CAPITULO 19

1.9K 139 2
                                    

Rápido me meto en google viendo el clima de Londres nunca había ido, así que no tengo ni la menor idea que tipo de ropa seria la adecuada, sigo sin que mi cerebro se conecte, camino hacia Lisbeth más pálida de lo normal.

- Hola hermosa, ¿Por qué esa cara? – dice sorbiéndose los mocos. Iugh.

- Viajo a Londres... - la miro asustada – tengo miedo Lisbeth si tengo problemas con los documentos – digo entrando en pánico.

- Tranquilízate, estará todo bien confía en mi – asiente – seguramente iras en un jet privado los ricachones siempre lo hacen – asiento, respiro profundo – eso respira – coge mi mano y me arrastra a la habitación.

- ¿qué tipos de cosas harás allá? – me pregunta.

- Reuniones me imagino, solo me llamo diciéndomelo del viaje – digo volviendo a verla un poco más tranquila- ¿no sé qué usar? - hago una mueca

- No te preocupes te prestare cosas formales que utilizo para el trabajo, ¿Cuántos días estarás allá?

- No se.. – susurro entrecerrando los ojos

- ¿Enserio? – se pega en la frente con su mano – pregúntale mensa – ruedo los ojos, odio que me diga Mensa

- Ya voy - digo un poco irritada, la miro mal cojo el teléfono y le escribo un WhatsApp

Azael britt

En línea

- Señor Bitt, buenos días no me notifico cuantos días durara el viaje a la ciudad de Londres, disculpe las molestias.

Escribiendo un mensaje..

- Señorita Dávila dos días serán suficientes, ¿la paso recogiendo? Claro está si tiene un problema en venir.

- No se preocupe en cuarenta minutos estaré en la empresa señor britt, igual gracias por las molestias.

- No se preocupe.

Apago el teléfono dejándolo en visto, me enfoco en qué clase de ropa tendría que llevar.

Dios... ¿no pudo haber avisado antes algo?

- Toma, esto servirá –me enseña un pantalón de tela blanco de basta ancha, una blusa de tiras sin mangas un poco alta la parte de abajo llegándome si no me equivoco dos dedos de mi abdomen.

- Es hermosa – le sonrió – esto lo puedo usar para la noche por si acaso – asiente, saco de mi armario un par de mudas casuales con bléiser, mis bragas, ropa de dormir, mis maquillajes usuales, mi perfume, reloj, zapatos, cepillo de dientes y de cabello – ya tengo todo listo ¿me olvidare de algo? – coloco mi dedo índice en mi barbilla.

- ¿Qué te harás en el cabello? – abro mis ojos

- ¡MI PLANCHA DE CABELLO! – camino rápido, hacia mi repisa la saco y la guardo, en mi cartera, guardo lo esencial, cargador, toalla de mano, mentol (por el frio), audífonos (para el viaje), mi libro que ahora se ha vuelto unos de mis favoritos Boda a los 17 de Michel Gavica G., algunas mentas y listo.

Miro el reloj estoy pasada de tiempo, así que corro nuevamente al almario y saco un jean de mezclilla y un buzo de lana color crema, unos botines del mismo color de mi blusa, dejo mi cabello suelto y Salgo despidiéndome de Lisbeth, ella como siempre deseándome suerte, bajo las escaleras con toda la precaución del mundo. Salgo a toda velocidad del edificio para coger un taxi, detengo mi paso encontrándome por segunda ocasión a mi guapo jefe enfrente de mí con sus manos en los bolsillos.

Acabo de decir.. ¿Guapo?

Desde cuando presto atención, ¿sobre un hombre?

Despejo la discusión mental que me estaba formado, camino confundido hacia él, abro la boca para decir algo pero me interrumpe.

- ¿Usted que hace aquí?

- Te demoraste exactamente 10 minutos – pongo los ojos en blanco.

- Lo siento señor Britt yo.. – me interrumpe nuevamente, ¿que ahora no me dejara hablar?

- Sube – dice abriendo la puerta del auto, que caballero, hago lo que dice mientras coge mi maleta poniéndola en el lado trasero del auto, todo el camino del viaje se mantuvo en silencio incomodo, me sentía asfixiada – disculpa lo de ayer – dice cortando el silencio en el auto

- No se preocupe señor Britt – hago señas dándole poca importancia, cuando sabemos muy bien que es difícil.

- Igual manera mil disculpas, no sé por qué lo hice – pongo los ojos en blancos

- Señor Britt disculpe la pregunta, ¿qué clase de reunión tenemos en Londres? – cambio de tema, sonrió cuando escucho que me responde.

- Quieren que mi empresa construya 19 hoteles por todo el mundo – dice concentrado manejando

- Eso es genial ¿no? Por qué solo no lo firma y ya.

- Por qué Britt Company y exports no trabaja así nomas señorita Dávila, Por eso viajaremos, es mejor hablar y negociar en persona aprende eso – me guiña, y fija nuevamente la vista en la calle, cuarenta minutos después llegamos al aeropuerto, bajo antes que me abra la puerta, es incómodo pensar que le guste, Dios matare a Lisbeth por llenarme de cosas mi cabeza.

- Janine – me tocan el hombro

- ¿Si? – digo un poco aturdida, cogiendo mis maletas

- Deja eso, Cristóbal se encargara de las maletas– asiento y lo sigo por la gran pista.

Subí las 8 escaleras, si las conté que nervios ¿hace calor? lo miro asombrada el lujo que se maneja este lugar.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora