DOS

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La nueva forma distraerse de Kassia consistía en seguir a los Cullen al colegio, observando el pobre intento que hacían en parecer humanos normales. Quizá su óptica estaba dañada al saber la verdad de la naturaleza de los miembros de esa familia y también al leer sus pensamientos. Ellos eran como celebridades entre los estudiantes. Resaltaban demasiado, pero nadie se animaba a tratar más de dos palabras con ellos.

La expresión de permanente sufrimiento por parte de Jasper la hacía sentirse entretenida e intrigada. ¿Cómo es que nadie le decía nada? ¿Cómo lograba no llamar la atención de los profesores?. Había presenciado llamadas a trabajadores sociales por miradas menos intensas. Kassia lo observó atentamente hasta que de nuevo, el rubio volteó la mirada en su dirección, buscando algo pero sin distinguir nada.

Entonces, el ente femenino decidió cambiar de víctima. Observar adolescentes solía ser algo tedioso. Quizá era porque no le agradaban los chismes y las simbólicas puñaladas en la espalda que se daban los humanos a esa edad. Se entretuvo en la clase de música. Los alumnos que asistían a ella eran bastante dedicados. Los instrumentos de la pequeña orquesta completaron a la perfección los compases de una pieza clásica.

Cuando llegó la hora del almuerzo, Kassia regresó al bosque. El hecho de que no existieran metamorfos cerca con una familia de vampiros viviendo en la zona llamaba poderosamente su atención. ¿Acaso la magia de allí ya no era tan poderosa? No debía impacientarse, solo debía estar atenta a alguna causa justa que la permitiera intervenir.

Deambuló por los caminos pocos concurridos, ayudando a los animales despistados que atravesaban la carretera, exponiéndose a que algún conductor ocasional terminara con sus vidas. Comenzó a preocuparse cuando notó que los animales del bosque lucían ansiosos. Eso solo ocurría cuando eran conscientes de la presencia de un depredador más letal. Y no podía tratarse de los Cullen. Ellos bebían sangre animal, pero no hacían que sus amigos del bosque se sintieran amenazados.

Con la misión de averiguar algo, volvió a seguir a los Cullen en su ida al colegio. Fue lo único que se le ocurrió en lugar de quedarse recorriendo el bosque. Quizá esos vampiros estaban planeando reunirse con otros de su especie.

El tema que tenía hablando a los adolescentes era la llegada de una chica nueva al instituto. Kassia sintió algo de pena por la recién llegada. No envidiaba la sensación de desconcierto de la nueva estudiante.

A Edward lo notó muy extraño. Más aun cuando prácticamente huyo de la presencia de la chica nueva después de la clase de biología. Kassia lo siguió de cerca. Los pensamientos del castaño idearon la forma de asesinar a todos y beber la sangre de Isabella Swan. El ente femenino escuchó a la perfección la lucha interna del inmortal, la cual le hizo desear sentir la sangre de la muchacha deslizándose por sus labios.

No se pudo quedar más con Edward al sentir que algo estaba sucediendo a las afueras de su territorio. De inmediato se trasladó de lugar. Estuvo buscando lo que había alertado sus sentidos, hasta que vio a un grupo peculiar de vampiros cazando a una familia que vivía alejada en el bosque.

Estaban demasiado cerca de su área de influencia. En sus pensamientos no encontró nada que asegurara que ellos no buscarían alimentarse pasando el límite, entonces su trabajo se volvió más interesante.

La labor de despertar al primer metamorfo en años corrió por su cuenta. Se adentró en territorio Quileute para buscar al primer elegido. La nueva generación necesitaba un líder que los guiara con valentía. Entonces, Sam Uley fue el escogido. Si la magia no hacía su trabajo, ella podía intervenir. Los metamorfos debían igualar el número de fríos, pero todavía parecía haber algo de tiempo. Sam se encargaría de los demás metamorfos. Ella lo ayudaría a lidiar con los primeros días de confusión.

El ente femenino decidió contemplar la luna después de haberle dado el primer toque a su elegido. El cambio comenzaría modificando la masa muscular de Sam. El futuro líder no tendría días buenos en una semana.

Un estruendo llamó la atención de Kassia. Decidió ir a investigar hasta encontrarse con Edward, Emmett y Carlisle a la mitad del bosque. Había árboles destrozados alrededor.

-Es difícil contenerme, no creo que lo soporte mañana -protestó el castaño. Kassia pudo leer su desesperación. Edward temía perder el control y poner en riesgo a su familia. Parecía demasiado fácil tomar lo que deseaba sin medir las consecuencias. No le tomaría más de un minuto en encontrar a la joven y beber hasta la última gota de su sangre. 

-Hijo, quizá lo mejor sea que te alejes unos días. Puedes ir con los primos a buscar algo de fuerzas -Carlisle habló poniendo una mano en el hombro del castaño.

Edward deseó por un segundo ser el asesino de varios años atrás, de esa forma podría arrebatarle la vida a Bella y terminar con sus problemas.

-Lo haré -decidió después de unos minutos. Como medida de precaución, pasaría unos días en Denali.

-Será difícil pero sé que puedes lograrlo. Si alguien de la familia puede, ese eres tú -apoyó el fortachón.

Kassia quiso poder acompañar al vampiro a donde iba a ir, pero debía estar pendiente de Sam.

Una semana transcurrió de prisa. El ente femenino custodió cada avance de Uley. En ocasiones, estuvo tentada a susurrarle que todo iba a estar bien.

Apenas tuvo tiempo, Kassia regresó a observar a Edward en el colegio. Isabella se veía bastante intrigada con el comportamiento del vampiro. ¿Acaso era la única que había notado que los Cullen no eran personas normales?

Entonces le llamó la atención que Swan observaba hablar a los hermanos vampiros desde el otro lado del estacionamiento, mientras estaba recostada contra su camioneta naranja. ¿Esa mujer no conocía el verbo disimular? El chillido de los neumáticos contra la pista mojada llamó la atención de todos. 

El ente femenino fue consciente de todo lo que pasó por la cabeza de Edward al ver la trayectoria de la furgoneta sin control. Apareció al costado del castaño y se acercó lo más que pudo. 

-No lo hagas -la dulce voz de Kassia fue captada por todos los vampiros. 

Ellos no pudieron descubrir la procedencia de ese sonido. En ese segundo, Isabella Swan fue aplastada contra su automóvil. 

-Regresen a casa -volvió a decir el ente femenino, pues el aroma a sangre podía hacer que el número de víctimas aumentara en picada. 

Hola ¿cuántos de ustedes han deseado que Bella muriera desde el principio en un fanfic? 

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Hola ¿cuántos de ustedes han deseado que Bella muriera desde el principio en un fanfic? 

Amantes Trágicos |Edward Cullen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora