Capítulo 01

8.3K 403 20
                                    

Los tacones en una mano, una botella de licor en la otra.
Su cabello alborotado, el maquillaje corrido y el vestido rojo sangre de diseñador hecho trizas.
Un desastre, en todos los sentidos.

Así, Lara Danvers entraba a su lujoso apartamento en las cercanías de los Hamptons en New York.

Regresaba casi al amanecer a su domicilio tras una noche loca de fiesta y desenfreno, y no era cualquier parranda a la que había participado.

La joven había asistido a la fiesta de la revista Vanity Fair, a la que acuden celebridades de peso en la industria del entretenimiento e invitados especiales y Lara no era una chaperona, mucho menos la asistente de algún famoso, o una de las sirvientas, muchísimo menos una de las personas que burlan el sistema de seguridad y andan de colados entre las celebridades, bien maquillados sacándose selfies y metiéndose en problemas legales en los próximos dias.

En primera, Lara no necesita ni siquiera portar un pase VIP para asistir, tampoco puede burlar a los sujetos de negro porque ella entra con al menos 4 sujetos cuidando sus espaldas a los eventos formales.

La razón por la que esta chica acababa de regresar a su apartamento, a tirarse a su cama sin quitarse el vestido y limpiar su maquillaje es que esta chica es nada mas y nada menos la Chica del Momento.

No es una modelo, aunque haya estado en varias portadas de revistas.
No es una cantante, pero si le dicen que cante algunos versos de canciones que ella conozca, lo hace, y lo hace bien.
No es una actriz, pero si es la creadora de muchos roles inspiradores, de peso como para ganar estatuillas de los Golden Globes o bien, los Emmys, como también para tener una lista de personeros de Hollywood; impacientes en lista de espera.

Lara Danvers, a sus veinticinco años de edad es una escritora profesional que ha alcanzado la fama y fortuna tras comenzar con 2 novelas que comenzó compartiendo en plataformas como Wattpad y Amazon;  y poco después se convirtieron en series de televisión con buena cosecha de éxitos y reconocimientos y ahora incursar en los foros de importantes casas productoras como los CBS o Warner Studios.

La fiesta de Vanity Fair, celebrada en su honor, era tras el lanzamiento de Mi mayor riesgo: La Saga.

El inicio de una colección de cuatro volumenes y que fuera proyectada muy pronto la tercera parte de su antecesor en los estanquillos de todo Estados Unidos.

Mi mayor riesgo, libro de 330 páginas convertido rápidamente en un Best Seller rompiendo récords en ventas en su primer fin de semana de lanzamiento,
Relata la historia de Lizzie y Belle, 2 adolescentes de secundaria que mantienen una relación, comenzando desde los 15 años y sus primeros acercamientos lésbicos.
Su segundo tomo, relataba la vida marital y en consecuencia, separaciones, muertes e incluso eventos naturales, que las obligaban a valerse por si solas.

A la gente en verdad le encantaba ésta historia de adolescentes y se había fijado que para la tercer parte, se seguiría relatando la ficticia historia de amor de estas chicas.

Serían cerca de las 4 de la mañana y Lara ni bien se echó a la cama, cayó al sofá y apenas si pudo cerrar los ojos.

El precio de la fama incluye pesados desvelos y días de excesivo trabajo, algo que ha tenido que acostumbrarse ahora que sus historias estaban en boca de todos y le consiguiera el lugar que muchos desean: la posibilidad de tener una pasantía con equipos creativos de películas y series de Hollywood.

Regalos, viajes, fiestas, todo todo, pero para obtener eso esta el trabajo, algo que debía cumplir sin importar si hay salud o enfermedad e inclusive una noche de juerga y pesada resaca.

El celular de Lara sonaba sin parar y la chica había ignorado como de costumbre los impulsos del aparato, tras tomarlo y antes de pulsar el botón de apagado, lo pido notar muy bien.

Bien podría ser notificaciones de sus redes sociales, alguna novedad de la oficina, o bien es su molesto agente de la editorial que publica sus libros y que la presionaba por tener sus escritos a tiempo, Evan McClaud.
O bien, de su amiga se su ciudad natal,  Lena Luthor que también necesitaba de sus trabajos, porque gracias a ella, la actual posición en la que se encuentra, no habría sido posible sin su apoyo desmedido.

Al dejar pasar varios timbrazos del teléfono, se anima a contestar de mala gana.

- Lena.  Que sorpresa.

- Llevo llamandote desde hace horas.  No respondías y me preocupé. - decía la voz al otro lado del teléfono y Lara hacía muecas graciosas.  - como sea, que bueno que al fin me contestas.

- ¿Acaso sabes la hora que es y deberías de revisar tú horario en la zona del país?  - decía Lara muy prepotente, culpa de la resaca o cualquier cosa pero si algo le aturdia a esta mujer, eran las llamadas entrantes en la madrugada.

- Se la hora que estás tú como para saber que te encuentras ya en casa y yo esté en horario de oficina.

- Si esta bien.   Como sea.  ¿Para qué me llamas tan temprano?

- La verdad es que no podemos hablar por teléfono sobre un nuevo proyecto que tengo para que me trabajes, cuando nos entendemos mejor en persona.  Dime que tienes disponibilidad de volar hasta Ciudad Nacional y reunirte conmigo en cuanto llegues a la ciudad.

- ¡Estás loca!  - gritó muy alterada.  - me tomará toda la mañana y parte de la tarde en viajar hasta Ciudad Nacional.   Cualquier cosa que necesites, pideselo a cualquiera de tus empleados que yo no voy a viajar y cancelar mi agenda por una reunión,  ni por cortesía tuya.

- Tengo a disposición mi Jet y tu apartamento en la ciudad a tu espera.
Por favor Lara, no te pediría ningún favor si no vienes a mi oficina y te comento con detalles mi nueva proyección y solo cuento con tú talento para darle rienda suelta a elaborarlo.
Además,  me consta que estás disfrutando de las atenciones de tus fanáticos y aduladores en New York y en donde quiera que cruces camino, pero antes de la fama, aunque tengas propuestas de trabajo con otras casas productoras, tú aún trabajas para mi.

- Lena no.   Yo tengo una entrevista con Ellen Degeneres y tengo que grabarla hoy mismo.

Al otro lado de la linea telefónica,  Lena reía estripitosa de la ironía.
Por esos días la entrevista con Ellen fue realizada vía Skype y que además ya estaba siendo transmitida.
El evento sucedió hace tres días, pero era evidente que la vida loca de fiesta y trasnochar le estaba haciendo perder la noción del tiempo.
Por algo Lena solicitaba la presencia de su amiga la escritora.
A sabiendas de que la vida festiva, le traería consigo consecuencias como por decir, revelar contenido exclusivo de sus libros, o también el dejar de producir ideas.
Lo cierto es que trabajando se podía mantener a raya a Lara Danvers.

- De qué te ríes ¡que no es nada gracioso Lena!

- Lara amiga, si lo que me dices es que tu entrevista la realizó una doble que no conozco, puedo asegurar que lo hizo igual de bien que tú.

Al decir esto, a Lara se le hizo un nudillo en la garganta.   Quería gritarle y azotar el teléfono a la pared.
Por nada del mundo quería que se bromeara con la idea de que existiera a una mujer que se hiciera pasar por ella.
Odiaba esos comentarios, aunque fueran ironías y bromas simples.

- Cancelaré mi cita de manicura y pedicura con J.K. Rowling y me tendrás en LCorp en la tarde.

- ¡Está perfecto!  Te enviaremos el Jet al aeropuerto de New York y costearemos los viáticos.

- No Lena, por dinero no hagas nada que yo sabré manejarme sola.
Esperaré el Jet y solo sí, que tengan mis aperitivos favoritos y mi chófer en la puerta del avión.

Y colgó.   Lena no necesitó que explicase su cambio radical, pero le bastaba saber que Lara estaría por la tarde en la ciudad, que se reunirían en su oficina en LCorp y la propuesta que tenia que presentarle, era algo que no podía tan siquiera rechazar.
Considerando que su trabajo valía la pena invertir y pensar en ella, dejo continuar el día entre reuniones en su casa productora, hasta que fuera avisada de que su escritora estrella había aterrizado en el aeropuerto de Ciudad Nacional.

Triunfos RobadosWhere stories live. Discover now