˹˹XII˼˼

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La mansión Kreuz era una locura total. Primero, habían disfrutado los días patinando sobre el lago, lo que significó que se dieran sus buenos golpes y resbalones provocando risas contagiosas, además que esas caídas fueran motivo de burlas durante las comidas contra quien las había protagonizado. Luego habían hecho una competencia de muñecos y una gran guerra de bolas de nieve.

Viktor incluso había jugado pulsos contra Nina y Neville. Y claramente dio clases y gala de la fuerza que tenía.

—Un pulso contra Scarlet, a ver qué tan fuerte eres Viktor —Illich sonrió con ironía, pues Krum había ganado fácilmente cuando les enfrentó.

—Eh...no creo que eso sea adecuado, no me pongas en aprietos Nina.

—Gallina —se burló la chica—. No creo que Scarlet se sienta intimidada, es más yo apostaría a por ella.

Krum rió semi cerrando los ojos—. Madame si pudiera concederme el honor —dijo con las manos en alto, como diciendo que solo lo hacía debido a la insistencia de la muchacha.

Nina echó a reír por eso.

—Claro, nunca dije que no —respondió la Merlina y se acercó para acomodarse en la silla frente a la mesa, estaban en el corredor del jardín.

Libasset negaba sonriente y los sirvientes se divertían al verlos—. Apuesto la botella especial de alcohol, para estrenarla hoy en la noche —exclamó Libasset.

—Entonces yo pongo los postres de dragón si pierde Krum, necesitará de un brebaje fuerte para asumir su derrota —agregó Nina.

Los sirvientes rieron por eso.

— ¡Que crueles son! —exclamó Luna que comía un poco de sopa en el corredor.

—Ya verán malvadas —respondió Viktor con diversión—. ¿Madame está preparada?

—Yo siempre estoy preparada querido.

—Helios, mi niño, cuenta —sonrió Neville.

—Uno, dos, tres —contó Helios con su dulce voz.

Krum sólo parpadeó una vez para ver como su mano ya estaba tocando la mesa.

—Gané —anunció Scarlet.

— ¡Wuooo! —gritó Nina, mientras Neville se reía. Scarlet sonreía con diversión, levantándose del lugar—. ¡Viste eso! ¡Dije que Scarlet ganaría!

—En estos juegos el chiste no es fuerza, es la velocidad —se retiró para seguir tomando el té.

—Te ha ganado amigo —se acercó Neville hacia Viktor, que aún se hallaba sorprendido.

—Es una dama, ¿Qué querías? —respondió Krum.

—Claro y yo soy el presidente de los estados unidos muggles —exclamó burlona Libasset acomodándose en la silla—. Ganó con todas las de la ley, te venció.

Nina estaba que casi no se aguantaba la risa, en menos de un minuto Krum había perdido y el matriarcado ponía marcador ganador contra el patriarcado.

La cena de navidad era esa noche, la verdad había pasado tan rápido el tiempo que Nina no quería regresar a dar clases, quería quedarse ahí en esa mansión, era un lugar cálido, que le recordaba a su familia. El enorme salón estaba decorado a detalle, el techo era como ver el de Hogwarts, un cielo estrellado donde caía nieve, varios trenecitos de decoración flotaban por todo el lugar llevando leche, galletas y más cosas, pareciera que estaban en el taller del afamado Santa Claus.

Un enorme pino se alzaba al fondo del salón, giraba con lentitud cayendo de sus ramas polvo estelar, tenía bolitas de colores y abajo de este, habían varios regalos. Como la tradición lo indicaba.

REFLEJO¹/˹Alter-mundo˼ «Dinastía Merlín»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora