-¿Qué año es este? -Ahora veo como entran los otros tres tipos.-

Los tres vienen igual que el fogoso, mismo uniforme solo que diferente...¿Capa? Uno no la lleva, es el más pequeño. El más afeminado a mi parecer.

-Estamos en la era Taisho, 1915. -Me responde el de ojos azules con pelos picudos hacia abajo.-

-¿¡What the hell!?

-¡Ahora habla en otro idioma! -Grita él albino. Lol, este tipo no tiene cejas y eso que hay poca luz para siquiera notarse.-

-¿Por qué te sorprendes tanto? Tu ropa es muy extraña y ni sabemos de dónde vienes. -Me habla ultra indiferente el chico más pequeño.-

-Hace un rato era 2019.

-¿¡Vienes del futuro!? -Los ojos del fogoso brillaron más que hace rato.-

-Parece ser que si, que extraño. -Todos nos quedamos callados por un momento.- Debo pensar que ninguno de nosotros sabe cómo regresarme a mi época, ¿Es así?

-Estás en lo correcto. -Responde nuevamente el fogoso.-

Me parece que de los cuatro, éste habla más.
Un escalofrío corre por mi espalda, significa que tengo frío, así que comienzo a tallar mis brazos para tratar de hacer un poco de calor.

-Toma mi haori, quizás pueda calentarte. -Y nuevamente el fogoso habla quitando su...¿Qué?-

-¿Tú qué? Haber chico fogoso, háblame en un idioma que yo conoz....¿Por qué estamos hablando español si ustedes son de Japón?

-¿Español?

-¡Ya nada! -Agarro su capa rara y me la pongo, es cálida a decir verdad.- ¿Y ustedes por qué solo miran? ¿Les comió la lengua el gato o qué?

-Las mujeres del futuro son raras... -Habla en bajo el tipo de pecho descubierto, pero muy bien lo escuché y lo fulminé con la mirada.- ¿Qué me ves, niñita?

-Niñita será tu abuela. -Le saco la lengua.-

-¿Qué demonios has dicho, bastarda? -Me escondo detrás del rubio porque el albino intentó atacarme, gracias al tipo emo que lo detuvo, uff.-

-¿No nos vas a decir tu nombre? Te hemos salvado la vida. -Se acerca a mí el de tonos menta.-

-¿Por qué debería decir mi nombre a un chiquillo?

-Pfff. -El fogoso oculta su risa inútilmente.- Eres muy divertida, chicas como tú así no se ven todos los días. -Me sonríe muy lindo. Oh, no me había detenido a verlos bien, son muy guapos.- Mi nombre es Kyojuro, Rengokou Kyojuro, ellos son mis amigos: Tomioka Giyuu, el de haori doble. El otro es Tokito Muichirou, ojos color menta. Y por último pero no menos importante mi querido amigo Shinazugawa Sanemi.

-¿Shinazukaka qué?

Todos menos el tal Sanemi se aguantaron la risotada del siglo, lo juro. Hasta el de apariencia emo se aguantó la carcajada.

-Mira niña, tengo muy poca paciencia y-

-Miri niñi, mira tú cola, sin cejas. De mi no vas a estar hablando. -Vuelvo a sacar la lengua.-

-Ya me caes bien. -Me sonríe el tal Tokito, ¿O quizá Muichirou? ¿Cuál es el apellido? ¡Por Dios, no soy asiática!-

-¡A mí también! Podemos charlar un rato más, la tormenta aún no acaba. Terminando vamos con el patrón para ver tu caso, ¿pero ya nos podrías decir tu nombre?

-Jajaja, claro. Soy ___. Mi apellido no es tan importante, así que solo eso diré. Tengo (tu edad), y no soy en nada japonesa. -Me siento en el piso haciendo que los otros me imiten raramente.- ¿Puedo preguntar cómo son las mujeres de esta época?

-Son lindas, amables, siempre fieles a los maridos y casi siempre comprometidas. Nuestras amigas de la sede son solteras y con buen carácter. -Kyojuro me contesta brillante.-

-Wow, soy todo lo contrario.

Comencé a hablar sobre mi vida y de cómo soy yo. El tal Rengoku escuchaba atento a cada palabra que daba, cosas que no se ven hoy en día en mi época; que la gente te escuche atentamente. Los otros también escuchaban, pero estos solo se quedaban callados, son más serios. En cambio Rengoku si que hacía preguntas.

O hasta ahora.

-Yo quiero hacerte una pregunta, niña. -La mirada sádica de Sanemi se posa más intensa sobre mi.- ¿Que dirías si supieras que somos asesinos?

El ambiente repentinamente se tensó. Sabía que no debía confiar plenamente en estos tipos. Muy guapos y todo pero creo que ya se acabó el show.

-No hables tonterías, Shinazugawa. -Giyuu lo miró congelante.- Somos cazadores, cazadores de demonios.

De ahí las espadas, ah ya veo. Este idiota ya me había metido un buen infarto.
Ellos me explicaron durante un rato lo que es ser un cazador y por qué existen y todo ese rollo. A decir verdad me lo tomé normal debido a la época en que estamos, y sobre todo por ser Japón. Éste país saca cada cosa...

-Oh, por un momento se me había ido el alma del susto que sentí. Cielos, ahora de guapos, también son geniales, increíble. -Sonrío maravillada. Creo que la primer sonrisa gentil que expresé en mi llegada a este extraño viaje al pasado.-

Pude notar como los cuatro se me quedaron viendo asombrados con un ligero sonrojo. ¿Qué? ¿Tengo mocos en la cara?
El afeminado salió rápidamente del trance y procede a hablar.

-¿Tienes hermanos?

-Claro, tengo (la cantidad de hermanos que tienes/ si no tienes inventa que tienes).

Los cuatro me miraron increíblemente determinados, como si ahora su interés en mi se elevara. Probablemente ellos tienen hermanos y por eso la mirada.

...

El tiempo pasó volando debido a la charla entretenida que tuve. Todos parecían estar muy atraídos por mis historias, y hasta quizás por mi. Pero no lo digo por ser linda o algo, sino que no todos los días viajas al pasado.

Primera vez.

-Deberíamos ver si la tormenta ya acabó, me gustaría volver pronto a mi época, quizás mi madre se preocupe.

-¿Tan pronto? -Soltó repentinamente Tokito.-

-Yo creo que no se ha acabado. Aquí duran mucho. -Protesta ahora el albino.-

Wow, ¿Enserio?
Que raros se pusieron ahora.

-Es peligroso que salgas ahora, esperaremos más para que no te resfríes con esa ropa. -Tomioka habla pegado a la puerta con los brazos cruzados.-

Me siento rara ante la atenta mirada de los cuatro, solo Tokito y yo estamos sentados, los otros están de pie.

-¡No te preocupes, ___! Te protegeremos a toda costa, te lo aseguro. -Su sonrisa ya no me pareció como la de antes, esta parece más sombría. No miento.-

-Está bien...creo. -Los miré a cada uno no muy convencida, pero si dicen eso debería creerles pues ellos viven aquí, yo no.-

Solo espero llegar pronto a casa. Ojalá no se coman mi tamal...Esas miradas están más que clavadas en mi. Les puedo prometer que tengi un presentimiento no muy bueno.

Espero esto no pase a algo feo.

...

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