Sálvame

CAPÍTULO 8

- Soy graduada en Administración de empresas de hecho – digo orgullosa.

- ¿Cómo que eres una profesional?, y tienes el puesto de secretaria, sabes que eso es demanda para mi empresa por irregularidades.

- La verdad, lo de secretaria no está nada mal – me encojo de hombros – todo por un trabajo digno, bien pagado y sobre todo con jefes respetuosos.

- No te ha ido bien en empleos anteriores ¿verdad?

- No – le sonrió, caminando hacia la entrada de la empresa.

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- Natalia dice el señor Ramírez si tienes el reporte de recursos humanos del señor Gavica?

- Carajo – se pega en la frente, rio por aquella acción – lo tendré en menos del cantar del gallo – asiento.

Camino hacia mi escritorio, mientras trato de organizar la carpeta de los últimos trabajos realizados bajo la responsabilidad de mi jefe.

Dejo la carpeta abierta sobre mi escritorio, acomodo las hojas tal como las ordene, vuelvo a revisar asegurándome que esté en orden.

Camino hacia el despacho de mi jefe toco, pidiéndole permiso al pasar le entrego la carpeta.

- Estos son los trabajos realizados estas dos semanas, los ordene por Día señor Ramírez, ¿algo más que se le ofrezca?

- Si, gracias señorita Dávila– abro mis parpados par en par.

- ¿Por qué me agradece? – lo miro asombrada.

- Azael me acaba de contar lo que realizo en estos días que no he estado, y sobre todo que no sabemos el por qué es secretaria y no alguien de estadísticas o administración.

- Ser secretaria era el trabajo que había en ese momento, y me siento honrada de ser parte de ello – aseguro- y no es necesario que me lo agradezca, salió naturalmente – rio nerviosa.

- Igualmente señorita Anderson nos salvó, de una gran pérdida – sonríe sincero poniendo sus manos entrelazadas mostrando su anillo de matrimonio – puede retirarse, tiene la tarde libre, cancele todo mis reuniones.

- Está bien señor, gracias – asiente, salgo de la oficina, suspiro camino hacia mi escritorio cancelo todas sus reuniones y las vuelvo agendar para el día de mañana.

Cojo cada una de mis pertenencias, y salgo disparada al baño de damas de la empresa, entro y hago mis necesidades, después haber terminado y listo para salir escucho aquellas voces conocidas.

- No puede ser que el señor Britt, no haya hecho algo al respecto, sobre el numerito de esta semana en la sala de juntas, la hubieras visto patricia– dice la chillona voz de Alejandra, la alias garrapata.

- No me digas – dice la otra voz inconfundible de la odalis – ¿no tiene vergüenza?.

Salgo con toda la frente en alto, dejándolas sorprendidas, camino hacia el lavado de mano hago mi higiene, caminando a la salida y las miro.

- Claro que no tengo vergüenza, por eso estoy donde estoy – le sonrió – ocúpense de sus trabajos que he visto errores, así que tengan cuidado a la hora de redactar ya que últimamente el jefe pide mi criterio – les guiño antes de salir.

Camino hacia mi casa, me siento con energía para ir al gimnasio o a la sala de boxeo, a sacar todas mis frustraciones de mi vida diaria.

Flashback

Camino por las calles de Manhattan, llevo una semana desde que escape de...., ni se merece llamar casa, giro a la derecha llamándome la atención, un tipo Gym, camino hacia allí, abro la puerta, ingreso impresionándome, un lugar realmente equipado de todo tipo de herramientas de ejercicios, camino mirando el lugar, hay poca gente, y eso la hace agradable y tranquilo, giro encontrándome una sala de puro sacos de boxeo y algunas personas golpeando en ellos.

- Te lo recomiendo, es muy bueno sacando las frustraciones – dice alguien a mi lado haciendo dar un salto, solo asiento mientas, se equipa, suspiro saliendo del lugar y seguir caminando sin rumbo, terminando en parque en medio de tantos edificios, eran alrededor de las seis de la tarde, me siento en los bancos desocupados observando el atardecer de mi nueva ciudad.

Fin del flashback.

Desdeese día hasta ahora, voy a ese lugar donde puedo respirar y torturarme por lasdecisiones que he tomado.