CAPÍTULO 72

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Coloco pintalabios en mi boca de tono Toffee cream de Mac, acomodo mi cabello para atrás, y listo mi pantalón de tela un poco más arriba de los tobillo con tiras en el ombligo, color verde, una camisa mangas larga de un lado color blanco, y unos tacones de puntas de tonos amarillo, es mi combinación, es lo más sencillo que puede encontrar detrás de tanta ropa.

Me hecho la fragancia que se encontraba justo en el espejo.

Cojo mi celular y salgo de la habitación entrando a la de Azael, no lo veo por ningún lado, así que bajo las escaleras despacio, no quiero caer de boca.

Escucho unos susurros en la sala, me detengo.

- ¿La soltaron?

- Sí señor, la dejamos en su casa tal como nos dijo, quedo muy furiosa.

- Me imagino, Muy bien Santiago retírate – habla Azael dejándome muy confundida ¿a quién tenía?

- Estoy lista – hablo mientras me acerco a él, se gira quedando frente mío.

- Estas hermosa – sonríe de lado

- Azael, disculpa que te pregunte pero ¿a quién tenías?

- Nos escuchaste – frunció el ceño serio.

- Si, lo lamento fui muy imprudente – trato de justificarme

- Digamos que secuestre a carolina – coloca un mechón de cabello atrás de mi oreja, me quedo sorprendida más que eso perpleja.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Por qué no quería que haga sus escenas como el de nuestro compromiso Janine– coloco la mano en sus bolsillos.

- ¿No te has pasado haciendo eso? – hablo con cuidado

- Para nada – agarra mi mano – vamos a que comas algo – asiento mientras camino en silencio, eso fue muy loco o estoy exagerando.

Sé que soy de las de qué hace cosas del otro mundo, pero me quito el sombrero con Azael.

Salimos de mi nueva casa a su auto, abre la puerta como todo un caballero, el camino delate de su auto al volante, maneja como todo un profesional miro el paisaje de esta hermosa ciudad relajándome, Azael coloca música de fondo da un buen aspecto de sus gustos, le sonrió, me entretengo con la melodía, Azael se detiene en el semáforo ya en la centro, dejándome ver con claridad a dos personas que estas molestando mi paciencia últimamente, ahogo un grito de sorprendida por Azael que está más que relajado con su concentración, estos dos pares de ¿dónde se conocen?, esto es más que malo.

Trato de respirar profundo, nadie me puede derrumbar ahora que estoy formando una vida ¿De bien? ¿Correcta? ¿Del buen camino? No tengo palabras precisas para esto.

Tengo que tranquilizarme y pensar más que todo que estoy hasta la devlin, eso es seguro más que todo mis secretos.

- Janine ¿estás bien? – pregunta Azael, sacándome de mis pensamientos.

- ¿sucede algo?

- Estabas tan sumida en tus pensamientos que no me escuchaste que llegamos– me sonríe de lado.

- Lo lamento – sonrió sin mostrar los dientes

- No te preocupes - me extiende la mano- ¿vamos?.

- De acuerdo – digo saliendo el auto, le entrega las llaves a un chico que salió corriendo de la nada, avanzamos sin que él me suelte de la mano, el personal y las personas que se encontraban en el restaurante tan fino, siendo sincera es mucho para ir a comer algo, como un simple almuerzo no me sorprendo por Britt, no nos quitaban la mirada de encima, me remuevo un poco incomoda, Azael aprieta mi mano mirándome con ternura, es una nueva mirada en este hombre caja de pandora.

- Señor Britt, buenas tarde su mesa ya se servida acompáñeme- dice el amable chico guiándonos a la mesa decorada y servida con plata muy finos un centro de mesa de unas de mis flores favoritas, le sonrió por el tierno gesto.

- Esto es hermoso – digo más que convencida para mi misma.

- En pocos minutos se servirá su pedido señor Britt.

- Puedes retirarte – asiente, y le hace caso Azael abre mi asiento que lo acepto con gusto, luego hace lo mismo con él.

- Gracias por esto Azael

- Esto y por mucho más – dice sin dejar de mirarme, trato de no mirar esos ojos y no sumergirme en ellos – Janine.

- ¿si? – me hago la desentendida.

- Saldré estos días a México, tengo que ir a unas reuniones de la empresa, así que estas a cargo – habla para luego mirar su celular dejándome perpleja.

- ¿Qué yo que? ¡Azael!

- Si, eres ahora mi esposa tienes que aprender a llevar nuestra empresa sé que no me dejaras en banca rota en cuatro días confió en ti.

- ¡Estas demente!- me acerco- ¿el sexo de anoche te jodio el cerebro? – le pregunto

- Hablando de eso, quisiera cogerte ahora.

- ¿Enserio Azael? – miro a los lados ruborizada- ¿Por qué cogí el tema?

- No me preguntes a mí – ruedo los ojos, se carcajea – no enserio Janine quisiera hacerte el amor ahora

- ¿Qué espera? – sonrió retándolo.

- Mesero, dámelo para llevar.

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora