Cap 1

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Narra Elain

-¡Adivina!-grité con mucha alegría mientras aventaba mi mochila a uno de los sofás de la sala-¿Lin?-pregunté sin dejar de girar sobre mi propio eje para encontrarlo-¿Lin?-caminé con paso rápido hacia la cocina, pero tampoco lo encontré-En su habitación...-murmuré y empecé a subir de dos en dos la escalera. La sonrisa continuaba sin desaparecer de mi rostro-¡Lin!-grité con fuerza cuando llegué al segundo piso.

Corrí por el pasillo hasta la habitación del fondo y abrí la puerta con demasiada fuerza

-¡Lin!-le grité todavía con la sonrisa en mi rostro. Lo encontré acostado boca abajo sobre su cama, con los audífonos puestos y leyendo la historieta que le había prestado el anterior fin de semana. A pesar de todo el ruido que había hecho hasta llegar a donde se encontraba, él no reaccionó a nada porque tenía la música a un volumen excesivo. Siempre la tenía así.

A veces me arrepentía de haberle regalado ese reproductor y los audífonos que funcionaban con Bluetooth porque nunca se los quitaba. Toda la tecnología era una amenaza para alguien como él.

Cerré la puerta a mis espaldas y corrí hacia él. Antes de que él consiguiera reaccionar, me aventé sobre su cuerpo

-Auch-se quejó-¡Oye!-Me reí e hice peso muerto para que no pudiera quitarme de encima-¡Aléjate! ¡Me asustaste!-se agitó bajo mí y como siempre, al poco rato consiguió tirarme a un lado-¿Nunca vas a poder hablarme sin que te avientes sobre mí?-se quejó y continué riéndome

-Siempre lo hago, pero nunca me escuchas-me enderecé y él giró para quedar boca arriba

-Ahora me arrepiento más de haberte dado una copia de mi llave-se quitó los audífonos y se levantó por completo de la cama-Podrías llegar durante la madrugada y darme un susto como el de ahora-lo observé aún con la sonrisa en mi rostro-O incluso podrías asustar a mi tía, ella no sabe que tienes la llave ¿recuerdas?-se estiró en medio de su habitación, pero mi sonrisa todavía estaba presente. Continuó con sus estiramientos y después volteó a verme-¿Qué te pasa? ¿Por qué me ves así?-me hizo una mueca para después volver a ignorarme-Continúas siendo un extraño-negó varias veces. Se acercó a su tocador y observó de cerca su rostro-Tu maldita historieta está muy buena, anoche me pasé leyéndola y por eso ahora tengo ojeras-me reí y su mirada regresó a mí-¿Por qué actúas como loco?-

Volvía reírme y dejé caerme de espaldas sobre su cama. Mi risa aumentó. Me sentía demasiado feliz con lo que estaba a punto de decirle

-Ya, detente-se acercó y adiviné sus movimientos, pero él fue más rápido y consiguió tomar su almohada para colocarla sobre mi rostro. Empezamos a revolcarnos-¿Por qué estás así?-me quitó la almohada de la cabeza y me enderecé para abrazarlo-Oye, oye-él se removió incómodo, pero lo apreté con fuerza.

No soporté más y empecé a llorar de la felicidad

-¿Qué te sucede?-una vez más intentó alejarme, pero justo en esos momentos parecía un koala

-Ni te imaginas-murmuré y las lágrimas continuaron saliendo. Estaba... demasiado feliz

-Ya...-dejó de removerse y empezó a frotar mi espalda-Cálmate ¿Quién te hizo qué?-me reí por la pregunta que siempre me hacía cada que lloraba con él

-Adivina-tomé distancia, pero no dejé de abrazarlo

-Ay no-se quejó-Ya sabes que no me gustan esos juegos-sonreí. Sí, ya lo sabía

-Convencí a mis papás de que pagaran lo que faltaba de tu beca en la universidad L-exploté de felicidad y volví a abrazarlo

-¿Qué?-escuché su débil pregunta

Enemigo SilenciosoKde žijí příběhy. Začni objevovat