una película de la productora y únicamente pudo pasar unos minutos en la fiesta posterior al estreno.

- Lo siento Lena, pero perdí la noción del tiempo en hacerme las uñas. ¿no te gustan?  -

Esa fue la excusa más tonta que haya escuchado de Lara, pero la aceptó puesto que apenas estaba comenzando a gustarle sus guiones y necesitaba de ella para que su empresa saliera al flote con su creatividad e ingenio.

Tiempo después, llegadas tardías a reuniones y almuerzos con socios accionistas y productores directivos, citas a cenas por cancelar y hasta retrasos en sus vuelos cuando no se encontraba en la ciudad.

Para entonces, Lena consideró a empezar a controlar a su escritora, estrella, al darle un manager, chófer y prestarle su jet personal para los viajes dentro y fuera del país.
No contenta con ello, pero al menos así,  Lara Danvers tenía algo de control y compromiso por cumplirle a la jefa de LCorp.

Ya cuando Lena estaba a punto de apagar las luces y hundirse en las sombras, finalmente el timbre de la puerta se hace sonar y de inmediato, la joven corre para recibirla, con una sonrisa y tratar de evitar hacer notar que su retraso le generó enojo y decepción.

La joven de cabello negro lo había peinado una coleta alta, calzaba zapatillas altas y usaba un traje de negro de cuero de dos piezas que mostraba muy bien su cuerpo trabajado, blusa de escote pronunciado y falda que mostraba sus muy buenas piernas.
Se había maquillado muy bella para la ocasión y se perfumó con esencia exquisita de naranjas.

Al abrir la puerta, apenas Lena nota que Lara está puesta como todo lo contrario a lo que suele vestir siempre.
Lena sabía de sus gustos por la ropa de diseñador, finuras y linduras pero lo que vio en ella, era a una joven mujer con una blusa sencilla de mangas largas color crema, pantalones de mezclilla y botines con la zuela de cuña.
Era más la apariencia de una sencilla campirana, a de alguien que adora las noches de rumba en la ciudad y siempre calzar de Louis Buitton, portar abrigos de Prada y vestir trajes de Narciso Rodriguez.

- Hola Lena. -  dijo Lara notando el buen semblante de la pelinegra.

Cerró la puerta en cuanto entró, y en cuanto la observó de la cabeza a los pies le dijo:

- ¡Caramba, patrona, estás… esplendorosa!. ¡Muy bella!, la verdad.

Lena sonreía triunfante, estaba logrando el cometido de verse provocadora. 

- Pero… oye, ¿no te sientes mal con que yo les haga… tanta mirada en tus… encantos?, como que se te fue la mano, ¿no crees?

- Para nada… ¿y tú?

- ¿Yo qué?

- Bueno, solo quise vestirme casual, adoro esta ropa.

- Si me hubieras dicho que iríamos a una discoteca, te diría vamos ya.

- No Lara, hoy no estoy de ganas de ir a una parranda ruidosa.  Me vestí como quise y en otra ocasión iremos a bailar.

- 48 llamadas perdidas tuyas. - dijo directamente Lara al sacar su teléfono. -  En serio, eres muy exagerada.

Triunfos RobadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora