ᴛᴇ ᴘᴇʀᴅᴏɴᴏ

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I A N

Fue raro, porque sabía que lo que estaba haciendo estaba mal y aún así no me detenía, cómo si mi cuerpo no obedeciera a mi cerebro.

Estaba consciente de lo que estaba haciendo, de que tomaba, de la botella que recibí, que quién la recibí y con quién subí las escaleras.

“No, Ian. No lo hagas”. Dijo mi cerebro... O una pequeña parte de él.

Era como si no fuera yo, cómo si alguien me hubiera poseído y yo sólo podía decir lo que quería en voz baja, y que se lo pasarán por el culo.

Recuerdo que dejé de tomar después de ver como Alonso se fue. Y cuándo quise ir tras él, Kassandra apareció frente a mí.

Se veía nerviosa, como si todo el mundo la estuviera viendo, esperando que ella hiciera algo.

Me preguntó a dónde iba. No le respondí. Después comenzó a conversar pero yo miraba sobre su hombro hacia la puerta de salida.

De pronto, me dio una botella de cerveza. “esta bien, una más y ya”.

Se la recibí.

La botella ni siquiera tenía la corcholata.

Vi la entrada de la botella, y me pareció ver brillitos de colores.

Pensé que era brillantina y la tomé.

Después me llevo a la habitación, y comenzó a desvestirse frente a mí, me dio una mamada.

Yo le decía que no, que no quería, que estaba mal porque estaba Alonso.

¿Cómo iba a tomar decisiones estando ebrio? (posiblemente también drogado).

Ella me dijo que no me preocupará, que yo no lo amaba, que nunca lo había hecho. Y le creí, no sé porque.

Cuándo Alonso llegó entonces, sonreí un poco al ver su rostro. Estaba aquí, él iba a salvarme.

Entonces Kassandra susurró a mí oído que no lo amaba, y volví a creerlo.

Y le grite. Le dije cosas feas. Lo vi llorar otra vez por mi culpa.

Pero yo no quería, no era yo.

¿Y si no querías por qué lo hiciste?

Porque ya no tenía control sobre mí.

Al día siguiente, al despertar en mi habitación como a las once de la mañana, me di cuenta de lo que había hecho.

Comencé a llorar inconsolable mientras tiraba todo a mi vista.

Salí de mi habitación con pijama y el rostro en lágrimas. Fui corriendo con Alonso y lo encontré con la mirada triste mientras guardaba libros en su casillero.

— Alonso —musite caminando a él.

Evito verme y apretó la mandíbula.

Me valió madres y lo abracé mientras lloraba, esperando sentir sus brazos en mí. Pero sólo actuó como si yo no estuviera ahí.

— Alonso, lo lamento — chille en su pecho —. Por favor, lo lamento.

— Sueltame.

— ¡No, escúchame!

— ¡¿Qué quieres que escuché?! — gritó empujadome —. ¡¿Cómo fue que te acostaste con ella?! ¡¿O me vas a repetir lo de anoche?!

Jadee y bajé la mirada.

— Te perdonó — musito con la voz quebrada.

Y nos miramos a los ojos,  escuchando el llorar de nuestros corazones. Tuve miedo.

— Pero no te quiero en mi vida — musito comenzando a llorar. Jadeo y desvío la mirada para irse pasando a mi lado.

Fui a mi habitación, y volví a llorar.

Quería matar a Kassandra, lo necesitaba más que nada.

No fui yo, en ningún momento fui yo.

Enterre mi rostro en la almohada y intenté asfixiarme, pero no pude.

Vivir es disfrutar, sentir, experimentar, sonreír, cometer errores, dormir bajo árboles, ponerse flores tras la oreja, amar, odiar, querer. Vivir es Alonso.

Y yo no vivía.

Me había convertido en un cuerpp que sólo respira y ya. Uno que no vive, ni muere.

Cariño, siempre pensé que tú dependias emocionalmente de mí, pero al verte reír al tercer día, me di cuenta de que estaba ocupado.

Todo el tiempo, temí dejarte, no por miedo a ti, sino a mí.

Yo dependía.

ᴠ ᴅᴇ ᴠᴇʀɢᴀ (𝐆𝐚𝐲) Kde žijí příběhy. Začni objevovat