˹˹II˼˼

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—Vaya, veo que ya has despertado de ese bahío que te afectó —anunció la voz arrastrada y sumamente gris de la persona que irrumpía la paz momentánea de la enfermería—. No sabía que el director debía bajar para ver a los profesores, según recuerdo era al revés.

Severus Snape se estaba dirigiendo directamente a Nina, la chica pudo observar que nada parecía haber cambiado en él; vestimentas oscuras y largas, cabello negro en una melena hasta los hombros, nariz ganchuda, humor negro y sarcástico. La bruja tuvo que pellizcarse el brazo disimuladamente en varias ocasiones, para darse cuenta de que no estaba soñando y al darse cuenta de ello apoyó su cabeza nuevamente en la camilla y cerró los ojos con fuerza.

¿Terminaría por desmayarse de nuevo?

—Esto no puede estar pasando —susurró para sí misma—. ¿Por qué esta aquí? Se supone que usted está... —dejó la frase a medio terminar, y como no, si era casi seguro que estaba viendo a un muerto viviente—. Tengo que despertar, tengo que despertar.

—Veo que el golpe en las escaleras te averió algunas neuronas, eso no es bueno ya que tú eras de las mejores en este colegio —se expresó con aquel tono característico—. Aunque debo decir que siempre dude un poco de tus facultades mentales —le comentó Severus con sarcasmo.

Scarlet quien no había emitido palabra alguna, optó por analizar la situación, pero notó la perturbación de Nina, así que mejor se colocó frente a ella para ocultarla, quedando entre la chica y Severus, haciéndole frente al nuevo invitado.

—Veo que tus modales no han mejorado ni un poco Severus Snape —comentó con tono elegante y pausado, como si una reina hubiera acabado de hablar, algo que Nina percibió mirando a Scarlet con asombro, era como tener a la misma pieza de la reina blanca contra el rey negro, ambos sin inmutarse por tener de frente al otro—. Ni siquiera has tocado la puerta antes de entrar, me encontraba conversando con la señorita Illich un tema privado, hasta que usted se tomó el atrevimiento de irrumpir de manera tan faltosa de respeto.

Snape arqueó las cejas por las palabras tan filosas de la dama hacia su persona, la observó de pies a cabeza, aquella bruja mostraba aquel aire distinguido y un vestido que bien podría haber pertenecido a la misma antigua reina Isabel I de Inglaterra, una fineza jamás alcanzable en años venideros.

—Madame Scarlet, que agradable sorpresa —apretó los labios mientras la veía fijamente—. ¿A qué podemos atribuir su admirable presencia en este castillo?

Scarlet quedó muy sorprendida por esa respuesta, se suponía que nadie conocería los hechos relatados por Nina y su teoría, algo más pasaba ahí, no mostraría su sorpresa, se mantenía tan fría en expresión como Snape. Pero algo estaba claro, a ella parecían no haberla visto durante un tiempo, cuando Scarlet llevaba tiempo en funciones dentro de la escuela.

—Esperen... —Nina si que no asimilaba las cosas—. ¿Ustedes dos se conocen? ¿De donde? ¿Eso es posible? —preguntas y más preguntas lanzadas de golpe y tan apresuradamente que Nina no se percató que las había unido en una sola frase que era apenas entendible.

—Si... —se dispuso a responder Scarlet más fue interrumpida.

—Eso no es de tu incumbencia Illich, que fueras de las mejores alumnas no te da derecho a inmiscuirte en lo que no te han invitado —Snape la cortó de inmediato, pero sin dejar de ver a Scarlet directo a los ojos, tenía a una oponente fuerte en la guerra de miradas.

—Y en ese mismo tono le respondo Severus Snape —el hechicero parpadeó varias veces perplejo por como se expresaba Scarlet , era una versión de el mismo en mujer—. No me vuelva a interrumpir mientras hablo, que falta de respeto ante una persona, además claro que Illich puede irrumpir, ella estaba hablando conmigo primero, usted fue quien llegó después a irrumpir una conversación ajena , por otra parte es bueno que las personas quieran indagar, aún si las respuestas vienen acompañadas de dolor —rebatió la dama.

REFLEJO¹/˹Alter-mundo˼ «Dinastía Merlín»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora