CAP 43-Nueva vida

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PUNTO DE VISTA DE 

Esa noche, Liam tuvo que marcharse del hospital para arreglar unos asuntos sobre lo ocurrido y aproveché esas horas para contarle a Aris todo lo que había vivido

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Esa noche, Liam tuvo que marcharse del hospital para arreglar unos asuntos sobre lo ocurrido y aproveché esas horas para contarle a Aris todo lo que había vivido. Me escuchaba como si le estuviese contando la historia más fascinante, como si mis palabras fuesen el alimento de su creación. Sabía que sería un gran escritor. 

Le conté todo, con una excepción. No le conté sobre Miranda Gardes. Era un secreto que había dolido demasiado, y que no estaba dispuesta a dejar ir. 

Cuando terminé, al menos 3 horas después, Aris me miraba con toda la admiración posible. 

-No sé que decir- fue lo único que salió de su boca. 

-Justamente, no quiero que digas nada. No puedes contarle a nadie nada de lo que te he dicho- 

-Pero si escribo un libro, es para que todos lo lean- me respondió confundido. 

-Pero no sabrán que es mi historia. Tienes que cambiar todos los nombres- 

-Por supuesto- asintió. - Y como desearías llamarte?- 

Lo pensé unos segundos. 

-Miranda- 

Aris asintió y justo en ese momento, entró Zarah a la habitación. 

-Van ya a decirme porque tanto secreto?- preguntó en un suspiro. 

-Le estaba... anunciando a Ziel que me retiraría de la banda- contestó Aris. 

Eso sí que era algo que no me esperaba. 

Asentí como si estuviese ya al tanto de ello y ambos salieron de mi habitación. 

Había estado tan aturdida y adolorida que a penas había tenido tiempo para pensar en todo lo ocurrido. 

Mark. 

Mark me había hecho esto. 

Conociendo a Liam, sabía que Mark y Sofia ya debían estar en algún lugar del infierno, pero aún no podía creer que las cosas hubiesen llegado tan lejos. Los traidores se esconden donde una vez tuviste a los mejores amigos. 

Miré levemente mi vientre herido. El hecho de que el bebe estuviese a salvo me daba fuerzas. No hubiese soportado perderlo. 

También habíamos tenido que aplazar la boda hasta mi recuperación total, lo que me ponía algo triste ya que había planificado todo para que fuese perfecto y me sentía muy emocionada, pero tendría que esperar. 

Punto de vista de 

Cuando Christian me avisó que Ziel y el bebe habían sobrevivido, no pude evitar llorar de alegría

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Cuando Christian me avisó que Ziel y el bebe habían sobrevivido, no pude evitar llorar de alegría. 

Estaba demasiado feliz. 

Miré el cuadro de Elizabeth que había pintado. Hoy era el concurso, pero decidí que no iría. Por mi accidente, no había ido a la universidad las últimas semanas y sabía que si me cruzaba a Hannah, probablemente me mataría con la mirada. 

Eso me llevó a pensar en que no había resuelto mis problemas con Christian. 

El aun creía que le habia engañado con Austin, pero con lo difícil que habían sido estos días, todo parecia haber quedado suspendido en el aire. 

Me senté en mi cama con los ojos fijos en el cuadro, cuando alguien tocó la puerta. Era mi madre.

-Me he enterado de que Ziel está bien y que has ayudado en eso. Sabia que la medicina era lo tuyo- me felicito. 

Si me hubiese dicho algo así meses atrás, hubiese sonreído orgullosa de por fin haber logrado algo que ella pudiese apreciar. Pero ya no. La medicina ertra lo suyo, no lo mío. 

-Ha sido suerte.- dije, y decidí que por una vez, sería honesta. -No me gusta la medicina- 

Mi madre me miró como si acabase de insultar a la santa Biblia y se levantó de mi cama indignada. 

-Serás medico, Amanda. Ya está decido- dijo con aquella mirada de 'soy tu madre y no tienes opción'

Pero ya estaba harta. 

-No, no lo está! Lo único que hago es seguir tus ordenes día y noche. Estoy harta de que lo decidas todo por mí!- grité ya fuera de mí. 

-Esta es mi casa y no tienes ningún derecho a...- 

-Pues me largo!- dije sin pensarlo. Mi madre se quedó en silencio al escuchar esas tres palabras. 

-Pues vete- respondió fríamente antes de salir de mi habitación. 

Tomé mi maleta y empecé a llenarla con furia. Tenía 18 años y podía hacer lo que quisiera. Era hora de que empezara a seguir mis propias reglas. 

Salí de la casa bajo la mirada sorprendida de mi padre que no entendía que ocurría, pero que como siempre, no dijo nada. 

Si mi madre no me bloqueaba las tarjetas de crédito, tenía suficiente dinero para mantenerme por un largo tiempo. Sabía que esto era una total locura. Siempre había estado protegida por mis padres, pero ahora que estaba por mi cuenta, al fin me sentía libre.

Al fin empezaría mi nueva vida. 


No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora