Capítulo 10: El tobogán de hielo

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- ¿18 años? Pero eso no puede ser – digo, aún sin creérmelo.

- Bueno, es lo que es, jajaja. No te agobies de más – responde, tan tranquilo. ¿Cómo puede estar tan relajado sabiendo que en 8 días se va a morir?

- ¡Pero cómo no me voy a agobiar! – grito y, al darme cuenta, bajo de nuevo la voz, agachando la cabeza.- Cómo no me voy a agobiar.

- A ver, que no pasa nada. Llevo sabiendo esto desde que nací, y ya me he hecho a la idea. No morimos. Se supone que nos convertimos en otra cosa... pero nadie quiere decírmelo.

- Espera, espera, espera, para el carro que me estoy perdiendo – le pido antes de que continúe su historia.- Tengo muchas preguntas.

- Yo te las soluciono todas, tú tranquilo – me dice, cogiéndome la mano y mirándome de nuevo a los ojos. Sigo sin creerme que, para una persona que me gusta, va a desaparecer en menos de diez días. No es justo.- Cada 18 años, una nueva generación de Gautar nace. El primer día del año para ser exactos. Y los que estábamos antes, pues desaparecemos. El ciclo de la vida. ¿No has visto 'El rey león'?

- El ciclo de la vida no funciona así – digo de morros.

- ¿Hakuna matata entonces? – se ríe.- Tranqui, Enric, que te estoy vacilando.

- ¿No te vas a morir?

- No, eso es verdad – responde, serio.- O eso me enseñaron los Denbora.

- ¿Den qué?

- Los Denbora son los que me criaron – me explica, como si fuera super lógico. ¿Y yo cómo coño iba a saberlo?

- ¿No hay forma de romper ese... ciclo? ¿Qué viváis más de 18 años?

- Bueno, es que no puede haber dos Gautar en una misma zona del mundo. Podría ser un desastre.

- Pues que te reubiquen, yo qué sé.

- No funciona así...

- ¿Dónde viven esos Denbori?

- Denbora.

- Denbora. Quiero hablar con ellos.

- Bueno, pero eso no puedes hacerlo. Ni yo sé dónde encontrarlos.

- Necesito pensar...

- Necesitas relajarte, en serio. Bebe un poco de vino, anda – y le hago caso. La verdad es que es mucha información para procesar tan rápido. Hasta hace unos minutos, pensaba que Mateo era un fantasma vengativo y ahora resulta que es un... ¿un Gautar? Una especie de ser que controla la noche y que solo vive 18 años. Y, por alguna extraña razón, parece ser que le gusto.- ¿Mejor?

- Sí.

- Pues cenemos tranquilamente y así te relajas un poco más, que estás muy nervioso con todo esto. No quería que te enteraras...

- ¡Ah! ¿No me lo ibas a contar e ibas a desaparecer para siempre un día?

- No quería que te enteraras tan pronto, que no me dejas terminar, ansias – se ríe.

- ¿Enric?

            Me doy la vuelta. Son mis padres. Están vestidos muy elegantes. ¿Qué hacen aquí? ¡Oh, mierda!

- ¡Hola, papá, mamá!

            Me levanto para darles dos besos, pero luego pienso que es una gilipollez y me quedo en el sitio, sin saber muy bien qué hacer o qué decir.

- ¿Este es el amigo del que nos ha hablado tu hermana? – pregunta mi madre, mirando a Mateo, que también se levanta y le tiende la mano.

- Encantado. Soy Mateo.

Luna de estrellas (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora